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El Maestro Y Su Practica Docente


Enviado por   •  20 de Abril de 2013  •  2.235 Palabras (9 Páginas)  •  297 Visitas

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El MAESTRO Y SU PRÁCTICA DOCENTE

Escucho y olvido, veo y recuerdo, hago y aprendo.

Confucio

La realidad educativa es compleja, la escuela enfrenta múltiples retos y debe responder a las diversas necesidades de los alumnos, de sus padres, de la comunidad, etc. la escuela debe ofrecer a todos oportunidades formativas de calidad, independientemente de sus diferencias socioeconómicas y culturales; esto a partir del reconocimiento de las capacidades y potencialidades que poseen desde edades muy tempranas.

Por esta razón, no basta con que los niños asistan a la escuela, se requiere que ésta asegure el desarrollo de sus capacidades de pensamiento, que constituyen la base del aprendizaje permanente y de la acción creativa y eficaz en diversas situaciones sociales.

Sin embargo al vernos inmersos en esta tarea de brindar una educación de calidad, es importante detenernos a reflexionar acerca de nuestra práctica pedagógica: acerca del sentido y significado que le damos a nuestra práctica.

Es por ello que hago referencia en mis primeras experiencias como docente, posteriormente la importancia de pensar pedagógicamente. Así también, sobre el papel del profesor al promover un aprendizaje significativo retomando las teorías actuales como el constructivismo, el manejo de las Nuevas tecnologías de la Información, y por último la investigación que se requiere para mejorar la práctica educativa.

Mi primera experiencia como docente la lleve a cabo en el jardín de Niños “Miguel Álvarez Acosta” del barrio la soledad municipio de Siltepec, Chiapas. Siendo de organización bidocente y alejado de la ciudad. En esta institución estuve durante un periodo escolar. Recuerdo la incertidumbre que tenía al no conocer el contexto social: las personas, los niños, las costumbres, y sobre todo como habían trabajado anteriormente las compañeras en esta institución pues las condiciones en las que se encontraba la escuela no eran favorables; pese a ello tuve que adaptarme.

En el desarrollo de mi práctica siempre me preocupe ¿cómo enseñar? Recuerdo la frase que repetidamente escuchaba en el contexto educativo: “la práctica hace al Maestro”, esto me traslado frecuentemente sobre lo que aprendí durante mi formación como docente y trataba de vincular la teoría-práctica sin embargo en el intento muchas veces me perdí, pues no me funcionaba como realmente quería.

A pesar de tomar en cuenta los contenidos del plan y programa 2004, la planificación detallada, los tiempos y recursos no se lograban los objetivos. Analizando mi intervención se que en determinado momento realicé actividades banales y repetitivas, recuerdo los trabajos estereotipados de los niños, los cuadros de yeso, los mosaicos de arroz o de pasta coloreada. Eran todos iguales y necesitaban gran ayuda de mi parte. Se hacían por lo general para las grandes ocasiones: La navidad, La fiesta del padre, la fiesta de la madre… que constituyeron los regalitos de los niños, que a menudo provocaban indiferencia de la familia.

En ocasiones sin reflexionar anticipadamente proponía modelos de fácil realización: la casa rectangular con el techo triangular, el sol amarillo, el mar azul, los arboles marrones y verdes. Sin tomar en cuenta que los niños ya precozmente conscientes que en la escuela puede pasar de todo, escuchan, aprenden y repiten, pero lo que estaban aprendiendo en ese momento no entraba en su conocimiento profundo, sencillamente estaba construyendo un aprendizaje paralelo, que era útil dentro de la escuela y no tenía ninguna utilidad para la vida.

Realizaba una autoevaluación de mi práctica pero muy superficialmente pues era difícil aceptar mis errores, y aun mas pensar sobre ¿Qué debería haber hecho? Para mejorar mi práctica.

Actualmente trabajo en el Jardín de Niños “Reynaldo Pola Gutiérrez” ubicado en la Col. Rio Blanco Municipio de la Independencia Chiapas, de organización completa, aquí mi experiencia ha sido diferente llevo tres años en esta institución y al llegar tuve la fortuna de ser directora encargada por un periodo escolar.

Esto cambio y fortaleció mis perspectivas sobre llevar a cabo de la mejor manera mi práctica docente y así lograr una educación de calidad la cual difícilmente puede enfrentarse sin una planeación con visión de futuro, que permita detectar necesidades de aprendizaje, aprovechar al máximo los recursos y desarrollar estrategias efectivas para generar un impacto significativo en la comunidad escolar. Veo la necesidad de formarme como docente y prepararme no para transmitir los conocimientos sino para entender que en el proceso como docentes estamos sujetos al error, que tenemos virtudes y que a través de los errores podemos ser mejores cada día.

Ahora me he dado cuenta que es importante pensar pedagógicamente pues nos lleva a reflexionar acerca del sentido y significado de las practicas. No como una tarea aplicada sino como la tarea de pensar críticamente, pensar en la intención de la educación, sus manifestaciones, pensar la vida de la escuela.

Paulo Freire(1994) señala:

“Es que el enseñar no existe sin el aprender. Quiero decir que el enseñar y el aprender se van dando de manera tal que por un lado, quien enseña aprende porque reconoce un conocimiento antes aprendido y, por el otro, porque observando la manera como la curiosidad del alumno aprendiz trabaja para aprender lo que se le está enseñando, sin lo cual no aprende, el educador se ayuda a descubrir dudas aciertos y errores”.

Ante esto para quienes asumimos el acto de enseñar, no debemos inclinarlo al hecho de transferir lo que sabemos. Es importante tener presente que en cualquier espacio donde estén concentrando saberes, desde el rol de facilitador, y otros desde el rol de participantes, aprendices, principiantes; estaremos en presencia de un proceso de aprendizaje, porque ambos sujetos intervienen con sus saberes, uniéndose y aprehendiendo cada uno, tanto del suyo como del otro. Lo que hace preciso que, vayamos convirtiéndonos en actores de nuestro proceso, asumiéndolo reflexivamente.

Como docentes nos invade frecuentemente la preocupación de cómo, y cuando enseñar determinados contenidos y lograr los objetivos establecidos en este sentido perdemos la verdadera intencionalidad de la educación en cuanto al aprendizaje. Es importante pensar pedagógicamente pues nos involucra a repensar continuamente nuestras actitudes, practicas y no solo dar la importancia en ¿cómo enseñar? sino conocer ¿Quiénes son mis alumnos y como aprenden? ¿Para qué se aprende? ¿Por qué se aprende? Para promover un aprendizaje realmente

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