Aprendizaje social y emocional de los niños

Aprendizaje social y emocional de los niños

Trabajando juntos, las escuelas y los padres pueden fomentar el aprendizaje social y emocional de los niños (social and emotional learning o SEL, por sus iniciales en inglés). El aprendizaje social y emocional incluye algunas habilidades básicas:

© Conocerse a uno mismo—reconocer los propios sentimientos y controlar el enojo o la cólera.

© Entender a los demás—desarrollar empatía y ponerse en el lugar del otro.

© Tomar decisiones responsables y llevarlas adelante. Eso incluye considerar las consecuencias que las propias acciones tienen a largo plazo para uno mismo y para los demás.

© Entenderse a uno mismo—manejar las propias emociones, fijarse metas y sortear los obstáculos.

© Construir relaciones sanas—decir que no a la presión negativa de los pares y trabajar constructivamente en la resolución de conflictos.

Cuando los niños dominan estas habilidades, tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela y en la vida. Son más felices y desarrollan más confianza en sí mismos. Son mejores alumnos, miembros de la familia y mejores en el trabajo. Tienen menor tendencia a tener problemas de drogas y de alcohol, a la depresión o a la violencia. El aprendizaje social y emocional es como una póliza de seguro para una vida saludable, positiva y exitosa.

El Papel de los Padres

Mucho antes de que los niños sepan decir su primera palabra o dar su primer pasito, responden cuando sus papás los tocan, responden al tono de sus voces y a sus estados de ánimo. Ése es el principio del aprendizaje sobre emociones y relaciones. Sucede tan naturalmente como ocurre el crecimiento y desarrollo de sus cuerpecitos.

“La vida en familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional”, dice el autor Daniel Goleman. En la familia, dice, “aprendemos cómo sentirnos respecto a nosotros mismos y cómo reaccionan otros ante nuestros sentimientos.” Este aprendizaje sucede tanto a través de lo que dicen y hacen los padres a sus niños, como también de cómo se tratan entre ellos.

Algunos Puntos Básicos para Tomar en Cuenta

© Los niños aprenden de sus padres importantes lecciones acerca de las emociones. Cuando los padres amenazan o castigan a los niños por demostrar sus emociones, los niños aprenden que las emociones son peligrosas y que deben guardarse dentro de uno. Eso puede llevar más adelante en la vida a la depresión o a cólera sin control. Cuando los padres no enseñan a sus hijos maneras aceptables de expresar su enojo, los niños pueden pensar que está bien estallar frente a otros o tener rabietas.

© Los padres deberían considerarse “entrenadores de emociones”. Pueden alentar a sus hijos a que usen palabras para describir sus sentimientos, como “Estoy triste” o “Eso me hizo enojar mucho” para expresar sus emociones.

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