ASPECTOS BIOLÓGICOS DEL DESARROLLO PSICOMOTOR Y PLASTICIDAD CEREBRAL

ASPECTOS BIOLÓGICOS DEL DESARROLLO PSICOMOTOR Y PLASTICIDAD CEREBRAL

En la película, basada en la vida real del Dr. Ben Carson “Manos Milagrosas” un neurocirujano pediátrico podemos observar el tema en cuestión, en especial lo referente a la restauración cerebral. La plasticidad cerebral expresa la capacidad adaptativa del sistema nervioso para minimizar las lesiones a través de modificar su propia organización estructural y funcional. Pero, ¿Qué es lo que interviene en esta plasticidad? El grado de recuperación va a ser favorecido por diversos factores, la edad, el área donde ocurrió el daño, la cantidad del tejido dañado, la rapidez de su desarrollo, los programas de rehabilitación, así como factores ambientales y psicosociales. En la actualidad y gracias a los avances en la tecnología y métodos de estudio sabemos que la capacidad del cerebro para modificar funciones y para compensar daños ha demostrado jugar un papel importante en la recuperación. Antes se creía todo lo contrario, se decía que las neuronas que eran dañadas no se podían recuperar. Así, que hagamos memoria y tomemos en cuenta a los principales aportadores de información, la identificación por Paul Broca (medico, anatomista y antropólogo francés) a mediados del siglo pasado de un área específica en el lóbulo temporal izquierdo relacionada con el lenguaje fue el punto de partida para que las neurociencias se centraran alrededor de un concepto estrictamente de ubicación. El campo de estudio en el que Broca se hizo famoso y una piedra angular en la historia de la medicina y las neurociencias fue el descubrimiento del centro del habla (ahora conocido como el área de Broca, o tercera circunvolución del lóbulo frontal). Llegó a este descubrimiento estudiando los cerebros de pacientes afásicos (personas incapaces de hablar). Generalmente se recuerda a Broca por su descubrimiento de que distintas partes físicas del cerebro corresponden a distintas funciones. Él supuso que estudiando el cerebro de cadáveres y relacionándolo con las conductas conocidas del antiguo dueño del órgano podría entenderse plenamente el comportamiento humano. Con ese fin conservó cientos de cerebros humanos en jarros de formaldehído, incluyendo el suyo propio. Su primer paciente en el Hospital Bicêtre, llamado Leborgne y apodado "Tan" (debido a su incapacidad de pronunciar otra palabra que no fuese "tan"), en 1861, tenía una lesión en un lado del cerebro, precisamente en el área que controlaba el habla. En 1864, tras hacer estudios post mortem a casi una decena de afásicos, observó que todos tenían una lesión en la corteza pre frontal inferior del hemisferio izquierdo, que desde entonces recibe su nombre. El momento histórico era apropiado ya que los excitantes descubrimientos en la física, química y biología revelan más y más detalles de la naturaleza y la ciencia descriptiva florecía. Como todo en la vida se sigue una evolución y a medida que mejoran las técnicas morfológicas, fisiológicas y neuroquímicas, se revelan más y más detalles de la estructura cerebral y sus conexiones funcionales.

Qué grande es Dios que con sus creaciones maravillosas, como lo es el ser humano le dio una enorme complejidad al cerebro; Korbinian Brodmann fue un neurólogo alemán que se hizo famoso al aportar las divisiones de la corteza en 52 regiones. Todo esto, unido a los estudios de conectividad y a la ausencia de una significativa capacidad de regeneración en el cerebro a comparación de otro órgano, como por ejemplo el riñón, dividido y no maleable con poca capacidad de recuperación después de un daño. Relativamente pocos anatomistas, fisiólogos o clínicos proyectaron un concepto de adaptabilidad dinámica. Así, una recuperación significativa era rara vez esperada y ni siquiera se buscaba (a pesar de ambiciones y bien fundados programas de rehabilitación), dado que tan pocas personas evidenciaban una recuperación significativa, esto sirvió para reforzar el concepto establecido de un cerebro rígido. Los programas de rehabilitación se desarrollaban a través de miembros de la familia no profesionales, quienes no estaban influenciados por lo establecido (o esencia conceptual) los cuales al no esperar una recuperación o que ésta fuera mínima podían tener más éxito debido a su propia ignorancia. Todos estos científicos entre otros más que no he mencionado no sabían que la recuperación era imposible después de un periodo de seis meses y así continuaban trabajando hasta obtener la recuperación. Por tanto la, plasticidad cerebral es la adaptación funcional del sistema nervioso central (SNC) para minimizar los efectos de las alteraciones estructurales o fisiológicas sea cual fuere la causa originaria. Ello es posible gracias a la capacidad de cambio estructural funcional que tiene el sistema nervioso por influencias endógenas y exógenas las cuales pueden ocurrir en cualquier momento de la vida.

A la actividad profesional del Dr. Ben Carson llega una pequeña con un daño neurológico donde las numerosas convulsiones le estaban afectando en la conducta, la posible solución era extirpar el lado del cerebro que estaba afectando al otro; la cuestión aquí era si se podría vivir con la mitad del cerebro y que calidad de vida tendría esa niña, que en el mejor de los casos sería una mejor opción a estar todo el tiempo medicada y ausente. Cual fue la sorpresa del doctor y los padres de la niña al escucharla hablar, pues habían retirado la parte donde estaban los centros del habla, él mismo les explico a los padres la complejidad que muestra el cerebro donde la parte existente podía tomar funciones, ya que la edad de la niña favorecía ese proceso, donde neuronas aún estaban decidiendo a que dedicarse. Los mecanismos por lo que se llevan a cabo los fenómenos de plasticidad son histológicos, bioquímicos y fisiológicos, tras los cuales la niña fue experimentando una mejoría funcional clínica, observándose una recuperación paulatina de las funciones que se creían perdidas. La voluntad del paciente por recuperarse y el buen criterio y conocimiento del neurólogo y del rehabilitador pueden conseguir resultados espectaculares en la recuperación de sujetos con lesiones cerebrales que no sean masivas y que no tengan carácter degenerativo. Pese a la mayor capacidad de plasticidad en el tejido cerebral joven, hay que reconocer que en todas las edades hay probabilidades de recuperación. La plasticidad cerebral podría definirse

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