Caso clinico psicologico

Caso ARI, 20 años.  Primera entrevista

Soy ocupa. Estoy siempre nerviosa, no puedo parar de moverme, me cuesta concentrarme. Me cuesta mucho dormir.  No sé qué hacer, no puedo parar, como y como sin cesar, a cualquier hora, por cualquier motivo, como cualquier cosa.  

Ari tiene un aspecto lastimoso, es muy delgada, lleva el pelo y la ropa desarreglados, varias capas de ropa desgastada y rota en varios lugares, está toda llena de agujeros –dice la terapeuta- tiene piercings por toda la cara, en los labios... Habla muy poco y con suavidad le voy preguntando. Sus respuestas son cortantes, como golpes, de pronto se pone a hablar y luego se detiene y se queda en un silencio total.  Se mueve, se revuelve en el asiento, la pierna no para de moverse, tengo la impresión de que en cualquier momento no aguantará y se irá sin decir nada.

He ido a varios psiquiatras y he tomado todo tipo de medicación, ciprexa, depaquine, tranquimazín, etc (enumera un gran número de fármacos), pero no me gusta, no quiero tomar, hace poco encontré otra psiquiatra, parecía que con esa iría bien, pero al leer el prospecto ví que lo que me dio tenía muchos efectos secundarios y no lo tomé. Es que a mí me suelen dar todos los efectos secundarios.  Fui a varios psiquiatras y al principio bien, pero al cabo de 2 visitas ya no volvía más, no me gustaban. Cuando tenía 18 me ingresaron un tiempo, tenía una crisis de ansiedad,  bueno y alguna cosa más.

La terapeuta intuye que había realizado un intento de suicidio.  Le pregunta si había ocurrido algo que la había afectado mucho por aquella época. Ari contesta que no, que no lo sabe.

También he ido a dos terapias, pero duraron muy poco.  La última era una terapia respiratoria, se centraba en relajarme a través de la respiración.  Pero cogí una neumonía y dejé de ir.

Hace poco dejé a mi novio, él era ocupa y me fui con él a la casa, pero estaba mucho encima mío, ya no lo soportaba más y lo dejé.  Pero no volví a mi casa.

Voy allí a veces, pero estoy más en la casa ocupa.

La terapeuta le señala que tal vez ella va dejando a todos por miedo a que los demás la dejen a ella, que se protege de sentirse dejada. Ella dice que no sabe.

Las cosas siempre coinciden de forma rara, cuando me ingresaron se acababa de morir mi gato. Yo me doy golpes contra la pared, me golpeo, no sé por qué. Pero sé que estoy mal, intento estudiar y no me concentro, he dejado las drogas porque me hacían mucho mal, me afectaban más que a los otros, me sentía perseguida,  veía cosas raras, ahora trato de ir con gente que está en contra de la droga, pero yo me siento con mucha ansiedad, no puedo dormir.

La terapeuta le pregunta por su familia. Las respuestas son cortas y cerradas en sí mismas, no se establecen nexos entre los hechos.

Mi padre se murió cuando yo tenía 8 años, cuando volví del colegio me dijeron que se había dado un golpe en la cabeza cuando estaba en la bañera, y ya está.

La terapeuta siente que allí pasaron cosas siniestras, suicidio? Asesinato? Ari no tiene hipótesis ninguna acerca de esa muerte. Se dio un golpe y se murió.

Yo tenía muy buena relación con mi padre, a veces me iba con él al pueblo y mi madre se quedaba con mi hermano.  Tengo un hermano de 16 años, lo odio, no lo puedo ver, en un mimado.  El otro día me empezó a chinchar cuando yo estaba en el ordenador y entonces yo me dí muchos golpes en la cabeza.  Después me puse a comer.

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