Capital Cultural

El campo semántico de la evaluación

La evaluación es siempre relevante en educación, sin dejar de serlo para otros ámbitos de la sociedad, sin embargo cada uno de nosotros define o da distintos significados al concepto de evaluación, entendiendo que tiene diversos matices y que son todos discutibles ¿Quién la aplica? ¿Cómo la aplica? ¿A quienes la aplica? ¿Y para que la aplica?, etc.

“Como bien dice José Tejada Fernández, aplicar la evaluación exige reparar en múltiples dimensiones y variables, su selección y su priorización, en un proceso que mezcla planteamientos desde lo epistemológico, lo ideológico, hasta lo técnico. Por lo tanto, realizar una evaluación implica previamente planificar dicha acción y elaborar el diseño pertinente en relación con la realidad a evaluar. Por ello, se toma necesario reparar en las dimensiones afectadas (el objeto de la evaluación, la finalidad, el momento, el modelo, la instrumentalización, el evaluador y el referente)” (Tejada, 1999)

Queda claro que cada evaluador defiende su evaluación, dando entender que ésta es de calidad y que es la que busca calificar, medir, corregir, clasificar y examinar.

Pero todas las formas de evaluar utilizan recursos distintos, como asimismo, tienen distintos objetivos y fines, por ejemplo, en la evaluación educativa se requiere contar con personas; es así como la evaluación actúa entonces al servicio del conocimiento y del aprendizaje, ya que aprendemos de la evaluación y con la evaluación para finalmente llegar a lo que llamaremos una evaluación formativa.

Ahora cuando el autor habla de la educación como acceso a la cultura y a la ciencia claramente el desafío para el docente tiene que ver no excluir a ningún alumno y hacerlo participe de todo el saber. Cabe señalar, que la educación educativa como señala el autor debe tener una mirada democrática en donde seamos capaces de participar tanto los docentes, como los alumnos de una manera activa y responsable, que nos permita la toma de decisiones, ya que ésta debe ser entendida como una oportunidad para quienes aprenden, además que logremos ser capaces de practicar sus conocimientos, y que también podamos defender nuestras ideas, lo que sabemos y hasta cuales pueden ser nuestras razones. Paralelamente pueden surgir dudas, ignorancias, inseguridades y es ahí es donde tenemos que ser capaces de manifestarlas, ya que ese puede ser el momento de corregir y adquirir nuevos conocimientos.

Deberíamos esperar que las evaluaciones también fueran absolutamente transparente, sobre todo en las correcciones, muchas veces se desconocen la forma de corregir y eso causa desconcierto en los alumnos, al igual que cuando no son explicitas, generando un clima de desconfianza y frustración.

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