DESARROLLO PSICOMOTOR EN LA INFANCIA Y EN LA NIÑEZ.
Enviado por Mabel0305 • 18 de Enero de 2016 • Monografía • 7.519 Palabras (31 Páginas) • 297 Visitas
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Dedicatoria
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Agradecimientos
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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo monográfico tiene por objetivo, estudiar las diferentes etapas del desarrollo psicomotor del niño desde 0 a 12 años de edad.
Enfoqué los estudios que a lo largo de la investigación científica desde la perspectiva psicológica se vino desarrollando y que hoy en día permite a la sociedad tener nociones básicas para coadyuvar el desarrollo saludable de los seres humanos desde temprana edad.
Este trabajo contiene información de las etapas del desarrollo psicomotor del niño desde su concepción hasta la pre adolescencia, no he abordado el desarrollo del niño con problemas de psicomotricidad u otras que seguramente serán materia de otro trabajo monográfico.
En ese sentido, consigno el contenido en capítulos elementales. El marco conceptual necesario para ingresar de manera didáctica al contenido del tema. Inmediatamente después abordo el contenido principal del presente estudio, acompañando esquemas y tablas informativas que facilitarán la comprensión de los sub temas.
Una vez culminado el desarrollo del tema principal he incorporado una lista de test para aplicar a niños en la etapa de desarrollo psicomotor hasta los 12 años y la medición u objetivo de su aplicación. Esto con la finalidad de tener una referencia válida y al alcance de ser consultada en el momento que sea necesario.
Como parte importante de este trabajo también he incluido un glosario de términos técnicos de uso común en la rama psicológica para facilitar la comprensión de algunos conceptos.
Finalmente he incorporado un listado de datos bibliográficos que han servido de consulta para abordar el contenido de todos los temas principales y sub temas.
DEFINICIÓN
Todo ser humano que nace saludable tiene la facultad de moverse y esta condición irá variando durante su crecimiento dependiendo de las facilidades que el brinde el ambiente.
A través del movimiento el niño se expresa y se pone en contacto con el medio que lo rodea, interiorizando su experiencia se va conociendo y va conociendo también el entorno en el que se desenvuelve. Para comprender mejor este proceso es necesario ir definiendo algunos conceptos básicos.
DESARROLLO PSICOMOTOR
Según Cobos Álvarez, (1995)
“El desarrollo psicomotor se encuentra entre lo estrictamente físico-madurativo y lo relacional, por lo que tiene que ver, tanto con una leyes biológicas como aspectos puramente interactivos susceptibles de estimulación y de aprendizaje. Su meta será el control del propio cuerpo e implica un componente externo (la acción) y uno interno o simbólico (la representación del cuerpo y sus posibilidades de acción)”. Y lo expresa a través del diagrama desarrollado en la figura 1
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- Esquema Corporal 6
- Lateralidad 7
- Tono muscular 8. Estructura espacial
- Independencia motriz 9. Estructura corporal
- Coordinación
Fig. 1
Cabezuelo y Frontera, (2010) definen:
Desarrollo psicomotor significa la adquisición progresiva por parte del niño, de cada vez más habilidades, tanto físicas como psíquicas, emocionales y de relación con los demás […].
[…] El desarrollo psicomotor tiene su sustrato fisiológico indispensable en la maduración de todo su sistema nervioso. Este comprende sobre todo su órgano más importante, el cerebro, además del cerebelo y tronco cerebral, situados detrás del cerebro la médula espinal (que está físicamente dentro de la espina ósea de las vértebras), así como los nervios periféricos, incluidos los de los sentidos (oído, vista. Tacto etc.)
[…], El desarrollo psicomotor es un proceso unitario, pero sin embargo compuesto de la imbricación concomitante y paralela de dos tipos de desarrollo que los propios padres y educadores perciben como claramente diferentes:
a. El desarrollo motor, de las habilidades ligadas al sistema formado sobre todo por huesos y músculos, capaz de efectuar movimientos cada vez más complejos y precisos. La actividad muscular está siempre ordenada y coordinada por el sistema nervioso (cerebro, médula espinal y nervios periféricos).
b. El desarrollo psíquico y afectivo, ligado sobre todo a la actividad cerebral, de la que dependen funciones como el lenguaje, las manifestaciones afectivas y la relación social. Aunque su base es orgánica, tiene una interacción constante con el medio ambiente inmediato. Lo condiciona y estimula sobre todo el clima de afecto y los cuidados continuos de los padres, su amor en definitiva.
DESARROLLO PSICOMOTOR A LO LARGO DE LA VIDA UTERINA
Le Boulch, (1995) manifiesta:
La función muscular traduce el primer modo de expresión del embrión.
Es ejercida mucho antes de que el embrión sea capaz de reaccionar ante una estimulación sensorial de origen externo; es decir que el sistema motor es capaz de desencadenar y de mantener su propia actividad sin que haya estimulación sensorial. El tono, la manifestación más palpable de la energía biológica, caracteriza a cada instante el dinamismo propio del organismo.
Al nacer, la necesidad del alimento viene a ser el organizador del movimiento
[…], A lo largo de la vida fetal, el organismo del niño está en simbiosis con el organismo materno, y las exigencias metabólicas de su crecimiento están cubiertas según la medida de sus necesidades
El período narcisista primario, que se desarrolla hasta los dos meses, se caracteriza por la instalación de esta fuerza pulsional, primer motor del comportamiento.
El recién nacido, oscila por tanto, en un estado de necesidad que se manifiesta por una elevación del tono originado por descargas musculares impulsivas, inclusive llantos, y un estado de quietud que, aunque no le llamemos placer, es correlativo con una disminución del tono.
El equilibrio de este comportamiento tónico- emocional, que traduce la unidad del ser, es el resultado de la atención que presta el entorno al niño, no es menos seguro que las experiencias corporales vividas permanezcan inscritas, gracias a una verdadera memoria del cuerpo, bajo la forma más primitiva del inconsciente.}
“[…], Desde las primeras semanas, sobre todo en la fase del estadio pre-objetal (Hasta los siete meses) el comportamiento se organiza también bajo la influencia de las estimulaciones extra sensoriales
Durante la vida intrauterina, el feto vivía ya en un universo de sensaciones cutáneas, sonoras y propioceptivas, laberíntica y articular que están en el origen de las reacciones del equilibrio y de los primeros reajustes postulares, cuya coordinación exige la intervención del arquicerebelo. Parece ser que la organización tónica que preside al reajuste postural está en el origen de una forma primitiva de conciencia que se superpone a la conciencia vegetativa inicial.
Alrededor de la sexta semana es cuando la entrada en actividad del gran lóbulo límbico, va a permitir asociar al niño la satisfacción de la insatisfacción de sus necesidades fundamentales, según tal o cual indicio sensorial, Va a ser capaz, pues, de relacionar, lo que él siente con algunas características objetivas del entorno. De esta manera podrá disponer de una verdadera memoria afectiva, pudiendo ejercer un rol anticipador. Desdé este periodo va a sentir, no solamente placer, sino que tendrá la posibilidad de preverlo.
Muñoz, (2002) refiere:
Un resumen de esta fase es presentada por HOTTINGER (1980) citando el estudio de Gesell (1954)
En el primer período de (4 ) semanas, gana control a sus 12 músculos óculo-motores
En el segundo período (16-28 semanas), comienza a controlar sus músculos con los cuáles soporta la cabeza y mueve sus brazos y los extiende para los objetos.
En el tercer período (28-40 semanas) el niño comienza a controlar su tronco y sus manos. Se sienta, agarra, trasfiere y manipula los objetos
En el cuarto período (40-52 semanas) el niño extiende el control a las piernas y los pies, dedos índices y pulgar. Al segundo año, el niño presenta los movimientos de caminar, correr, articular palabras y frases, adquiere control de los esfínteres y alcanza un sentido rudimentario de identidad y posición personal
Le Boulch, (1995) manifiesta:
Alrededor del octavo mes, la entrada del estado objetal representa una nueva etapa importante en la evolución del YO
En el estadio objetal, ante ese conocimiento sincrético, va a tener lugar una verdadera identificación de la imagen materna. La percepción de este personaje privilegiado va a permitir la canalización de la energía sobre este « objeto libidinal » que reviste, por este hecho, un valor estructurante. En la medida en que la experiencia vivida de la criatura le permite asociar el placer con la presencia materna, su ausencia le provoca una frustración, que nos explica sin duda la “La angustia del octavo mes”. La experiencia de la frustración tiene un objeto dinámico, pues la pérdida pasajera del « objeto libidinal » es origen del deseo, motor de la actividad intencional. La imagen materna, fruto de la representación mental ha nacido y es el primer soporte para el ejercicio de la función simbólica
A partir de este período el verdadero diálogo afectivo podrá instaurarse entre el niño y su entorno humano, en la medida que la madre desempeñe un papel facilitador evitando captar toda la afectividad del niño
ACCESO A LA VERDADERA COMUNICACIÓN
Le Boulch, (1995) sostiene
“[…] La verdadera comunicación que implica la intencionalidad de trasmitir un estado afectivo no comienza sino hasta pasado el estadio objetal. Desde ese momento el repertorio expresivo del niño, constituido por reacciones posturales, mímicas y gestos que exteriorizan las vivencias emocionales del organismo, va a ajustarse cada vez mejor a las situaciones vividas en relación de su entorno. El niño va de esta manera interiorizar las actitudes del otro y sentirlas literalmente en su cuerpo, gracias a su propio juego tónico. Vivirá realmente y en su propio cuerpo los sentimientos del otro, ya sean afectivos o agresivos, y así es como poco a poco y a través de la experiencia vivida de su cuerpo, va a forjarse el temperamento del niño, verdadera estructuración de situaciones emocionales verificadas en un cierto número de esquemas tónico-emocionales específicos y cada vez más personalizados. Para designar este aspecto del diálogo afectivo se ha acuñado el término de identificación.
La mayoría de los investigadores coinciden en que el desarrollo ´psicomotor del niño es imposible sin los cuidados y el amor de los padres o de otros adultos que sustituyan sus funciones. En ese sentido se puede distinguir también otros factores que contribuyen a que este desarrollo sea consistente a lo largo de la vida del ser humano, es necesario entonces distinguir estos factores
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