Cual es La sexualidad y el genero en la construcción de las subjetividades

La sexualidad y género en la construcción de las subjetividades.

Introducción.

El propósito del presente ensayo tiene como objetivo hacer una reflexión sobre la sexualidad y género que permita cuestionar el discurso dicotómico de la heteronormatividad (femenino/masculino) que se ha generado a través del inicio de los tiempos y la importancia que estos tienen en la construcción de nuevas subjetividades.

Entendamos desde este punto que la sexualidad según la Organización Panamericana de la Salud (2006) la define como:

 “Una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano. Basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.” (Lyra, 2006, p.8)

Por lo tanto, desde que hablamos de sexualidad hay un arraigo desde su conceptualización del género y que son practicadas por las mujeres y los hombres según los rige estas connotaciones. La sexualidad no es practicada por estos de las mismas formas y maneras; las diferencias de estas devienen en una jerarquización y valoración tanto en los hombres como en las mujeres.

Mientras tanto el género es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo. “El género, tal como ha existido de manera histórica, transculturalmente y en las sociedades contemporáneas, refleja y perpetúa las relaciones particulares de poder entre el hombre y la mujer.” (Lyra, 2008, p.8). Entonces el género está caracterizado por hacer una diferencia jerárquica y que traspone un modelo patriarcal donde el hombre es el dominante y la mujer la dominada. Así pues podemos distinguir al género como un clasificador como lo es la raza, la edad, etc., y que a su vez interviene en la construcción de los diferentes aspectos de la vida del sujeto. Según la autora Torres (1998), la masculinidad y la feminidad son parte del orden simbólico e imaginario y que por este proceso se da la subjetivación a la que están sujetos y adquieren las características de lo que significa ser un hombre y una mujer.

I

En todas las sociedades existe una manipulación en los aspectos culturales, de ahí deviene que según el sexo se determinen para cada hombre o mujer el que tengan predispuestos los roles que deben seguir. Es a partir de la condición biológica que cada cultura defina lo que tiene que hacer cada sexo y lo que no debe hacer, así como la manera en que debe realizarlo; la cultura le da un valor a este. En nuestra sociedad hay un claro ejemplo de esto en donde aún se relega a la mujer  en un rol de esposa, madre y ama de casa mientras que por el contrario a los hombres se les asigna el rol de proveedores, trabajador, protector.

Una de las grandes aportaciones que nos hacen los pensadores postestructuralistas es quitar el mito sobre que la vida humana tiene una connotación binaria. Por ejemplo Derrida (1989) nos dice que los sistemas de pensamiento son las relaciones de poder que funcionan por encima de la voluntad de los sujetos y que este se ha desarrollado de manera binaria, se necesita quitar el discurso normativo que se encuentra en la relación entre sexo y género.

Por otro lado, Foucault (1977) sigue la misma línea pues nos dice que en esa construcción cultural de la sexualidad no solo hay una construcción binaria, sino que el discurso que gira entorno a la sexualidad tiene una base en los intereses del poder político de las clases dominantes y que estas clases en cada espacio-tiempo determinan las normas que regirán al sexo y a la sexualidad.

En ambos autores se lee que debe existir el rompimiento de los pensamientos dominantes que dan el carácter de dualistas. Una vez que dejemos atrás estos discursos y la manera de analizar estos aspectos podrá dar paso a las realidades y subjetividades que se están creando. Es de urgencia considerar aquellos discursos que se creían fuera de la norma, aquellos que son reprimidos e invisibilizados y así poder entender la diversificación de la vida humana.

Los sujetos están atrapados en una estructura social que no les permite desarrollar su subjetividad, por un lado habría que cuestionarse si es por se tiene tan arraigada esta estructura y el sujeto no da cuenta de que no hay cavidad para su subjetividad o si es más bien que se tiene el conocimiento de esta no aceptación pero se teme para salirse de la norma.

En las nuevas estructuras culturales que se formaban con los discursos heteronormativos ya no alcanzan para las nuevas subjetividades y que hace visible la diversidad de espacios, diferencias y tiempos. Hoy a la mujer ya no se le denomina como aquella dualidad del hombre sino que hay diferentes identidades.

El sujeto ya no está encerrado en una estructura binaria en donde solo podía tomar el lado de un bando o del otro. Ahora existe la posibilidad de que se mueve de manera dinámica su subjetividad y se reapropie los roles, los estatus para crearse una nueva identidad.

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