Salarios mínimos
Enviado por 03101977 • 13 de Septiembre de 2014 • 814 Palabras (4 Páginas) • 208 Visitas
A diario escuchamos voces desde la izquierda como la del jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, o desde el PAN con Gustavo Madero, que proponen un aumento pronto al salario mínimo en México. Por eso, conviene explicar tanto el contexto político como las implicaciones económicas.
Primero, debemos decir que no hay que perderse con este distractor, pues como bien sabemos, la popularidad del jefe de gobierno no vive sus mejores momentos a causa de decisiones impopulares, por lo que sacó apurado esta propuesta para atrapar la atención de los medios. Del otro lado, si en el PAN estuviesen genuinamente interesados en promover mejoras salariales a voluntad, lo hubieran hecho durante los 12 años que tuvieron el poder, y no ahora. Como ve, el trasfondo de esta idea es político. No es casual que Mancera y Madero sueñen con ser candidatos a la presidencia. Los grupos políticos ya tienen la mira puesta en las elecciones de 2015. Quieren votos. Lo malo es que con sus dichos generan expectativas irrealizables entre la gente y la desinforman.
De entrada habría que decir que no debería haber salarios mínimos sino ser sujetos de libre negociación, pues diversos estudios sugieren que su sola existencia tiene efectos negativos en los ingresos de los trabajadores, pero ya que aquí los hay, debemos despejar mitos.
Y es que para ser claros, subir de entrada el salario mínimo casi 19% como propone Mancera –de 67.29 a 80 pesos, con la meta de “superar los 171 pesos”, sí sería inflacionario. En esto coincidimos como muy pocas veces con el Dr. Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, quien dijo que los salarios reales, que son los que importan, no aumentarían debido a la inflación. Tiene razón. Los defensores de la propuesta argumentan que el aumento sería gradual y que no tiene por qué reflejarse en los índices inflacionarios, pero eso es un error como veremos. También dicen que no tiene por qué hacerse por decreto, pero lo cierto es que no habría ninguna otra manera de instaurarlo. ¿O lo pensarán pedir por favor?
Sin hablar por ahora de las consecuencias en todo aquello que está indexado al salario mínimo, el problema principal de la propuesta es que se elevarían de un momento a otro los costos para las personas y empresas que dan empleo. Ese costo extra tendría que asumirse por los empresarios en varios frentes simultáneos: a) trasladándolo al consumidor subiendo los precios y arriesgándose a perder mercado y competitividad; b) sacrificando de forma injusta su margen de ganancia, pues el gobierno no tiene por qué castigar más a quien genera riqueza, empleos y paga impuestos. Se inhibe también la creación de más empresas; c) recortando otros costes, y para ese fin, entre lo primero que figuraría es el despido de personal.
Por donde se le vea, el negativo efecto dominó que provoca una medida populista como esta, supera por mucho los posibles beneficios
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