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El aprendizaje, realidad del ser humano y a la vez misterio.


Enviado por   •  31 de Julio de 2017  •  Ensayo  •  1.828 Palabras (8 Páginas)  •  248 Visitas

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Ana Lorena Pérez Barrera

El aprendizaje, realidad del ser humano y a la vez misterio.

Han sido muchas las personas, que se han aventurado a explorar el complejo mundo que se esconde dentro del ser que desde su génesis fue llamado hombre; también, han sido muchos, los que han afirmado que el ser humano es por natura, complejo, asombroso y casi que indescifrable; de igual modo, el hombre por auto comprenderse, ha puesto de manifiesto múltiples hallazgos, con los cuales, se han explicado ciertos comportamientos, fenómenos y vivencias típicas del ser que por poseer procesos mentales superiores (PMS), ha dominado, transformado y moldeado su hábitat. En la presente ponencia, me he trazado como propósito, efectuar una reflexión a partir de la convergencia de algunos descubrimientos que apuntan hacia la comprensión del proceso de aprendizaje y su estructuración, buscando con ello, ampliar las nociones que se tienen frente a: ¿Qué mecanismos hacen posible el aprendizaje?, ¿cómo se aprende?, ¿qué sucesos influyen en la estructuración del aprendizaje?, ¿por qué todos aprenden de manera diferente?; respuestas que sin duda alguna, permitirán, tener un conocimiento básico con el que se comprenda mejor el rol del educador en procura de formar pedagógicamente y de manera adecuada a los educandos.

Para que el hombre pudiera auto-comprenderse, debía efectuar una introspección profunda de sí, partiendo de tres componentes propios y esenciales: el hombre como ser biológico, el hombre como ser psicológico y el hombre como ser social (unidad biopsicosocial), porque en mi opinión, el ser humano nunca ha dejado de girar en torno a estos tres tópicos; entonces, pienso que surgiría de ello, un primer interrogante: intentaba el ser humano comprender ¿cómo era capaz de efectuar múltiples actividades y de entender los fenómenos que se llevaban a cabo en su entorno?; si la respuesta afirmativa a tal cuestionamiento era el vehículo en el que el hombre se dirigía hacia su auto-exploración, entonces, permítanme plantear un caso hipotético: el individuo en aquel momento se percató de procesos tales como la respiración, el latir de su corazón, la digestión, la tristeza, la alegría, la interacción con su semejante, entre otros, los cuales tenían que ser controlados por un órgano específico: el cerebro; el cual, “es el origen de todos los pensamientos, sensaciones y acciones del hombre”. (Brabyn, citado por Ander-Egg, 2008; p. 37).

Partiendo pues de lo planteado por Brabyn, a la sazón, el centro del sistema llamado ser humano es el cerebro y no el corazón (donde no están inmersos si quiera los sentimientos), puesto que es en esa unidad de entrelazadas redes neuronales donde se gestan todas las condiciones necesarias para que el hombre viva y sea lo que hoy es. Ahora bien, yo estoy de acuerdo con aquellos quienes se empeñan en afirmar que “nuestro cerebro es el rector de nuestros actos, puesto que, es la unidad que controla y sistematiza la esfera comportamental , y en esa medida, tengo que decir que nuestras actividades extrínsecas, están condicionadas por todo lo que sucede al interior del cerebro, y que en múltiples ocasiones, no podemos ejercer control sobre ciertas actividades y/o conductas que ejecutamos, porque, las hacemos atendiendo a la forma en que se ha configurado nuestra estructura cerebral; lo que acabo de mencionar, es el soporte más verídico para contrastar lo postulado por el enfoque diferencial, con su premisa: “todos somos diferentes”, y lo somos pienso yo, porque es el cerebro el que en gran medida, determina por efecto de su configuración, tales diferencias; sostengo esto, basada en que aun cuando las personas viven en el mismo entorno por ejemplo, siguen reflejándose entre ellas divergencias que no obedecen a factores característicos del medio, sino más bien, a elementos propios de cada individuo.

Hasta aquí, he dejado claro que el cerebro es el gran responsable de todos los procesos, de aquellos que corresponden a la esfera biológica (liberación de neurotransmisores, sinopsis neuronal y plasticidad cerebral)

De otra parte, considero fundamental, hablar de los sentidos como canales indispensables para que exista un aprendizaje completo, puesto que, el ser humano aprende teniendo en cuenta los pre-saberes (Por cada capacidad que tiene el ser humano, ya sea cognitiva o afectiva, existe un sitio fisiológico en el cerebro en donde se genera), y los nuevos saberes (el contenido que toma del medio de manera auditiva, visual, táctil, olfativa y/o gustativa), para finalmente generar un nuevo conocimiento a partir del procesamiento de las dos fuentes. Así aprende el hombre (según lo investigado hasta hoy), generando el aprendizaje significativo, solo cuando el pre-saber y el nuevo saber, se acoplan adecuadamente; pero, si los sentidos no existieran, entonces nuestro aprendizaje fuera asimétrico, un aprendizaje que no nos permitiría comprender incluso nuestro propio actuar. Ilustraré la importancia de los sentidos en el cómo aprenden los hombres, con lo postulado por Dale (1969), quien argumenta que “el estudiante aprende un 5 % en las lecciones, un 10 % de lo que lee, un 20 % de lo que escucha y observa, un 30 % en las demostraciones, un 50 % en los grupos de discusión, un 75 % en las prácticas y un 90 % de lo que debate, expresa y hace enseñando a otros”; y en todas esas actividades participan los sentidos. Con lo que he terminado de explicar, he dejado resuelto el segundo interrogante de los cuatro que guían esta ponencia.

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