Tienda de Juguetes Rabito

Tienda de Juguetes Rabito

Marisa Pineda, propietaria y fundadora de la tienda de juguetes Rabito, estaba considerando la factibilidad de extender sus actividades al mobiliario juvenil.

La ciudad en la que estaba localizada su tienda carecía de una tienda con una línea completa de muebles para niños. Marisa pensaba que el momento era adecuado y el mercado propicio para que su negocio ampliara su línea. AL mismo tiempo se dio cuenta de que se avizoraban algunos problemas de importancia relacionados con esta ampliación.

Rabito estaba localizada en un Centro Comercial de tamaño mediano en una ciudad de aproximadamente 80 mil habitantes, a 30 kms de una ciudad mayor, cuya población er de casi un millón de personas. La tienda inició sus operaciones un poco más de 4 años atrás.

El año pasado, Rabito registró una utilidad neta del 5% sobre ventas de 90 millones de pesos. Marisa Pineda esperaba que el volumen de ventas de este año superara el medio millón de dólares. La razón principal de esto era que un competidor importante se había mudado a otra ciudad. Marisa confiaba en captar la participación de mercado que tenía la otra tienda.

Marisa consideró que ese encontraba en buenas condiciones financieras. Cada año, las utilidades de Rabito se reinvertían en la empresa. La mayor parte del préstamo bancario inicial estaba pagado. Este préstamo, junto con el capital de Marisa y su Esposo, se había invertido en el inventario inicial. Y el mobiliario arreglos necesarios. Ni Marisa ni su esposo Roberto, quienes atendían la tienda, habían Conrado ningún sueldo desde que abrieron. Sin embargo, si todo iba bien este año la señora Pineda comenzaría a cobrar un suelo para el año siguiente.

Rabito vendía solo juguetes compatibles con la filosofía de Marisa Pineda, acerca de los juguetes y los niños. Creía que “los juguetes debían ser emocionalmente sanos para los niños y algo que puedan amar”. Por ejemplo, su tienda no vendía pistolas ni soldados. Los productos que manejaba eran únicos y difíciles de conseguir, duraderos yd e alta calidad. No vendía juguetes que fueran anunciados a nivel nacional porque las tiendas locales de descuento podían vender esos productos menor precio de lo que ella tendría que pagar por ellos.

La línea de productos que Marisa estaba considerando agregar, incluía una gama completa de mobiliario para niños y accesorios para jóvenes hasta de 14 años. El surtido de mobiliario sería de cunas, sillas altas, mesas, cómoda para cambiar pañales, literas escritorios y cómodas comunes.

Los accesorios incluían ropa de cama, lámparas y decoraciones para la pared.

La mayor parte del inventario propuesta debería reflejar la imagen de calidad que Rabito trataba de proyectar en la selección de sus juguetes. La señora Pineda intentaba vender algunos artículos exclusivos de alto precio, aunque no se vendieran con rapidez. Consideraba que los productos de esa naturaleza atraerían a una clientela de altos ingresos y perpetuarían la imagen de la tienda que ella deseaba continuar. Al mismo tiempo pretendía adquirir un amplio surtido de los artículos que representaría la parte sustancial del volumen de ventas. Además, quería atraer compradores de ingresos más bajos, ofreciendo algunos artículos que pudieran interesar a este segmento. Sus planes incluían la importación de productos adquiridos de proveedores extranjeros, así como compras compañías nacionales. La mayor parte del inventario tendría un margen de utilidad bruta del 50% del precio de venta al menudeo, el margen acostumbrad en ese tipo de ventas de muebles.

Para ampliar su línea de mobiliario infantil y juvenil, Rabito tenía que duplicar su espacio actual a unos

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