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Bases Biologicas de la Conducta


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2018  •  Trabajo  •  2.479 Palabras (10 Páginas)  •  85 Visitas

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I. INTRODUCCIÓN

Hombres y mujeres presentan diferencias importantes en la organización funcional del cerebro y en sus capacidades mentales. La organización y el funcionamiento a lo largo de la vida es resultado, entre muchas otras cosas, de la acción de hormonas sexuales y procesos bioquímicos diferentes desde los primeros procesos de desarrollo embrionario, que posteriormente se intensifican en los primeros meses del desarrollo fetal y continúan hasta los primeros años del desarrollo post-nacimiento.

No todo es bioquímica, sin embargo, pues la experiencia de vida y el aprendizaje, en particular, tienen estrecha relación con el contexto socio-cultural, lo cual necesariamente llevará a cada individuo al desarrollo de sus propias capacidades y comportamientos personales diferenciados. La bioquímica pone el escenario y a veces es como un director de orquesta que deja actuar a sus actores, pero no puede evitar intervenir a cada rato.

II. DESARROLLO

Hablamos de género mucho en estos días. Leemos que género se refiere a la parte psicológica, social y cultural de cada uno; hablamos de biología sobre hombres y mujeres desde el concepto de dimorfismo sexual. Me parece que, en realidad, esto es un concepto obsoleto. Hoy deberíamos hablar de seres neuropsicológicos.

Todo los seres humanos compartimos procesos universales cognitivos, lingüísticos y emocionales, pero hombres y mujeres mostramos diferencias en la organización funcional del cerebro y, por lo tanto, en nuestra capacidad mental, aclarando que es falsa la idea de que esas diferencias funcionales muestran diferencias en inteligencia, como lo sugirió Paul Broca. Los hombres no son más inteligentes que las mujeres en función de su cerebro de mayores dimensiones.

En general, las mujeres superan a los hombres en pruebas de velocidad perceptiva, por ejemplo en el juego de “Memoria”. Superan también a los hombres en pruebas de fluidez en la ideación, por ejemplo, cuando se les pide que mencionen una lista de objetos de un mismo color. En todas las pruebas de fluidez verbal, por ejemplo listas de palabras que empiecen con la misma letra, también superan las mujeres a los hombres.

Las mujeres superan a los hombres en tareas manuales que implican precisión y una coordinación motriz fina. Finalmente, las mujeres sobresalen sobre los hombres en las pruebas de cálculo matemático.

Los hombres, por su parte, superan a las mujeres en las tareas “viso-espaciales”, como por ejemplo hacer girar mentalmente un objeto. Mientras las mujeres ganan en “Memoria”, los hombres ganan en “Tetris”.

Siempre que haya una prueba motora que involucra lanzar un objeto con un blando específico, los hombres superan a las mujeres.

Los hombres superan a las mujeres en identificar objetos escondidos dentro de un marco complejo, como “Encuentra a Wally”, por ejemplo. Y en las pruebas de razonamiento matemático los hombres superan a las mujeres: Una mujer obtendrá mejores notas en el examen de cálculo, pero el hombre ganará en cálculo mental.

Así que las hormona sexuales no solo transforman los genitales de la persona en el desarrollo embrionario y fetal, sino que al modificar las estructuras neurales del cerebro, nos brindan diferencias y ligeras ventajas en ciertas áreas sobre el otro sexo.

En términos de conducta, podemos organizar las investigaciones en tres componentes que interactúan entre sí:

1) Estímulos (vía órganos de los sentidos principalmente)

2) Integradores (el sistema nervioso central)

3) Efectores (músculos, etc.)

Las hormonas no causan cambios en la conducta desde esta perspectiva, sino que las hormonas influyen en estos tres sistemas para que los estímulos apropiados obtengan determinadas respuestas en un contexto social o conductual adecuado.

El ejemplo más sencillo que se me ocurrió fue la excitación sexual. Propiamente hablando, las hormonas no van a causar excitación sexual en la persona. Pero la circulación en el organismo de ciertas hormonas, hará posible que un estímulo del exterior, cómo una conducta romántica de la pareja, nos lleve a un estado de excitación sexual. En ausencia de ciertas hormonas que facilitan esa respuesta, la misma conducta romántica podría no generar la misma respuesta.

Otro ejemplo es la testosterona, una hormona andrógina. Esta hormona puede ser convertida a otra hormona andrógina, Deshidrotestosterona; también se puede convertir en estradiol o en un estrógeno. Estas hormonas en sí no causarían un cambio en la conducta, pero la presencia excesiva o la ausencia de las enzimas que las convierten sí puede influir en el cerebro y la conducta, lo cual explica parte de los diferentes procesos conductuales y cognitivos de hombres y mujeres: ambos sexos tenemos constantemente diferentes niveles de enzimas y, por supuesto, diferentes niveles de cada hormona, además de hormonas diferentes, en nuestro organismo.

Esto me lleva a otro punto igual de interesante: La conducta puede afectar a las hormonas. Siguiendo con el ejemplo anterior, la mejor ilustración es la de la afición por la pornografía. Las hormonas no llevan a la persona a ver pornografía (aunque sea un buen pretexto para los adolescentes), pero la exposición constante a la pornografía sí genera cambios en la secreción hormonal, que desembocan a nuevas, y no muy positivas, conductas sexuales y también produce cambios psicológicos en la respuesta y la excitación sexual.

Un estudio que leí demostraba que esto ocurría aun en parejas hombre-mujer que se exponían juntos a la pornografía constantemente. Ambos experimentaban los mismos cambios hormonales, pero no los mismos cambios psicológicos. En ambos sexos se encontró, incluso, que ciertas estructuras cerebrales parecían haber sufrido cambios físicos por la exposición excesiva y de larga duración.

Otro estudio muy interesante fue el de la preferencia por tipo de juguetes entre los sexos: los niños prefieren camiones y pelotas, mientras las niñas prefieren muñecas. Se estudió si estas preferencias, que son universales, eran producto de la crianza: Los niños preferirían esos juguetes porque sus papás les compran esos juguetes. En un estudio con dos especies diferentes de monos, las hembras siempre prefirieron jugar con las muñecas y los juguetes de cocina, mientras que los machos siempre prefirieron jugar con camiones y pelotas. Uno supondría que los monos no entienden de diferencias de juguetes para niños o para niñas.

Así que estudiaron si eran ciertos atributos de los juguetes lo que atraía a los sexos: tal vez el rosa le gusta más a las niñas de manera natural; tal vez el hecho de que una pelota o un camión puede ser movido en el espacio físico sea más atractivo para los niños. Cuando le ofrecieron

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