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Conflicto Psiquico - Freud


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2013  •  2.748 Palabras (11 Páginas)  •  1.149 Visitas

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Actividad:

- Plantear como se desarrolla un conflicto psíquico.

- Ejemplificarlo con el caso clínico; Elizabeth Von R.

Como modo de introducción al desarrollo de nuestro trabajo, queremos primeramente, explicitar lo que es un conflicto psíquico.

En el psicoanálisis se habla de conflicto cuando, en el sujeto, se oponen exigencias internas contrarias. El conflicto puede ser “manifiesto” por ej.: conflicto entre un deseo y una exigencia moral; o “latente”, pudiendo expresarse este ultimo de un modo deformado en el conflicto manifiesto, y traducirse esencialmente por la formación de síntomas, trastornos de la conducta, perturbaciones del carácter, etc. El psicoanálisis considera el conflicto como constitutivo del ser humano y desde diversos puntos de vista: conflicto entre el deseo y la defensa, conflicto entre los diferentes sistemas o instancias, conflictos entre las pulsiones, etc.

El conflicto psíquico se revela a través de un síntoma que está determinado por una vivencia traumática. El síntoma histérico nace como un compromiso entre dos mociones pulsionales o afectivas opuestas, una de las cuales se empeña en expresar una pulsión parcial o uno de los componentes de la constitución sexual, mientras que la otra se empeña en sofocarlos.

Este síntoma es tratado por los psicoanalistas a través de distintos métodos: Catarsis (Breuer), Asociación libre (Freud), entre otros.

A partir de estos métodos se realiza una búsqueda de recuerdos. Así se obtiene la denominada “Primera Vivencia Sexual Prematura Traumática”, esta se caracteriza por estar ligado a la vida sexual, por ser ocurrida en la infancia, y por no poder ser tramitado ni con palabra ni con acción. En la búsqueda de estos recuerdos aparece también la resistencia. La resistencia es todo aquello que en los actos y palabras del analizado se opone al acceso de éste a su inconsciente. Esta fuerza colabora con el síntoma, (es consciente). Aquella representación que es oculta por dicha resistencia se convierte en reprimida. La represión es una operación por medio de la cual el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente representaciones (pensamientos, imágenes, recuerdos) ligadas a una pulsión, (es inconsciente). La represión es una defensa inadecuada del yo, provoca la histeria.

El conflicto es cuando frente al Yo aparece una representación inconciliable, esta es una masa de representación (creencias, ideales, valores). Es inconciliable porque es prohibido.

Luego actúa la defensa, ésta es un conjunto de operaciones cuya finalidad consiste en reducir o suprimir toda modificación susceptible de poner en peligro la integridad y la constancia del individuo biopscicologico.

La defensa tiene dos caras, una exitosa y otra fracasada. En primer sentido, porque desaloja un displacer. En segundo sentido porque eso que fue desalojado lo desplaza y retorna desfiguradamente. Entonces habrá padecimiento en forma de síntoma.

Otra función de la defensa es producir una escisión de la conciencia, es decir, una división entre la representación inconciliable y el monto de afecto.

La represión y la defensa (que son sinónimos) constituyen el esfuerzo de desalojo.

Nombrado el padecimiento, se puede hablar de histeria.

HISTERIA

Es una clase de neurosis que ofrece cuadros clínicos muy variados. Las dos formas sintomatologícas mejor aisladas son: la histeria de conversión, en la cual el conflicto psíquico se simboliza en los más diversos síntomas corporales, paroxísticos (ej.: crisis emocional con teatralidad) o duraderos (ej.: anestesias, parálisis histéricas, etc.) y la histeria de angustia, en la cual la angustia se haya fijada de manera más o menos estable a un determinado objeto exterior (fobias).

La histeria es el padecimiento de un sujeto causado por un deseo inconsciente que le reproduce en el cuerpo. Donde lo producido consciente se va a expresar desfiguradamente en la conversión somática.

En la histeria la vivencia sexual prematura traumática es pasiva, y dotada de poco placer. Es pasiva porque el sujeto es víctima de algo que el entorno le hace. Al principio es pasiva, pero luego será activa porque eso que le hacen, el sujeto lo hará a los demás.

Se da un tiempo intermedio llamado latencia o amnesia psíquica, dicha latencia se extiende hasta la pubertad donde se da un avasallamiento del yo. La vivencia prematura deja una huella, una marca. Hay olvido, pero luego pasada la pubertad, hay un resurgimiento de la sexualidad. Se habla de dos tiempos del trauma: donde el segundo hace traumático al primero.

El producto de la represión se denomina Síntoma Primario, aquí seria, las lagunas psíquicas. En la histeria la defensa produce una separación del representante psíquico y del monto de afecto.

En la histeria actúa la represión produciéndose el retorno de lo reprimido que tiene como resultado la conversión. La conversión es un mecanismo de formación de síntomas que intervienen en la histeria y, más específicamente, en la histeria de conversión. Consiste en una trasposición de un conflicto psíquico y una tentativa de resolución del mismo en síntomas somáticos, motores o sensitivos.

En la histeria aparecen las llamadas “parálisis traumáticas”. En un individuo sano es sorprendido por un trauma. Este trauma tiene que ser grave, empero y debe también tener relación con alguna parte del cuerpo. Con respecto a esto, Freud, en acuerdo con Breuer, empezó a hacer una observación exacta a una gran serie de enfermos histéricos y a examinarlos. Eran caso de neurosis común.

Freud procedía averiguando para cada síntoma las circunstancias bajo las cuales había aparecido la primera vez y así procuraban aclarar también el ocacionamiento que pudo ser decisivo para ese síntoma.

Para esto fue necesario poner a los enfermos en estado do “hipnosis” y entonces indagar por el origen de cierto síntoma. En este estado regresa el recuerdo que no poseen en el estado de vigilia. De esta manera se consiguió averiguar que, tras los fenómenos de la histeria, o la mayoría, se esconde una vivencia teñida de afecto y que además esa vivencia es de tal índole que permite comprender el síntoma a ella referido.

El esquema de la histeria traumática vale universalmente para la mayoría de los fenómenos histéricos, y se trata del afecto de unos traumas psíquicos que comandan la naturaleza de los síntomas. A menudo, un ocacionamiento solo no alcanza para fijar un síntoma, pero si este mismo síntoma aparece varias

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