Estrés, ansiedad y depresión a causa de la emergencia sanitaria que provocó la pandemia de COVID-19

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1. Ensayo

Estrés, ansiedad y depresión a causa de la emergencia sanitaria que provocó la pandemia de COVID-19.

A principios del 2020 nos encontramos con una pandemia, algo que sólo habíamos imaginado gracias a las películas, pero nunca pensamos se volvería realidad. Con la aparición del virus SARS-CoV-2 y el COVID-19, se presentaron cambios muy drásticos en nuestra vida, primero el temor de que el virus llegara a nuestro país, cuando llegó y el primer contagiado fue dado a conocer en las noticias, el miedo se generalizó, muchas empresas mandaron a sus colaboradores a trabajar desde casa y también comenzaron las agresiones hacia personal de salud que mucha gente al verlos con sus uniformes, los atacaban por miedo a que los fueran a contagiar, lejos de analizar que ellos eran los que nos ayudarían y cuidarían si contraíamos la enfermedad.

De pronto nos encontramos encerrados en casa, aislados del mundo, bombardeados por noticias sobre la pandemia, contagios y muertes; además para los que tienen hijos en edad escolar, se suspendieron clases presenciales y los padres además de trabajar, tenían que atender a los niños y adolescentes para que tomaran sus clases a través de la computadora; de pronto nuestro mundo se redujo sólo a estar metido en casa y el contacto físico con los que no vivieran con nosotros era nulo.

Con todo esto la ansiedad lejos de ser algo positivo, comenzó a volverse un problema, el estado de ánimo de la gente empezó a decaer y la desesperación aumentaba también, el encierro se volvió algo que ahogaba y la falta de un beso o un abrazo se volvieron una necesidad apremiante.

Los meses pasaron y la situación a causa de la pandemia empeoraba, ya no sólo era el aislamiento, la gente comenzaba a enfermar más y más, muchos tuvieron que ser hospitalizados y otros comenzaron a morir; el miedo se volvía pánico, el mantener todo limpio se convirtió en una obsesión y este estrés de la situación que vivíamos provocó que la población comenzara a presentar síntomas de ansiedad y depresión.

A pesar de que no soportábamos el encierro, la fobia a estar cerca de otras personas también creció y la angustia que todavía sentimos cada vez que alguien tose o estornuda no ayuda a bajar el estado de ansiedad constante en el que nos vemos inmersos incluso ahora que los contagios van a la baja y por tanto las autoridades informan que hay un buen control de la pandemia.

Nuestra salud se ha visto gravemente afectada con este fenómeno mundial, no sólo la física, también la mental y es por ello que se requiere conocer más a fondo cómo ha afectado el COVID-19 la salud mental para poder encontrar una solución a corto, mediano y largo plazo.

Proceso de investigación y elección del método

El ser humano es curioso por naturaleza y por tanto siempre quiere conocer las causas de lo que pasa a su alrededor y la forma que ha encontrado para estudiar un fenómeno físico o psíquico y poder explicarlo, lo ha llevado a desarrollar métodos, en este caso, el método científico, que es la forma más sencilla y complicada a la vez de generar conocimiento, de encontrar respuestas a las hipótesis planteadas, de verificar la información que llega a nosotros a través de los sentidos y desmentir la que no es correcta.

La experimentación es la base del método científico y para llevarla a cabo es necesario el diseño de investigación, crear un plan o estrategia para obtener información que se pueda analizar con la finalidad de dar respuesta al problema planteado.

El diseño a elegir depende del problema al que se le quiere dar solución, no es lo mismo preguntarle a una persona que padeció Covid-19, que opina de la pandemia, que hacer la misma pregunta a quien perdió un familiar por esta enfermedad o a alguien que no cree siquiera que existe el virus.

La pandemia por COVID-19, nos ha obligado a permanecer aislados por más de un año, lo cual ha incrementado los problemas de estrés, ansiedad, y depresión en la población. Por lo que es importante saber cómo se sienten las personas ante una pandemia tan inesperada como la que enfrentamos para encontrar cómo ayudar a los pacientes reducir su estrés y tratar correctamente la ansiedad y depresión.

La ansiedad no es mala, es una reacción natural del cuerpo ante un peligro, es un sistema de alerta donde gracias a la adrenalina y otras sustancias químicas del cerebro, se acelera el ritmo cardíaco, la respiración, hay tensión muscular, sudan las palmas de las manos y otras reacciones, las cuales nos permiten reaccionar ante una amenaza.

La ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud desagradable caracterizado por la anticipación del peligro, el predominio de síntomas psíquicos y la sensación de catástrofe o de peligro inminente, es decir, la combinación entre síntomas cognitivos y fisiológicos, manifestando una reacción de sobresalto, donde el individuo trata de buscar una solución al peligro, por lo que el fenómeno es percibido con total nitidez. (Sierra, Ortega, & Zubeidat, 2003)

Todos hemos experimentado estrés e incluso ansiedad en algún momento de nuestra vida y mientras no sea demasiado fuerte, que se vuelva incontrolable, es algo normal, puede llegar a ser buena porque nos ayuda a realizar mejor nuestras actividades y hasta sacar los mejor de nosotros o ponernos a salvo ante algún peligro; el problema viene cuando la persona no logra controlarla y lejos de ayudarla, comienza a afectar su día a día.

Ya que se identificó el fenómeno a estudiar, se formula el problema, diseñamos el procedimiento, se lleva a cabo la selección del método e instrumentos, para después ordenar y procesar datos, lo que nos permitirá elaborar conclusiones y dimensionar los resultados.

Por lo que una forma de conocer los datos duros sobre estas variables es a través de un estudio con diseño cuantitativo no experimental de tipo transversal descriptivo con muestreo aleatorio simple para medir las variables ansiedad, depresión y estrés.

Este diseño no experimental transversal o también llamado transeccional, nos ayudará a recolectar datos en un momento del tiempo único, hacer una evaluación de la situación y cuál es la relación entre variables, “es como tomar una fotografía de algo que sucede” (Hernández – Sampieri, 2014).

En este tipo de diseños no se manipulan las variables independientes deliberadamente, lo cual nos permite observar el fenómeno tal cual se presente en su contexto y analizarlo; como es transversal sólo se observa en un punto del tiempo específico, una sola vez y al ser descriptivo indaga la incidencia y los valores de cómo se manifiesta la variable.

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