La violencia desde Rita Segato
Enviado por Florencia Valentina Tirante • 10 de Abril de 2020 • Ensayo • 2.810 Palabras (12 Páginas) • 273 Visitas
En el siguiente ensayo abordaremos el tema de violencia de género, teniendo en cuenta la perspectiva de la reconocida antropóloga argentina “Rita Segato” quien se destaca en sus estudios sobre machismo, violadores que trabaja en el campo del feminismo, según sus perspectivas antropológicas, es decir, para poder analizarlas teniendo en cuenta conceptos desarrollados ella para poder tener una mirada más profunda de nuestra sociedad actual, caracterizada por una falta de empatía, instaurada desde los medios masivos de comunicación , donde existen personas altamente narcisistas que viven en un mundo donde se emplean concepciones de banalidades construyendo un mundo individualista . La violencia se va convirtiendo en algo cotidiano, por ello se normaliza.
Según la autora es la manera en que se enseña a la sociedad sobre la violencia, que es ampliamente desarrollada por los medios de comunicación, que incitan y promueven el crimen, al repetirlo una y otra vez, en un mismo día que hacen que se cree una especie de espectáculo de esta situación. La autora opina que esto es muy dañino para la sociedad lo que hace que se crean fanatismos, y se repitan los crímenes, no significa que el ojo del público sea cruel, sino que se lo enseña a despojar, a usar los cuerpos hasta que queden solo restos; es una pedagogía porque ese público está siendo enseñado, de esta manera el publico es enseñado a no tener empatía con la víctima. Los crímenes se pasan en los medios de comunicación muchas veces al día creando una especie de espectáculo e insensibilizando a la gente como se si se tratara de algo ficticio, y creando en el espectador una incitación a la violencia, donde se espectaculiza al cadáver de la mujer
Las consecuencias de esta pedagogía de la crueldad son:
- pérdida de empatía con la gente, la insensibilización, el público no se pone en el lugar de la víctima, ocurre la necesidad imperiosa de el morbo, el ver más, como si lo que sucede no fuera real imperiosamente necesario para el desarrollo del capitalismo, ese individualismo, falta de interés por el otro, necesaria para avanzar, se le enseña a perder la tendencia natural del interés o sentimiento de comunidad estar sujeto a la necesidad de el otro, , donde va tomando cada vez más relevancia el tener que el ser, esto hace que se empiece a tratar al otro solo como un medio para poder satisfacer ciertos deseos, y descartarlo cuando ya no sirva o no cumpla con ciertos requisitos, es decir, establecer con mi par una relación basada en el interés, en el uso, como un objeto, que se descarta al dejar de cumplir su función, lo que caracteriza las relaciones plásticas.
La empatía es la capacidad que tenemos por ser seres sociales de ponernos en el lugar del otro, sentir su dolor, es decir sensibilizarnos, esto que se está deshumanizando por la cultura capitalista tachándose de anticuado, de pasado de moda, donde se establece una tendencia sobre superficialidad de las relaciones, evitando este quiebre, este conectarnos con el otro ejemplo en los hombre, los prostíbulo son una forma de instalar esta pedagogía de la crueldad donde se cosifica la mujer, y sirve como satisfacción de deseos y placeres, generando conductas disruptivas como la trata de mujeres donde se comercializan a las mismas, “este sujeto es despersonalizado como sujeto porque se hace predominar en él la categoría a la cual pertenece sobre sus rasgos individuales biográficos o de personalidad” (Segato, pág. 49)
Según Segato los hombres son las primeras víctimas en términos de violencia, ya que desarrolla un concepto denominado “mandato de masculinidad”, que hace referencia al mandato de tener que demostrarse hombre y no poder hacerlo por no tener los medios. “Compite con ellos, mostrando que merece, por su agresividad y poder de muerte, ocupar un lugar en la hermandad viril y hasta adquirir una posición destacada en una fratría que solo reconoce un lenguaje jerárquico y una organización piramidal. Esto hace que caigan en desesperación, siendo víctimas del mismo.”(Segato, pág. 40)
Así, se considera a los hombres a las primeras víctimas de este mandato porque deben mostrarse viriles, machos con los demás, acomodar su formas de ser, su manera de vestirse de acuerdo a este patrón, y ser esclavo de ello. Aquí se puede observar como está tan enraizado esto, que se ha prohibido a los hombre llorar, se rechaza todo sentimentalismo, es rudo, debe tener éxito económico y un buen empleo, debe ser una persona deportista, entre otros. Esto repercute en la psicología del hombre ya que reprimen, no se pueden expresar y esto llega a tal frustración que se manifiesta en depresiones. La psicóloga Adriana Guaraieb, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, asegura que influye con una enorme presión porque se considera que son poco hombres si no cumplen con este mandato a rajatabla. Las consecuencias de esto hace que se endurezcan, se repriman, y hasta se aíslen socialmente. Sin embargo, la única forma de desmontarlo es mostrándoles a los hombre cuan víctimas son de este mandato, la insatisfacción que les genera no llegar a cumplir con todas estas exigencias, es la única forma para lograr desmontarlo. Es responsabilidad del hombre luchar para lograr transformarse en un hombre pacífico, y hacer caer ese imperativo.
La masculinidad exhibe su trasfondo en la necesidad imperiosa de mostrarse potentes para la adquisición del prestigio masculino, buscando alcanzarla mediante la violencia, la cual aflora cuando los métodos no violentos ya no existen para el adueñamiento de cierta soberanía mostrándose de alguna maneras “impunes”, se busca construir con estos crímenes una exhibición de impunidad, una especie de soberanía territorial, producto de una competencia entre esta fatria masculina
Sobre la violencia o el abuso: “Lo que hemos aprendido de femicidios y escándalos sexuales anteriores es que aunque los medios muestran la monstruosidad del agresor, ese monstruo para otros hombres resulta una figura tentadora, porque el monstruo es potente. El monstruo es un personaje predador, rapiñador, como debe ser el sujeto masculino formateado por el mandato de masculinidad. Y lo que el hombre quiere mostrar siempre es que puede serlo, porque es su forma de mostrar que es potente” Segato señala que “hoy en día existir bajo el lente mediático parece ser para muchas personas la única forma de existir. Esto resulta importante para la cofradía de sus pares, así aquí es donde entra en relación el eje de relación la cofradía de los hombres, el mandato de masculinidad, la interlocución entre ellos,(de otros interlocutores en sombra) de los que le viene un “mandato de dominación”, donde un sujeto masculino es defino por seis potencias: la potencia bélica, económica, la potencia política, la potencia moral, la potencia intelectual, todas estas, adheridas a su identidad masculina además tiene que ser reconocida por los otros hombres, donde esto debe ser “exhibido”, para poder tener ese reconocimiento de su masculinidad (Segato, 2018).
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