El Maestro Y Su Practica Docente

INTRODUCCIÓN:

En el presente trabajo, pretende proporcionar a los profesores la comprensión de la practica docente en sus diferentes dimensiones y niveles, con la finalidad de que cuenten con los elementos suficientes para diseñar, desarrollar y concluir proyectos innovadores que los lleven a contar con mejores condiciones para desarrollar los procesos de construcción y reconstrucción del conocimiento en la escuela, revalorando la sabiduría del profesor y mediante la observación y la descripción.

Apartado A:

1. El saber de los maestros:

El saber de los maestros tienes sus raíces en el hábito, los precedentes, las costumbres y opiniones, para empezare la tarea crítica es necesario rescatar la racionalidad de otros supuestos saberes como aptitudes que son especialmente abstractos, a fin de realizar un análisis de los mismos, que nos permita darnos cuenta que nivel de conciencia hemos hecho de ellos.

Los saberes que los enseñantes poseen, se agrupan de la siguiente manera:

Los saberes del sentido común de la práctica: que consta únicamente de suposiciones u opiniones.

• El saber popular: se refiere a las destrezas

• El saber contextual: se refiere a los saberes de la clase, de la comunidad o del alumno en concreto.

• Conocimientos profesionales, son las estrategias de enseñanza, el currículo

• Teorías, planteamientos filosóficos, es el saber de la sociedad, la verdad y la justicia.

A su vez el análisis crítico lo podemos visualizar de dos maneras. El teórico que es el saber organizado y el Práctico que es la acción organizada, lo que nos conduce a reflexión y a la revisión.

El investigador no acepta las teorías como verdad, sino como problemas para la construcción del conocimiento.

La vida social es reflexiva, el saber se define como “la creencia en lo justificadamente cierto”, sacar ideas a la luz para analizarlas críticamente con: acción planificadora y estratégica.

Es el saber del enseñante el punto de partida para la reflexión crítica.

2. En que consiste el problema al revés:

¿Cómo favorecer la formación del profesor reflexivo en su práctica docente?

La práctica debe ser dominada a través de: la sabiduría, el talento, la intuición, el arte, sin embargo estos términos no sirve para iniciar un proceso de indagación sino para concluirlo puesto que son simples categorías.

La cuestión de la relación entre la competencia en la práctica y el conocimiento profesional consiste en ser planteado al revés, es decir, no deberíamos empezar a preguntar cómo mejorar el uso del conocimiento científico, sino que podemos aprender a partir de un conocimiento aplicado es decir de la competencia.

Esta perspectiva se plante a partir de las siguientes premisas:

• Lo inherente a la práctica de los profesionales especialmente competentes.

• El arte es una forma de ejercicio de la inteligencia.

• En el terreno de la práctica profesional, la ciencia aplicada y las técnicas de investigación ocupan un territorio bien limitado colindante con el arte.

El aprender haciendo, fue descrito ya hace mucho tiempo por John Dewey como “la disciplina básica o inicial“

El prende haciendo. No es lo mismo para los profesores aprender en el aula que practicarlo en grupo, normalmente no aplicamos conscientemente ningún razonamiento, previo percibimos a través de la “sensaciones” (juicios normativos) y a partir de cualquier sensación se detecta y entonces se disfruta. “procesos no lógico” con los que adquirimos juicios, decisiones y acciones, eficientes sin ser capaces de establecer las reglas o procedimientos que seguiremos.

Es mediante la práctica que aprendemos a hacer cosas tan complejas como andar a gatas, caminar, hacer juegos malabares o montar en bicicleta, a este tipo de conocimiento le llamamos conocimiento de la acción, el cual nos lleva a otro tipo de conocimientos que relevamos en nuestras acciones inteligentes, ya sean acciones físicas o se trate de operaciones privadas como hacer un análisis o un balance, en ambos casos el conocimiento está en la acción.

Es posible realizar mediante la reflexión de nuestras acciones una descripción de las mismas aunque estas generalmente son de distintas clases en función de los nuestros propósitos y de los sistemas lingüísticos.

Aun así e independientemente del lenguaje que utilicemos, nuestras descripciones del conocimiento en la acción son siempre construcciones ya que el conocimiento se produce de inmediato y de manera global.

3. Acción cultural y concienciación.

La conciencia se constituye en la dialéctica de la objetivación del y acción sobre el mundo, Sin embargo, la conciencia nunca es mera reflexión acerca de, si no una reflexión sobre la realidad material.

Para el objetivismo mecánico, la conciencia es solo una copia de la realidad objetiva. Para el solipsismo, el mundo se reduce a una creación caprichosa de la conciencia. .En el primer caso m la conciencia sería incapaz de trascender el condicionamiento de la realidad, en el segundo, en la medida que crea realidad, constituye un a priori de la de la realidad, en cualquier caso, el hombre no se compromete con la transformación de la realidad. Por esta razón analizaremos los niveles de conciencia y evitar caer en las posturas anteriores.

Conciencia Semiintransitiva.

Es típica de estructuras cerradas, este modo de conciencia no puede objetivar los hechos y situaciones problemáticas de la vida cotidiana. Los hombres carecen de percepción estructural y atribuyen los hechos y situaciones de sus vidas a algo externo. La explicación de las situaciones reside en un poder superior, su acción tiene carácter de magia protectora. Antes de la siembra o de la cosecha, los campesinos de tercer mundo llevan a cabo ritos a menudo de naturaleza religiosa.

Una vez que las rupturas comienzan a aparecer en la estructura, las sociedades entran en un período de transición, empiezan a manifestarse los primeros movimientos de emergencia de las masas hasta entonces sumergidas y silenciosas. Esto fuerza a las elites de poder a experimentar nuevas formas de mantener a las masas en silencio.

El silencio, sólo es roto por rebeliones ocasionales. Si ese silencio coincide con una percepción fatalista de la realidad, las elites que imponen el silencio, no son cuestionadas. Cuando la sociedad comienza a quebrarse es porque empiezan las demandas de las masas. El silencio no se concibe como algo inalterable, sino que la realidad puede transformarse. Esta transición histórica fue vivida por todas las sociedades latinoamericanas en mayor o menor grado, naciendo una

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