Autoestima
Enviado por sjvr • 2 de Octubre de 2013 • 1.686 Palabras (7 Páginas) • 265 Visitas
LAS ESTRUCTURAS ESENCIALES DEL HOMBRE
El preguntarse que es el hombre no es una expresión de simple curiosidad ante un problema, sin relación alguna con nuestra vida, ya que de él depende la orientación de nuestra existencia terrena y la profundidad de nuestro amor. Todos en algún momento de nuestra vida, tomamos conciencia de nuestra condición y de nuestra situación en el momento presente.
Vivimos en un mundo en el que el hombre va dejando constantemente su huella; asi, al lado de los maravillosos avances de la ciencia y de la técnica, se encuentran las luchas en las que el hombre se pierde por su afán de poder. Se quiere erigir en dominador del mundo visible, pero corre el riesgo de dejarse controlar por aquello que el creía haber dominado. A pesar de todo, el hombre busca y desea la verdad: a través de nuestras experiencias, en el intelecto y en la voluntad se va abriendo paso el deseo de pasar por encima de los límites del espacio y del tiempo para alcanzar la paz y la unidad.
Esa convergencia de la conciencia de fragilidad y del deseo de superación, es lo que nos lleva a preguntar: ¿Qué es el hombre? ¿ que características presenta esa realidad a la que tenemos que ir formando paulatinamente?
La respuesta a estas preguntas es personal, pero esto no significa que sea imposible decir algo de la existencia humana y no se pueda penetrar en su estructura y aclarar el sentido de la vida. Si bien, efectivamente, el hombre como subjetividad única y singular, experimentando su existencia personal, es difícil que sea comprendido racionalmente, si puede ser conocido en sus estructuras esenciales.
Con la educación pretendemos ayudar a cada hombre a poner en movimiento sus potencias y facultades, y facilitar su perfeccionamiento eliminando los obstáculos que se le oponen. Esto implica, como presupuesto previo, hacernos algunas reflexiones sobre el hombre, ya que la educación precisamente incide en el. Solo así comprenderemos, en toda su profundidad, la tarea que nos espera.
El hombre es cuerpo y alma
La palabra latina homo y la palabra griega anthropos significan lo mismo: el hombre el ser humano. Sin embargo, se formaron siguiendo directrices diversas. Homo se refiere al hombre como nacido de la tierra (humus- tierra) y anthropos ve al hombre como el ser que puede dirigir su vista al cielo ( ana, tra, ops-mirar hacia arriba). Para poder comprender al hombre deben unirse ambas cosas: el ser dotado de espíritu, el ser ligado a la tierra.
El hombre es un ser que se compone de cuerpo y alma y por tanto, se sitúa en la línea divisoria del mundo material y del mundo espiritual; en el se unen el mundo visible de un cuerpo material y el mundo invisible de un alma espiritual. (1)
El hombre es un cuerpo inserto en el mundo material, y por eso sabe que esta sometido a las leyes del espacio y tiempo, al movimiento y a la finitud. Es un punto minúsculo, insignificante, dentro de la multiplicidad cósmica.
Puede a veces tener la sensación de ser absorbido en la inmensidad del espacio. Pero también es espiritu y por eso puede trascender a la materia. El hombre posee un alma que le distingue de otros seres.
Es el alma una forma pura, inmortal, que sin embargo no es independiente del cuerpo para obrar. Su unión con el es esencial y es característica de su naturaleza, ya que necesita el cuerpo como principio de acción como para completar su ser mismo. El alma humana es, por tanto, una forma pura incompleta, puesto que requiere del cuerpo para exigir y para actuar; el cuerpo es la materia apta, dispuesta inmediatamente para recibir al alma como su forma.
Decir que el hombre es cuerpo y alma significa que estas dos realidades están hechas la una para la otra, pero conservando cada una su propia naturaleza; en esta unión el alma no se convierte en cuerpo, ni el cuerpo en alma. Si el cuerpo es materia para ser animada por el alma, no por ello se sale del orden material, y por tanto está sujeto a la mutación y a la corrupción.
EL VALOR DEL CUERPO EN LA FORMACION HUMANA
La unión del alma y el cuerpo supone para el hombre una tensión que invita a buscar el dominio corporal a través de las potencias anímicas, de modo que el cuerpo se convierte en el instrumento para conseguir los bienes espirituales. Esto supone a veces restringir aquellas actividades corporales que obstaculizan la vida del espíritu, y en todas ocasiones servirse de el para la realización de todo lo que facilita el ejercicio de las virtudes.
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