PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA,,

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

     Las neoplasias son una causa importante de mortalidad en las edades tempranas en nuestro país, encontrándose dentro de las cinco (05) primeras causas de muerte en individuos menores de 15 años.   La leucemia es una de las formas de cáncer más temible en edades tempranas, en virtud de que al desarrollarse generalmente en la infancia y adolescencia, ataca a los individuos más inocentes, y por consiguiente, quienes generan mayor empatía, además de que por encontrarse en el desarrollo de sus organismos, los tratamientos son mucho más agresivos y causan mayores estragos durante la aplicación de los mismos.

      Es necesario manifestar, que Portter (2012), afirma que “las leucemias son neoplasias malignas de células precursoras hematopoyética, que se caracterizan por la sustitución difusa de la médula ósea por las                      células neoplásicas” (Pág. 69), en pocas palabras, al haber una            proliferación celular sustitutiva a nivel medular, impide que dicho órgano produzca las células sanguíneas necesarias para que el organismo pueda desarrollarse de manera normal y pueda protegerse de los ataques virales y bacterianos.

      Del mismo modo, según cifras de la Organización  Mundial de la Salud (2015), afirma que “El cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial; en 2012 se le atribuyeron 8,2 millones de muertes.

      Es importante señalar, que según The New England Journal of Medicine (2016) “existen 2 tipos de leucemia, la linfoblástica (que afecta al linfocito) y la mieloide que afecta a los glóbulos rojos y plaquetas. Ambos tipos se desarrollan en forma aguda y crónica” (Pag. 67), es decir, en cuanto a la primera de las variantes, son los glóbulos blancos, los que se ven afectados, produciéndose una superpoblación de los mismos dentro del torrente sanguíneo oncologizando la misma, mientras que en el segundo tipo, se hace evidente una disminución de los granulocitos y las plaquetas, por lo que, no se originan como debería, glóbulos rojos (eritrocitos) y plaquetas.   Es importante destacar además, que el órgano blanco de todos los tipos de leucemia es la médula ósea.

      Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, Hernández                         Ochoa (2011) afirma que “en la mayoría de los casos, las células            leucémicas pueden infiltrarse al hígado, bazo, ganglios y otros tejidos                del organismo, aunque la manifestación más espectacular es la               presencia de exceso de células en sangre periférica” (Pág. 78), lo que             hace que dicha patología sea bastante agresiva en su curso, y en la             mayoría de los casos, el tratamiento deba realizarse de la misma manera, con el fin de frenar el ritmo tan acelerado de acción.

      En el mismo orden de ideas, es importante resaltar, que, a nivel mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (2017) estima que para “El año 2017, en todo el mundo, el riesgo de cada persona por desarrollar alguna forma de leucemia es de por lo menos 1 de cada 200 personas, siendo el riesgo ligeramente superior entre los hombres sobre las mujeres” (Pág. 78), estadística ésta que no es para nada despreciable, si se toma en cuenta, que teniendo como base en nuestro país de 32 a 35 millones de habitantes aproximadamente, se esta hablando de un alarmante numero de 175.000 habitantes aproximadamente, con riesgo potencial a contraer cualquier tipo de leucemia.

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