Capital Cultural

Capital cultural

Para comenzar a hablar de capital cultural empezaremos nombrando los diferentes tipos de capital que se pueden encontrar en la vida cotidiana de un individuo. Del mismo modo describimos un poco el capital monetario (dinero y sus posibles representaciones en el mundo material), capital social (relaciones sociales que se puedan dar en una sociedad o comunidad), capital político (poder de manipulación o liderazgo frente a una comunidad por parte de unos representantes), capital intelectual (son el conjunto de saberes y conocimientos intangibles que posee cada individuo) y por último, el capital cultural, que está fuertemente relacionado con el intelectual, ya que se define como todo aquello que diferencia a una sociedad de otras, ya que en ella se encuentran las características únicas que comparten los miembros de dicha sociedad, tradiciones, formas de gobierno, religión, etc. El cual se adquiere en el seno familiar y se refuerza en las escuelas.

Para Bourdieu el capital cultural de define como las capacidades cuantitativas e intelectuales que puede poseer un individuo y que le da una posición privilegiada frente a la sociedad siendo este un capital, porque tiene la cualidad de ser acumulativo y puede ser heredado de generación en generación.

Bourdieu también dice que este capital tiene tres formas: una incorporada o habitus que se refiere a las actividades realizadas por un sujeto, por ejemplo la cantidad de horas que un estudiante invierte en su estudio, una forma institucionalizada que hace referencia a los cursos que se inculcan en los centros de aprendizaje como lo pueden ser las matemáticas o los idiomas y una objetiva que básicamente son los bienes materiales que se puedan llegar a adquirir durante la vida, como libros, enciclopedias, diccionarios, etc.

Para muchos el capital más importante es el monetario siendo este el pilar del marxismo donde solo se considera la producción que pueda generar un personal sin importar sus capacidades intelectuales.

Bourdieu tiene otra percepción de esta temática y es que el capital cultural tiene la misma importancia y relevancia que el capital económico. Para él es importante también dar un reconocimiento a la labor del trabajador y el capital intelectual que este posea hasta ese entonces y con ello dar una clasificación y ubicarlo en un respectivo puesto acorde a sus capacidades para desempeñar cierta labor.

Este tipo de capital viene siendo tan importante para este último siglo ya que nos podemos basar en el para dar una explicación sobre lo que Bourdieu denomina dominación simbólica, que es una dominación suave y no violenta que se difunde hacia las grandes masas por distintos caminos como los medios de comunicación, las escuelas y hasta algunos textos.

Por medio de la sociología se ha logrado determinar que el capital cultural e intelectual son el único escudo que tenemos contra este tipo

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