DESARROLLO SOCIO EMOCIONAL EN EL AULA
Enviado por Ada Elena Salazar • 15 de Julio de 2021 • Ensayo • 2.773 Palabras (12 Páginas) • 719 Visitas
ENSAYO “DESARROLLO SOCIO EMOCIONAL EN EL AULA.”
INTRODUCCIÓN.
Compartir, hacer amigos, prestar atención, expresar las emociones y lidiar con los desafíos con éxito son cruciales para el aprendizaje, éxito y felicidad de por vida. Estas destrezas son parte del desarrollo social y emocional, el cual empieza con las experiencias y relaciones más tempranas de los niños y tiene un gran impacto en los resultados posteriores, no solo para los niños, pero para sus familias y comunidades.
La Educación Socioemocional se apega al laicismo, ya que se fundamenta en hallazgos de las neurociencias y de las ciencias de la conducta, los cuales han permitido comprobar la influencia de las emociones en el comportamiento y la cognición del ser humano, particularmente en el aprendizaje. Retomando particularmente el curso de Educación socioemocional en la licenciatura de Educación primeria se llega a un desglosé total de la educación.
En donde se marcaria como primer eje primario a la primera unidad disintiendo lo siguiente: El desarrollo social y emocional envuelve varias áreas interrelacionadas de desarrollo, incluyendo la interacción social, la conciencia emocional y la autorregulación. A continuación indicamos ejemplos de los aspectos importantes del desarrollo social y emocional para los niños pequeños.
DESARROLLO.
La interacción social se enfoca en las relaciones que nosotros compartimos con otros, incluido las relaciones con los adultos y compañeros. A medida que los niños se desarrollan socialmente, ellos aprenden a tomar turnos, ayudar a sus amigos, jugar juntos y a cooperar con otros. Investigación de antecedentes del desarrollo social y emocional.
La conciencia emocional incluye la capacidad de reconocer y comprender nuestros propios sentimientos y acciones, y los sentimientos de los demás, y cómo nuestros propios sentimientos y acciones nos afectan a nosotros mismos y a los demás.
La autorregulación es la capacidad de expresar los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las maneras más socialmente apropiadas. Aprender a calmarse cuando uno está enojado o emocionado y persistir durante las tareas difíciles son ejemplos de autorregulación; el desarrollo social y emocional empieza en los momentos más tempranos. Los bebés aprenden a través de interacciones sociales con los adultos que cuidan de ellos y la mayoría nace con la capacidad de leer las señales básicas sociales.
Los niños con una base social y emocional fuerte tienen más posibilidades de graduarse de la secundaria, ir a la universidad y de obtener mejores resultados en la dimensión de su bienestar en general.
Que las emociones tienen un papel importante en el aprendizaje ha pasado en los últimos años de ser una intuición a convertirse en una de esas verdades que hay tener siempre presentes. Sobre todo después de que los avances en neurociencia aseguren que la emoción (positiva) mejora nuestra comprensión y nuestro recuerdo, además de la motivación hacia el aprendizaje.
Las emociones son estados complejos, fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro elementos: cognitivo, fisiológico, conductual y expresivo. Los estímulos emocionales interactúan con las habilidades cognitivas, afectando a la capacidad de razonamiento, la toma de decisiones, la memoria, la actitud y la disposición para el aprender. Los profesores han de ser conscientes de la importancia de la emoción como vehículo de sus palabras si desean que estas alcancen de lleno a sus alumnos. Prácticas como la transmisión de conceptos complejos de modo aséptico, desconectados de significado emocional, deben ser abandonadas para evitar el fracaso escolar. La neurociencia nos muestra evidencias de que se aprende mejor cuando un determinado contenido o materia presentan componentes emocionales, aunque hay emociones que potencian el aprendizaje y otras que lo dificultan. El cerebro tiene sistemas naturales de aprendizaje, entre los cuales se prioriza el aspecto emocional: cuanto más positiva sea la emoción, mejor se aprende.
En la segunda unidad de aprendizaje que lleva el tema de desarrollo socio emocional en la infancia nos dice que el desarrollo socio‐emocional es la capacidad de un niño de comprender los sentimientos de los demás, controlar sus propios sentimientos y comportamientos y llevarse bien con sus compañeros. El desarrollo socio‐emocional de un niño es tan importante como el desarrollo cognitivo y físico. Es importante saber que los niños no nacen con habilidades socio‐emocionales, y por lo tanto es rol de los padres, cuidadores y educadores, enseñar y promover estas habilidades. El desarrollo socio‐emocional provee a los niños un sentido de quienes son ellos en el mundo, cómo aprenden, y les ayuda a establecer relaciones de calidad con los demás. Esto es lo que impulsa a un individuo a comunicarse, conectarse con otros y lo que es aún más importante, le ayuda a resolver conflictos, adquirir confianza en sí mismo y lograr sus metas.
La relación entre los niños, sus familias y otros adultos en sus vidas es crucial para un desarrollo social y emocional saludable de los niños. Desde el nacimiento, los padres y los cuidadores juegan un papel central en fomentar el desarrollo social y emocional al responder con sensibilidad y consistencia a las necesidades de sus bebés. Cuando las familias y los cuidadores proporcionan un cuidado consistente y afectuoso, leen las señales de sus bebés y participan en interacciones significativas, ellos les demuestran a los niños que son amados y protegidos. Esta seguridad les da a los niños pequeños la confianza que ellos necesitan para explorar el mundo a su alrededor, descubrir nuevos conceptos y formar relaciones positivas con otros, como los compañeros y los maestros. A medida que los niños crecen, las familias, los cuidadores y los maestros de primera infancia pueden apoyar el emergente desarrollo social y emocional de los niños al continuar fomentando relaciones afectuosas y receptivas. Dentro de los refugios seguros de las relaciones estrechas, los niños pueden aprender destrezas nuevas y más complejas, como la autorregulación, jugar con compañeros y sentir empatía por los demás.
Estas y otras dimensiones del desarrollo social y emocional preparan a los niños para el éxito en la escuela y sienta la base para la salud y el bienestar más adelante en la vida. Para algunos niños con retraso de desarrollo o incapacidades, apoyo más intencional e intensivo puede que sea necesario. En estos casos, los padres pueden colaborar con los profesionales, tales como los intervencionistas y los educadores especiales, para apoyar el crecimiento del desarrollo social y emocional de los niños. Todos los niños tienen la capacidad de experimentar emoción, pero cómo las experimentan y cómo aprenden a controlarla puede depender mucho en la relación con su(s) cuidador(es) principal(es) y otros adultos importantes en sus vidas, y el ambiente de aprendizaje temprano donde ellos pasan el tiempo. Un amplio conjunto de investigación muestra que una base social y emocional sólida ayuda a aumentar el aprendizaje de los niños, rendimiento académico y otros resultados positivos a largo plazo. Las interacciones frecuentes con los cuidadores durante los primeros años constituyen la base del desarrollo social y emocional y del desarrollo en todas áreas. Estas interacciones crean conexiones neurales en el cerebro que son los componentes esenciales del aprendizaje posterior. Cuando los niños pueden controlar sus emociones, llevarse bien con los otros y perseverar a través de los desafíos, sus mentes están libres para concentrarse en aprender cosas nuevas de los padres, maestros, compañeros y a través de su propia exploración. Los niños con una base social y emocional sólida tienden a estar más involucrados en el aprendizaje y a formar relaciones con los otros más fácilmente. Por ejemplo, cuando los niños juegan en colaboración con sus compañeros, ellos pueden compartir lo que sabe, aprender de los otros y avanzar en el aprendizaje.
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