Desarrollo Del Niño

La neurociencia nos ayuda a comprendernos mejor, y algunos de sus hallazgos se relacionan con polémicas educativas. La neurofisiología tiene como derivado de estas funciones la cultura, es decir los patrones de conducta, de pensamiento, de comunicación y de valoración desarrolladas a medida que nuestras mentes confrontaban los problemas y las oportunidades generados por la vida. Así también explica como Lévi – Strauss señalo que los patrones culturales, pese a las diferencias culturales claramente visibles, tiene mucho en común porque surgieron en virtud de los mismo procesos cognitivos y emocionales.

La cultura es la esencia de la humanidad. Si no hubiéramos desarrollando los patrones de pensamiento. El humano ha nacido con las capacidades neurológicas de aprender cualquier cultura, y en cada cultura se halla implícita la capacidad de enseñarla. En nuestra sociedad, muchas personas tienen la impresión de que la capacidad de aprender disminuye con la edad. Se trata de una generalización popular y obsoleta, insostenible tanto desde la perspectiva de la ciencia de la conducta como desde la perspectiva neurológica. Casi todas las personas poseen dotes que no usan al máximo. Wolfe y Brand escribió que la adquisición del poder de aprendizaje no es solo una cuestión de mera cantidad de aprendizaje sino de la calidad del contenido y del proceso que se acumula y, por tanto de la riqueza del entorno que rodea al niño y, posteriormente, al joven estudiante y al adulto.

Es como decir que la riqueza del contenido y la riqueza del proceso, tomadas en conjunto, pueden conducir a un desarrollo mayor y la edad de ningún modo constituye una barrera.

El mundo para un recién nacido es una floreciente confusión. Es difícil evaluar las habilidades perceptuales de los niños, ya que sus habilidades verbales y motoras son tan limitadas que no pueden dar a conocer sus capacidades perceptuales. En cuanto a la percepción visual de los primeros meses de vida la agudeza visual del niño o sea la habilidad de distinguir una forma de otra a diferentes distancias, mejora considerablemente y sólo hasta los 10 años de edad alcanza a tener la agudeza visual del adulto. Hasta casi el final del primer año no puede distinguir los objetos a menos que estén muy cerca de él. Los niños menores tienen una visión más aguda que los mayores y son más sensibles a los contrastes y contornos de los objetos.

En cuanto a la percepción auditiva mejora regularmente hasta la adolescencia y los niños mayores son más capaces de oír y distinguir los tonos más altos y los más bajos que los niños pequeños.

En cuanto al desarrollo del pensamiento, el experimento de Piaget para evaluar el desarrollo del pensamiento consistió en dar a una serie de niños la misma evaluación y determinar si cada niño daba o no la respuesta correcta, pero pronto descubrió que no eran las respuestas correctas las interesantes sino las incorrectas y observó que los niños de la misma edad daban las mismas respuestas incorrectas, concluyó entonces que debe interesar, no la cantidad de conocimientos sino la calidad de su pensamiento, la manera de resolver los problemas, la lógica que emplea, la forma en que se usa la información, etc. Los errores

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