Cada niño muestra una personalidad distinta, lo cual es una mezcla relativamente constante de emociones, temperamento, pensamiento y conducta que hace única a una persona, refleja influencias congénitas y medioambientales.
Enviado por Karolyn De La Rosa • 28 de Abril de 2017 • Resumen • 1.360 Palabras (6 Páginas) • 312 Visitas
El desarrollo psicosocial en los primeros 3 años
Fundamentos del desarrollo psicosocial:
Cada niño muestra una personalidad distinta, lo cual es una mezcla relativamente constante de emociones, temperamento, pensamiento y conducta que hace única a una persona, refleja influencias congénitas y medioambientales.
Las emociones son reacciones subjetivas ante diversas experiencias que se asocian con cambios fisiológicos y conductuales, se empieza a desarrollar desde la infancia y es un elemento básico de la personalidad. Los primeros indicios o señales de los sentimientos de los bebés, son indicadores importantes del desarrollo, lo más común que se observa son las sonrisas (social, ocurre cuando los bebés recién nacidos miran a sus padres y les sonríen, anticipatoria, sonríen ante un objeto y luego miran a un adulto mientras siguen sonriendo); o el llanto (la manera más eficaz en la que los bebés pueden comunicar sus necesidades), se pueden mencionar varios tipos; el llanto del hambre, del enojo, de dolor y de frustración. Algunos padres malcrían a sus hijos y eso puede interferir con el desarrollo de la capacidad del infante para regular o controlar su estado emocional.
Las emociones aparecen poco después del nacimiento, muestran signos de satisfacción, interés y aflicción. Se pueden mencionar las emociones autoconscientes, como el bochorno, la empatía y la envidia, aparecen después que los niños han desarrollado la conciencia de sí mismos y las emociones autoevaluativas de orgullo, culpa y vergüenza.
Hay algunos niños que muestran una conducta altruista, lo cual es una actividad que pretende ayudar a otra persona sin esperar recompensa, el entorno es una de las cosas que influyen en qué tan altruista se muestra un niño. Otros niños muestran empatía, esto puede verse al inicio de la infancia, es una habilidad para ponerse en el lugar de otra persona y sentir lo que ésta siente y también depende de la cognición social.
El temperamento no solo influye en la manera en que los niños se aproximan y reaccionan ante el mundo exterior, sino en la manera en que regulan su funcionamiento mental, emocional y conductual. Según un estudio realizado (ongitudinal de Nueva York), se pueden clasificar tres patrones de temperamento, niño “fácil” los que tienen temperamento por lo general feliz, ritmos biológicos regulares y con disposición a aceptar las nuevas experiencias, niños “difíciles”, con temperamento irritable, ritmos bilógicos irregulares y respuestas emocionales intensas y los niños “lentos para animarse” los que tienen temperamento por lo general afable pero que se muestran vacilantes respecto de la aceptación de nuevas experiencias.
El temperamento parece ser en gran medida innato, probablemente hereditario y bastante estable, aunque eso no significa que el temperamento esté completamente formado al nacer, se va desarrollando a medida que aparecen varias emociones y capacidades de autorregulación. Los infantes con temperamento difícil pueden ser más susceptibles a la calidad de la crianza que los niños con temperamento fácil o lento para animarse y quizá necesiten una combinación de más apoyo emocional y respeto por su autonomía.
El papel de la madre es muy importante en este tema, una de las necesidades de los hijos es que la madre les responda con prontitud y calidez. También el papel de la paternidad es en esencia una construcción social que tiene significados diferentes en culturas distintas.
Los niños necesitan desarrollar un equilibrio entre la confianza, que les permite formar relaciones íntimas, y la desconfianza, que los habilita para protegerse. Si predomina la confianza los niños desarrollan la virtud de la esperanza, la creencia que pueden satisfacer sus necesidades y cumplir sus deseos.
Un factor importante también, es el apego, esto es el vínculo emocional recíproco y duradero entre el infante y su cuidador, cada uno de los cuales contribuye a enriquecer la calidad de la relación. Los bebés con un apego seguro son los que lloran y protestan cuando el cuidador sale y los busca activamente a su regreso, los bebés con un apego evasivo no se muestran afectados cuando el cuidador sale o regresa, exhiben poca emoción negativa o positiva. Los bebés con un apego ambivalente (resistente), muestran ansiedad incluso antes de que el cuidador salga y se muestran más molestos cuando parten, el apego desorganizado, es el menos seguro, parecen confusos y temerosos.
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