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Resumen - Sobre las Teorías Sexuales Infantiles (1908)


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2018  •  Resumen  •  1.885 Palabras (8 Páginas)  •  318 Visitas

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Resumen - Sobre las Teorías Sexuales Infantiles (1908)

La riqueza de este artículo proviene indudablemente de los descubrimientos derivados del caso del pequeño Hans.

Entre una de las fuentes directas del material sobre este tema, está la observación directa de las exteriorizaciones del pulsional en los niños; se llama la atención sobre la predisposición a observar los mismos: si el adulto no le atribuye sexualidad alguna al niño, difícilmente encuentre algo que notar; y cuando se las nota, casi siempre se las sofoca por ser tan llamativas. Las comunicaciones directas hechas por adultos no pueden compararse en riqueza con las comunicaciones del niño, porque sus recuerdos infantiles conscientes están bajo la sospecha de que pudieron falsificarse hasta el día en que se los cuenta; además, eso que se cuenta está bajo la influencia de quien para ese momento ya es un neurótico.

Freud sintetiza lo que tarde o temprano devendrá objeto de interés para el niño, sin categorizarlo evolutivamente; sostiene convencido de que ningún niño puede dejar de ocuparse de los problemas sexuales en os años anteriores a la pubertad. Es posible estudiar la infancia a partir de la neurosis, debido a que las personas afectadas de neurosis no son tan diferentes a los llamados normales, no tienen una disposición degenerativa que los diferencia de los demás, "no hay una frontera tajante entre ellos y los normales". Tampoco es posible saber con anticipación, a partir de observaciones durante la infancia, si una persona enfermará o será un sujeto sano. Según Jung, ellos enferman a raíz de los mismos complejos con lo que luchamos nosotros. La diferencia está en que los "sanos" pueden afrontar estos complejos sin sufrir grandes perjuicios, registrables en la práctica, mientras que los neuróticos, consiguen sofocarlos pero al precio de unas costosas formaciones sustitutivas, es decir que fracasan en la práctica. En la infancia, neuróticos y normales, no se diferencian tanto, pero lo que después serán neuróticos traen en su constitución una pulsión sexual particularmente intensa y una inclinación a su madurez temprana a su prematura exteriorización.

Freud propone trazar un nexo entre las teorías sexuales infantiles y mitos y cuentos tradicionales.

Se propone desnaturalizar la propia existencia de una diferencia entre los sexos, intentando justificar el porqué de la recurrencia de los niños al tomar ese tema para sus investigaciones personales. El esfuerzo de saber de los niños no aparece de forma espontánea, sino bajo el "aguijón" de las pulsiones egoístas, ante por ejemplo el nacimiento de una hermanita/o, el niño debe comenzar a compartir todo en su vida, sentir el retiro de la asistencia por los padres como lo tuvo hasta entonces y otras experiencias despiertan la vida de sentimientos del niño y aguzan su capacidad para pensar. En niños más grandes, incluso se nota la sincera hostilidad y hasta realizan pequeños atentados sobre el que está indefenso en la cuna.

En base a lo anterior, el niño se ocupa de uno de los grandes problemas de la vida: "¿de dónde vienen los hijos?" (o como lo plantearía el niño: ¿de dónde ha venido este hijo molesto?). El pensamiento del niño, movido por esos interrogantes puede tomar un camino autónomo de investigación (pulsión epistemofílica) y tarde o temprano demandará una respuesta a sus padres, que son para él una fuente de saber. Comúnmente reciben respuestas evasivas, reprimendas por su apetito de saber, o le dan información de tipo mitológico (la cigüeña, el repollo, etc.) y nunca quedan satisfechos con eso, y no siempre lo confiesan. De muchas comunicaciones, Freud sabe que los niños desconfían de la teoría de la cigüeña; a partir de ese primer engaño comienzan a desconfiar de los adultos, lo perciben como algo prohibido, que los "grandes" mantienen en secreto. Un primer "conflicto psíquico" se les presenta así: sienten una predilección pulsional por ciertas opiniones sobre ciertos temas que no son "correctos", que son inviables respecto de las exigencias de los adultos. Se plantea una "escisión psíquica": hacer caso y ser "bueno", a costa de dejar de reflexionar es una de las opiniones, la que se mantiene dominante, consciente; mientras que la otra opinión, la que se tiene sobre investigar, deviene inconsciente, es sofocada. Se constituye así, el complejo  que se tiene sobre investigar, deviene inconsciente, es sofocada. Se constituye así, el complejo nuclear de la neurosis (lo que será en futuros artículos el Complejo de Edipo).

La naturaleza de esas teorías que labora están marcadas por una "ignorancia que no se deja sustituir", como también por el estado de su propia sexualidad que los deja sosteniendo la falsedad de esas teorías. Aunque todas esas teorías elaboradas por los niños son falsas, tienen un fragmento de verdad y tienen ese cualidad de genialidad que se les atribuye a los adultos que ensayan respuestas sobre el universo. Estas teorías nace, no arbitrariamente, sino de las objetivas necesidades de la constitución psicosexual.

Una teoría sexual consiste en atribuir a todos los seres humanos, aun a las mujeres, un pene. Para esa etapa, el pene ya es el principal objeto sexual autoerótico , y la alta estima que se le tiene le impide pensarse al niño sin éste, tan ligado a su personalidad. Se llega a establecer ese prejuicio que incluso doblega la percepción (si ve los genitales de una niña, dirá convencido que sí están presentes, o que le crecerán después).

Si la representación de mujer con pene se ha "fijado" en el niño y ha sobrevivido a los influjos de la vida adulta posterior, aun siendo normal en su vida sexual en otros aspectos, se verá precisado a convertirse en un homosexual, a buscar sus objetos sexuales entre hombres que por otros caracteres somáticos y anímicos recuerden a la mujer. El niño, gobernado por la estimulación del pene, consiguió placer estimulándolo con la mano; su padres o cuidadores lo descubren eventualmente y lo aterrorizan con la amenaza de que le será cortado si continúa haciéndolo. Esa "amenaza de castración" tiene un efecto profundo y duradero. Los genitales de la mujer, percibidos luego y concebidos como mutilados recuerdan aquella amenaza y por eso provocan horror en vez de placer en el caso del homosexual.

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