SENTIDO DE LA EMPRESA Y LA ÉTICA EMPRESARIAL

ÉTICA EMPRESARIAL

Un aspecto trascendente sobre el comportamiento de quienes manejan los negocios, el mercado, el trabajo y las finanzas es la ética. Es un concepto esencial no solo en este ámbito sino en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, remitiéndonos a la ética empresarial, el desarrollo teórico de esta categoría desde una perspectiva científica es una disciplina que empieza a tener estatus propio desde la década de los 60 y 70 del siglo XX. Es entonces que se publican trabajos científicos y libros sobre el tema donde aparecen una serie de publicaciones y comienzan a dictarse cátedras de dicha materia.

CONCEPTOS GENERALES

La European Business Ethics Network (EBEN) considera que el análisis sobre ética empresarial viene a ser una reflexión sobre las prácticas de negocios que implican normas y valores de los individuos, de la empresa y de la sociedad.  Tiene como objeto aplicar los principios éticos generales a las características peculiares en la empresa y los negocios. En otras palabras, la ética empresarial es la aplicación concreta de los principios objetivos de la ética para que quienes trabajan en el mundo de los intercambios económicos adquieran los hábitos operativos adecuados que les faciliten una relación humana positiva.

Quienes laboran en una empresa deben asumir las reglas y prácticas inherentes a su rol y las responsabilidades que derivan del desempeño de sus funciones. Este hecho supone de modo implícito que el trabajador posee en sí mismo un sentido valorativo integral del ser humano. Este permite que pueda enfrentar dilemas ante una decisión compleja que puede acarrear consecuencias negativas para la organización o bien saber cómo actuar cuando se alteran las reglas del juego, cuando se distorsionan los comportamientos y valores se distorsionan y se deteriora el ambiente moral de la sociedad. Hechos que el trabajador debe tener claros en la normativa de la empresa por un lado pero, sobre todo, en su interpretación y actitud personal sobre este tipo de situaciones

SENTIDO DE LA EMPRESA Y LA ÉTICA EMPRESARIAL

La aparición de la teoría de los stakeholders ha venido a cuestionar y replantear la forma tradicional y metafísica de entender una empresa. Desde la teoría de los stakeholders, la empresa pierde su carácter de entidad cerrada y egocéntrica, para pasar a una realidad que debe su existencia a los stakeholders. Los stakeholders son grupos de interés, de diversos contextos socioeconómicos, con decisiva influencia sobre la organización a los cuales esta debe su existencia. Es por esta razón que la organización tiene el deber de dar respuestas adecuadas y pertinentes por sus acciones. Esta relación es la base sobre las que descansa la ética empresarial y la responsabilidad social de las empresas. En otros términos, la empresa es una entidad que solo es posible por su interrelación con otras realidades. Una empresa debe su ser y actividad a la relación que tiene con los trabajadores, accionistas, los clientes, los proveedores, la sociedad, el estado y el medio ambiente.

Esta  perspectiva interrelacional, determina que sean redefinidas las finalidades de la empresa, Hasta antes de los años 70s era creía que la empresa tenía como finalidad única o principal, la maximización de las ganancias y el lucro. Para nuestro tiempo se trata de una comprensión del significado de empresa completamente restringido y que no se adecua a la realidad. Maximizar ganancias o minimizar perdidas ya no puede justificar la existencia social de las empresa. Jesús Conil redefine esas finalidades correctamente para estos tiempos: “ 1) producir bienes y/o servicios, 2) aumentar el valor económico añadido, a fin de: a) atender las rentas de trabajo y de capital y b) poder invertir para garantizar la viabilidad de la empresa; pero también tiene objetivos: 3) promover el desarrollo humano y 4) garantizar la continuidad de la empresa”.

Así pues, una empresa –como toda organización humana- tiene un sentido ético. Su acción –que es la de producir bienes y/o servicios- implica una clara responsabilidad desde que debe responder a los clientes y usuarios por la calidad, adecuación, pertinencia y oportunidad de los mismos. La idea del consumidor pasivo ha dejado de ser. Hoy se trata de prosumidores puesto que el mundo digital los ha incluido en el proceso de acción empresarial. Antes quizás los clientes y usuarios no pueden ser asumidos como cosas o instrumentos del proceso productivo y económico. Este reconocimiento de la dignidad de los consumidores o clientes es paralelo al reconocimiento que los propios consumidores tienen de su dignidad, lo que les lleva a defender y luchar por sus derechos y crear organizaciones que los defiendan ante las arbitrariedades e injusticias del poder empresarial. La lucha por el reconocimiento de los derechos de los usuarios ha creado mayor consciencia en las empresas, que hoy deben cuidar de la calidad de los bienes y servicios que ofrecen.

Ahora bien, para las empresas cuyo único fin es  ganar dinero a cualquier precio y utilizando cualquier medio, la ética es un concepto vacío y la sociedad – entorno un puro campo de especulación, una mera ocasión para el enriquecimiento. Pero esta concepción no solo es limitada sino contraproducente. Una sociedad organizada así terminará por ser esencialm,ente injusta e inviable en el sentido de integración humana. De hecho, la ética de la empresa no tiene como propósito eliminar la idea de rentabilidad,que es inherente a toda institución empresarial. Sin rentabilidad una empresa no sería viable. Sin embargo, la ética de la empresa coloca la rentabilidad en el contexto de encuentro con otros ideales e intereses sociales legítimos, como pueden ser la dignidad, el respeto, la justicia, los derechos humanos y, claro está, también los derechos medioambientales. Justificar la rentabilidad en sí misma es hacer valer una realidad injusta y choca con el bien común. Y, por otro lado, una empresa que maneje la ética como aspecto propio y que el usuario lo perciba así va a redundar, finalmente, en la aceptación del producto y la consecuente rentabilidad.

Si una finalidad de la empresa es –según Conill- “promover el desarrollo humano”, esto supone una proyección trascendente. Al considerar este objetivo, la empresa como organización social está colocándose una meta singular que es la de integrarse y proyectarse al contexto social y humano en donde se desenvuelve. Hay una diferencia saltante entre la idea de desarrollo humano y desarrollo económico. Podría pensarse que pueden ser opuestos y el proceso de mercado determina muchas veces esa percepción. Sin embargo, no se trata de conceptos que necesariamente pueden ser opuestos sino que el ideal es que actúen complementándose. El desarrollo económico entendido solo como un crecimiento estadístico en cifras resulta finalmente engañoso. La idea de  desarrollo humano –en relación a los valores y el mejoramiento del ser humano y de su capacidad de ciudadanía y responsabilidad- es una orientación crucial si se trata de un mejoramiento de los individuos y del grupo. Dentro de ese ideal de mejoramiento y de participación en esa acción de construcción positiva de los valores sociales es que actúa la idea de la ética empresarial.

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