COMPLEJO DE EDIPO Complejo de Electra
Enviado por micaaat • 3 de Noviembre de 2015 • Trabajo • 2.912 Palabras (12 Páginas) • 152 Visitas
Complejo de Edipo
Es un conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma llamada Positiva, el complejo de Edipo se presenta como en la historia de Edipo Rey: deseo de muerte del rival que es el personaje del mismo sexo y deseo sexual hacia el personaje del sexo opuesto. En su forma Negativa se presenta a la inversa, amor hacia el progenitor del mismo sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto.
De hecho estas dos formas se encuentran en diferentes grados, en la forma llamada “completa” del complejo de Edipo.”
Freud descubre el tema a través del análisis de sus pacientes y de su propio autoanálisis donde reconoce los celos vividos por él hacia su padre y el amor hacia su madre. La nominación Complejo de Edipo aparece en 1910, pero él tomó el drama de Edipo Rey como argumento interpretativo para explicar las funciones y las consecuencias de esta triangulación: madre-padre-niño.
El complejo de Edipo es la representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo sexual o amoroso del niño.
La teoría de Freud distingue en el desarrollo psicosexual de los niños tres etapas principales: la pulsión oral, la pulsión anal y la pulsión fálica. El período de manifestación del complejo de Edipo coincide con la llamada pulsión fálica (pre genital) del desarrollo de la libido, es decir aproximadamente entre los 3 y los 6 años de edad y se acaba con la entrada en el período de latencia. La fase fálica (o a veces uretral) es una de las fases pulsionales de la teoría sobre el desarrollo psicosexual de Sigmund Freud. Sobreviene a continuación de la fase anal y tiene lugar en la primera infancia, entre las edades de 3 y 5 años. En esta etapa, la zona erógena predominante son los genitales (clítoris en la mujer y pene en el varón) y las sensaciones placenteras se obtienen sobre todo mediante la actividad de orinar. Según Freud, durante esta fase se superan los conflictos emocionales conocidos como complejo de Edipo. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con la elección de objeto, que abre paso a la sexualidad adulta.
La preponderancia del complejo de Edipo, que siempre sostuvo Freud, queda atestiguado por las funciones fundamentales que le atribuye:
A-Eleccion del objeto de amor, en el sentido de que éste, después de la pubertad, viene condicionando a la vez por la catexis de objeto y las identificaciones inherentes al complejo de Edipo y por la prohibición de realizar el incesto.
B-Acceso a la genitalidad, por cuanto ésta no queda en modo alguno garantizada por la sola maduración biológica. La organización genital presupone la instauración de la primacía del falo, y ésta difícilmente se puede considerar establecida sin que se resuelva la crisis edípica por el camino de la identificación.
C-efectos sobre la estructuración de la personalidad, sobre la constitución de las diferentes instancias, en especial el súper yo y el ideal del yo.
Complejo de Electra
Sigmund Freud desarrolló en 1908 el Complejo de Edipo, un comportamiento que provocaba una simultaneidad de emociones, positivas y negativas respecto a sus progenitores; más adelante, en 1912 Carl Gustav Jung dividió dicho comportamiento en dos: El complejo de Edipo afectaría sólo a varones y el suyo denominado Complejo de Electra sería específico para el género femenino. Según Carl Gustav Jung, la descendencia femenina en algún momento en su etapa de crecimiento y de manera muy común desarrollaban una fijación hacía su progenitor varón y que provocaba un conflicto directo con su madre, comenzando la etapa a partir de los 3 años y que en la mayoría de casos se solucionaba de manera natural, aunque cabía la posibilidad de que dicho complejo se extendiera en el tiempo. A diferencia del Complejo de Edipo, teoría creada por Sigmund Freud, podría haber un factor influyente negativo en la relación paterno-filial, puesto que podría provocarse rechazo respecto al padre si este no atendía las necesidades emocionales de su hija en ese aspecto, causando en raras ocasiones una anomalía patológica, y necesitando tratamiento psicoterapéutico para que la niña aceptara la situación
La niña tiene una sexualidad más complicada que el varón, ya que debe re-direccionar su objeto de amor, pasando del amor a la madre al padre, y debe cambiar el clítoris por la vagina para poder acceder a una sexualidad plena.
Primero, atraviesa una fase preedípica, de fundamental importancia, con intensa ligazón a la madre, donde se masturba con el clítoris y tiene la creencia de que puede tener pene como el varón; pero luego debe afrontar que su clítoris no es ni será un pene.
A partir del complejo de castración, se inicia el complejo de Edipo y aparece la herida narcisista al amor propio y la consiguiente angustia.
Hay 3 salidas del complejo de Edipo en la mujer:
Ve la diferencia, y tiene un sentimiento de inferioridad: La mujer envidia al varón que sí posee el falo. Renuncia a masturbarse porque eso la hace fantasear con el pene varonil que la humilla y prefiere reprimir. Si esta situación llega a instalarse, en relación a la represión, sería una salida a la neurosis.
Desmiente o niega la diferencia: La mujer se consuela pensando que le va a crecer un pene. Pero para nada se conforma con esta falta de pene. Es así que va a desarrollar una especie de complejo de masculinidad que la llevará a insistir en la su posesión fálica, de tal forma que a veces se decanta claramente hacia la homosexualidad o a la neurosis. Ejemplo: las mujeres llamadas “marimachos”
En esta posible segunda salida puede ocurrir que al distanciarse el padre en la pubertad, las hijas regresiones a la madre, facilitando también así una vía hacia la homosexualidad.
Salida a la feminidad: En esta última posible salida acepta la diferencia anatómica, y toma como objeto de amor al padre que tiene pene (falo) pero verifica que el padre no le dará el pene ni tampoco un hijo. No hay una clara renuncia a la sexualidad, sino que se pone en marcha este cambio de zona erógena hacia la vagina, los impulsos sexuales por lo general se vuelven más pasivos y elige a un hombre con las características paternas. La posibilidad que le da la maternidad, de obtener el falo a través del hijo, lo tomará como la salida normal al Edipo femenino.
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