Contribuciones Al Mentoring Y Al Coaching
Enviado por ernest69 • 15 de Junio de 2014 • 3.250 Palabras (13 Páginas) • 339 Visitas
Contribuciones al Mentoring y al Coaching desde la Psicología
A continuación se describen algunas de las aportaciones más importantes de la psicología científica a los fundamentos y prácticas del coaching y mentoring. En estas líneas se subsanan un par de olvidos (Maslow, Bandura), explicables por la interiorización de sus modelos en la práctica de la psicología.
El objetivo de este escrito es doble, por una parte, contribuir a la formación de base de los no psicólogos que ejercen coaching y mentoring, y por otra, mostrar a los titulados en psicología que ya poseen una base importante, y probablemente unas competencias, que les pueden permitir el acceso a la profesión de coach con una formación específica.
Maslow, creador de la psicología humanista, preconizó la psicología positiva ya en 1954, en el prefacio a su obra Motivación y personalidad. Cambió el foco de la psicología hacia la salud, en lugar de la patología. Desarrolló sus investigaciones sobre potencial humano a partir de la observación de sus mentores, la antropóloga Ruth Benedict y el psicólogo gestáltico Max Wertheimer. Maslow empezó a tomar nota del comportamiento de estos “seres humanos maravillosos” y elaboró su teoría de la autorrealización. Estudió también a Einstein y a Lao Tsé, el padre del taoísmo. En cada persona hay un fuerte deseo de realizar completamente su potencial. Las personas autorrealizadas experimentan con frecuencia experiencias cumbre en las que se sienten en total armonía consigo mismas y con su entorno. Son personas que tienden a poner el foco en problemas fuera de sí mismas, que tienen un sentido claro de lo que es verdad, espontáneas, creativas y poco atadas a las convenciones sociales.
Para Maslow, las personas poseen los recursos internos para su crecimiento y bienestar. El objetivo de las terapias humanistas es ayudar a la persona a remover los obstáculos para conseguirlo.
Carl Rogers, promotor de la psicología humanista, creó la terapia centrada en la persona, cuyo objetivo es ayudar a crecer a la persona para desarrollar todo su potencial. Cambió el nombre de paciente por el de cliente y estableció las condiciones fundamentales que los terapeutas, coaches o mentores han de poner en práctica para crear el clima psicológico necesario para promover el crecimiento personal del cliente:
1) autenticidad
2) resonancia empática. “La empatía más profunda y más efectiva ocurre cuando siento físicamente en mi interior lo que está sucediendo en la otra persona”. “Empatía consiste en entender como el otro y sentir como el otro, pero sin ser el otro”
3) aprecio incondicional, esto es, el terapeuta ha de mostrar una actitud positiva y de aceptación a la persona, sin juzgarlo ni criticarlo.
Albert Ellis, padre de las terapias cognitivas y uno de los psicoterapeutas más influyentes de la historia, reconoce al linguista Korzybski la inspiración de su terapia racional-emotiva (1958) basada en identificar y ayudar a modificar las creencias irracionales y distorsiones cognitivas. Para desaprender nuestros hábitos mentales inefectivos tenemos que identificarlos para luego reemplazarlos por otros más ajustados a la realidad. Esta es la técnica de reestructuración cognitiva. Ellis enumeró una lista de 12 creencias irracionales y desarrolló una potente metodología para modificarlas, el ABC emocional. Estas son las 12 creencias irracionales y su contrapartida racional
12 Creencias irracionales 12 Creencias Racionales
1. Necesito amor y aprobación de las personas importantes y debo evitar la desaprobación a toda costa. El amor y la aprobación están bien, y procuraré tenerlos cuando pueda. Pero puedo sobrevivir (aunque sea incómodamente) sin ellos.
2. Para considerarme valioso como persona debo conseguir éxito en todo lo que emprenda y no cometer errores. Procuraré conseguir todo lo que pueda, pero el éxito y la competencia indefectibles no son realistas. Lo mejor es que me acepte como persona, independientemente de mis logros.
3. La gente debería obrar siempre correctamente. Cuando se comportan de forma odiosa, desatenta o egoísta, deben ser culpados y castigados. Es una lástima que la gente haga a veces cosas malas. Pero los humanos no son perfectos y por irritarme no voy a cambiar eso realmente.
4. Las cosas deben ser como yo quiero que sean. De otra manera, la vida será insoportable. Ninguna ley dice que las cosas tengan que ser como yo quiero. Es frustrante, pero puedo soportarlo, especialmente si evito el pensamiento catastrófico.
5. Mi infelicidad está causada por cosas que quedan fuera de mi control. Por eso poco puedo hacer para sentirme mejor. Muchos factores externos quedan fuera de mi control. Pero son mis pensamientos (no las cosas externas) lo que causa los sentimientos. Y puedo aprender a controlar mis pensamientos.
6. Debo preocuparme por las cosas que podrían ser peligrosas, desagradables o atemorizantes. De lo contrario, podrían ocurrir. Preocuparme por las cosas que podrían ir mal no va a evitar que ocurran. Más bien, eso asegurará que me preocupe y me inquiete en el momento presente.
7. Puedo ser más feliz evitando las dificultades de la vida, las incomodidades y las responsabilidades. Evitar los problemas sólo es más fácil a corto plazo. Ignorar las dificultades puede hacer que resulten peor luego y tenga que preocuparme por ellas durante más tiempo.
8. Todos necesitamos depender de alguien más fuerte. Apoyarnos en alguien puede volvernos dependientes. Está bien buscar ayuda mientras aprendo a confiar en mí mismo y en mi propio juicio.
9. Los acontecimientos de mi pasado son la causa de mis problemas actuales y continúan ejerciendo influencia sobre mis sentimientos y mis comportamientos actuales. El pasado no puede influirme ahora. Mis creencias actuales son la causa de mis reacciones. Puede que haya aprendido en el pasado esas creencias, pero puedo cuestionarlas y cambiarlas en el presente.
10. Debería preocuparme mucho cuando los demás tienen problemas y sentirme afligido cuando están tristes No puedo cambiar los problemas y los sentimientos negativos de los demás preocupándome yo mismo.
11. No debería experimentar ninguna molestia ni dolor. No puedo soportarlo y debo evitarlo a toda costa. ¿Por qué yo, en particular, no debería experimentar molestias ni dolor? No me gustan, pero puedo soportarlos. Además, mi vida quedaría muy restringida si siempre evitara las incomodidades.
12. Cada problema debería tener una solución ideal y es intolerable cuando uno no da con ella. Los problemas, generalmente, tienen muchas soluciones posibles. Es mejor dejar de esperar por la perfecta e intentar la mejor que tengamos a mano.
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