El niño y la escuela

El niño y la Escuela

Cuando se aborda el tema de dificultades entre el niño y la escuela es conveniente señalar dos opiniones opuestas: 1) Por un lado, hay quienes piensan que un niño con dificultades en la escuela es un niño anormal y, por consiguiente, patológico o enfermo, entonces debe de ser atendido en una estructura adecuada. 2) Del lado opuesto, se sitúan aquellos que consideran que la estructura escolar es la inadaptada al niño y la única responsable del fracaso escolar.

El lugar que ocupa el colegio en el campo de acción de la paidopsiquiatría no debe ser ignorado, puesto que en algunos centros médicos-psicopedagógicos la mayoría de los niños que allí se visitan son remitidos por la escuela. Así, en total, alrededor del 70% de las consultas en los centros psicopedagógicos son porque las escuelas mandaron a los niños ahí.

Cuando un niño es enviado por la escuela a un centro psicopedagógico, las dificultades escolares ocupan el primer lugar. Sin embargo, los padres o maestros utilizan expresiones sintomáticas muy variadas en la que se mezclan valores morales, valores supuestamente médicos, valores sociales referidos a la norma, entre otros. En todos los casos, la inestabilidad es el motivo más frecuente reseñado, y los varones se ven afectados en mayor proporción que las niñas. Con la edad, la naturaleza de las dificultades va evolucionando; en un principio se caracteriza por la existencia de las dificultades llamadas específicas (dislexia, discalculia) y después por la aparición del fracaso escolar.

Dificultades específicas del aprendizaje

Se les llaman “dificultades específicas” las referidas estrictamente a un tipo de aprendizaje, como la lectura, la escritura o el cálculo, y que, al menos en teoría, no ocasionan dificultades en otros campos.

Se dan sobre todo en los primeros cursos de enseñanza. Posteriormente, la dificultad repercute en el conjunto de la escolarización, con el riego de desembocar en fracaso escolar.

Un estudio revela que el 12% de los alumnos de 7 a 11 años no logra seguir el ritmo de su clase, una buena parte debido a la dislexia (Carmena & Bujanda, 2000). Los autores concluyen la necesidad de establecer una educación específica para estos niños y programas oficiales para detectar el problema a edades tempranas.

La investigación ha demostrado que la mayoría de los niños y adultos con discapacidades de la lectura sufre una serie de problemas con el lenguaje que derivan de una alteración de la función cerebral. Las personas con dislexia muestran una disfunción en los sistemas de lectura del hemisferio izquierdo posterior y el empleo compensador de las circunvoluciones frontales inferiores de ambos hemisferios y del área occipitotemporal derecha (Mucha-Skipper, 2009).

Numerosos estudios han demostrado que los niños con discapacidades del aprendizaje tienen la misma función visual y salud ocular que los niños libres de tales alteraciones. En concreto, problemas oculares o visuales sutiles, como los trastornos de la percepción visual, los errores de refracción, las anomalías del enfoque, los movimientos oculares bruscos, la disfunción binocular y los ojos desalineados o bizcos no causan dislexia. En resumen, la investigación ha demostrado que la mayoría de las discapacidades de la lectura no tiene como causa una alteración de la función visual (Mucha-Skipper, 2009).

Detección temprana

La historia familiar de discapacidades del aprendizaje debería alertar de esta posibilidad a los padres, los maestros y los médicos. El antecedente de retraso o dificultad en el desarrollo del habla y del lenguaje, aprender rimas o reconocer las letras o las relaciones sonido símbolo puede constituir un indicador temprano de alguna alteración del aprendizaje. Los padres o los maestros pueden detectar signos tempranos de las dificultades del aprendizaje en los niños en edad preescolar, aunque, en la mayoría de los casos, las discapacidades del aprendizaje no se descubren hasta que los niños muestran dificultades académicas en la escuela primaria. El diagnóstico precoz es importante porque el tratamiento es más eficaz durante los primeros años de vida.

El papel de la escuela en las dificultades de aprendizaje

El sistema educativo tiene la triple responsabilidad de la detección, la evaluación y el tratamiento tempranos de los niños con discapacidades del aprendizaje. Los maestros de enseñanza primaria suelen ser los primeros en detectar las dificultades del aprendizaje. Las evaluaciones de las dificultades del reconocimiento del alfabeto en el jardín de infancia y las dificultades del conocimiento fonético y del rápido avance de las palabras en el jardín de infancia y en los primeros cursos pueden predecir muchos de quienes tendrán dificultades para leer.

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