REFORMULANDO LOS NEGOCIOS.
Enviado por caritobravo • 23 de Octubre de 2016 • Tarea • 2.170 Palabras (9 Páginas) • 263 Visitas
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE ECONOMÍA
TÉCNICAS DE COMERCIO INTERNACIONAL
TUTORIA I
REFORMULANDO LOS NEGOCIOS
ING. VICENTE ARMIJOS
GRUPO# 7
LISSETTE BOBADILLA SANCHEZ
CAROLINA BRAVO REYES
JOSE LUIS CRESPO BARREZUETA
MAILYN RECALDE MOSQUERA
CRISTINA SALAZAR BELLERIN
ALBA VASCONEZ YULAN
12/06/10
INTRODUCCIÓN
Los nuevos tiempos exigen una nueva organización adaptable a un futuro que no será una continuación del pasado. Ya no existe la linealidad y después de A no viene B, sino que E y luego K, el caos es la esencia del universo y nuestro pensar lineal es antagónico con la realidad, por ello hay que repensar el futuro, que es el contenido de este libro, que sintetiza el pensamiento de los hombres de negocios, asesores y estudiosos que consideran que esta tarea es impostergable.
Estamos al borde del caos y al mismo tiempo el siglo XXI puede ser el de un nuevo renacimiento. Crear nuevos mercados, descentralización del poder, replantear el control y la complejidad, reformular el liderazgo, y especialmente reformular los principios que nos guían, son algunas de estas proposiciones.
En la actualidad la empresa ha vuelto a adquirir un sentido humanístico, ya que existe una esencial relación con lo que el hombre y la mujer piensan y quieren. Esta nueva ampliación del concepto de empresa permite aplicarlo a instituciones.
La empresa es sinónimo de negocios por su búsqueda de recursos, rentabilidad y productividad; beneficios o utilidades; y satisfacción de necesidades. Las funciones específicas son el resultado de la sucesiva división del trabajo en grupos de actividades, lógicamente distribuidas, con el propósito de que una empresa realice con mayor eficacia sus objetivos organizacionales.
DESARROLLO
En los años sesenta y a principios de los setenta, había un sentimiento general de seguridad sobre a dónde nos dirigíamos y cómo llegar ahí. Las empresas que tenían gran éxito creían ver una larga carretera que se abría ante ellos y acababa más allá del horizonte.
La lección que se ha aprendido tras el paso de los tres últimos años es que nadie puede conducir hacia el futuro con el piloto automático.
Existen muchísimos ejemplos de grandes compañías que parecían invencibles, se durmieron al volante y han tenido que pagar un alto precio por eso. La razón para alguna de estas empresas fue la competencia extranjera que llegó inesperadamente. Luego con el paso de los años, esas empresas que se sentían seguras se encontraron con que la carretera no era solo para ellas, se encontraron con competencia en el camino. En este periodo, muchas empresas entraron en la lista de revistas Fortune de 500 grandes empresas.
Pero cuando lo vemos de un punto de vista económico, nuestro viaje ha resultado algo diferente de lo que esperábamos. En el periodo de la post-guerra el poder económico lo tenía Estados Unidos, y la URSS que avanzaba muy rápido económicamente. Washington mantuvo una política basada en la ayuda a todo el resto del mundo, para equilibrar el poder de la URSS y parar la amenaza del comunismo. Al final de todo esto, la URSS se echó para atrás de un día para otro.
Cambios importantes e impredecibles se han producido a lo largo de los años. Hace 30 años, la vida y la sociedad estaban unidas por instituciones tales como el gobierno, la ley, etc. Y a estas instituciones le confiábamos nuestro futuro, ellos nos controlaban, pero actualmente ya no es así. La tecnología y las nuevas ideologías han cambiado esta situación.
¿Y qué ha pasado con el capitalismo, aquella gran carretera hacia el progreso y la prosperidad como creíamos por aquel entonces? Muchas voces se preguntan hacia dónde nos está llevando el capitalismo, por qué corremos para llegar allí o qué está causando esta carrera a nuestra vida, a nuestras comunidades y a nuestro medio ambiente.
Actualmente, cuando las personas miramos al futuro, no sabemos con certeza hacia donde estamos mirando, a donde vamos o como vamos a llegar allí. El fin del siglo XX podría representar el final de un orden de las cosas, del paradigma industrial, del mundo de la postguerra, del predominio de los Estados Unidos, del estado benefactor, del comunismo.
Cuando vemos adelante, veremos un mundo de caos e inseguridad, veremos cambios, podremos ver un mundo donde la economía no se basará en la tierra, el dinero o materias primas, sino en el capital intelectual, y la competencia será muy grande. Las compañías pequeñas superarán a las grandes, los clientes tendrán acceso total a los productos, servicios e información, las redes serán mas importantes que los países, y donde se pedirá que los negocios se hagan en tiempo real.
Pero no sentimos seguridad, al contrario, tenemos la sensación de que estamos atravesando graves problemas, pero al mismo tiempo tenemos la sensación de que comienza una nueva aventura que brindará nuevas oportunidades para todos.
PREPARÁNDONOS PARA EL MAÑANA
Fundamentalmente tenemos que plantearnos todas nuestras teorías personales y organizacionales sobre el tipo de mundo en el que nos estamos adentrando, este mundo del siglo XXI donde debemos literalmente replantear el futuro, aunque parezca inabarcable.
Se ha dicho que no hay carretera pavimentada de oro hacia el futuro, no hay ningún atajo, no hay una mejor manera de enfrentar el futuro que ver los errores del pasado y tratar de ser mejores cada día.
Además hay que ofrecer una vista panorámica del futuro para así encontrar un camino en medio de este difícil mundo cambiante.
La carretera acaba aquí
El futuro sin duda alguna será diferente del pasado, aunque muchos líderes de hoy en día todavía se aferran a la idea de que las cosas están yendo mal pero que todo puede arreglarse y que las cosas volverán a su curso. Pero esto no es verdad porque siempre existen variaciones en los mercados, en las economías, en las maneras de pensar, de actuar, en la tecnología, por esto nunca nada va a ser igual aunque se trate y aunque se haga todo de nuevo.
De ahora en adelante es mejor plantearse que es mejor el mañana desde una perspectiva nueva a la cual tenemos y debemos adaptarnos.
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