El impacto del divorcio en el desarrollo psicosocial de los niños y de los adolescentes
Enviado por zuleymy • 24 de Mayo de 2015 • Trabajo • 5.840 Palabras (24 Páginas) • 412 Visitas
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Es el divorcio uno de los temas sociales más controversiales de los últimos tiempos y que más genera investigación por quienes estudian el comportamiento humano y social.
Sociólogos como Stern y Manocherian afirman que la reacción de los hijos ante el divorcio va a varias según la edad de cada uno, su temperamento y experiencia pasada, su desarrollo cognitivo, su competencia social y el grado de soporto emocional que tenga de amigos y familiares.
J. Botella (1999) dice que, independientemente de la edad, es una alteración emocional y conductual. Algunos niños pueden tener la fantasía de que sus padres volverán a unirse.
El psicoanalista Arnold Bar, dice: “Todo divorcio es un desastre.- Pero ¿quién está en condicionas de evaluar si esa pérdida es mayor o menor que la que implica un matrimonio infeliz.
Según expertos, en una separación sufren todos: los padres, los hijos, los abuelos y hasta los amigos. El grado de sufrimiento de cada uno, las características y duración de los efectos, la forma en que lo toman y como lo superan, no es algo que se pueda generalizar y depende de muchos aspectos, que se relacionan con lo familiar y social, que ningún estudio estadístico aunque sea muy bueno puede calcular, en mi concepción quieres se perjudican a mayor escala por un sin número de razones son los hijos, en esto la base de mi investigación.
Hoy en día de cada dos matrimonios, uno termina en divorcio y muchas de las parejas divorciadas tienen niños. Los padres que se están divorciando a menudo se preocupan acerca del efecto que la separación tendrá en sus hijos. Durante este período difícil, los padres puede que se preocupen por sus propios problemas, pero continúan siendo las personas más importantes en la vida de sus hijos.
Mientras los padres bien pueden sentirse o desconsolados o contentos por su divorcio, invariablemente los niños y adolescentes se sienten asustados y confundidos por la amenaza a su seguridad personal. Algunos padres se sienten tan heridos o abrumados por el divorcio que buscan la ayuda y el consuelo de sus hijos. El divorcio puede ser malinterpretado por los hijos a no ser que los padres les digan lo que les está pasando, cómo les afecta a ellos y cuál será su suerte.
La adolescencia suele caracterizarse como un tiempo de declinación de la influencia de los adultos, cuando los valores y las conductas de la gente joven se van haciendo cada vez más distante. La distancia entre la generación más joven y la mayor, no es necesariamente grande. En realidad tiene valores y aspiraciones muy similares. Esto es totalmente cierto cuando se compara con sus propios padres. En realidad, cada generación tiene su perspectiva generacional propia que la distingue.
Los adolescentes corren el riesgo al creer que sus padres son limitados. Esta divergencia sucede por una buena razón, ya que la evolución humana requiere que los adolescentes se liberen de las restricciones que imponen los padres.
En el desarrollo psicosocial del adolescente se pueden observar cambios visibles en la conducta del niño como es la necesidad en grandes cantidades de afecto dirigida principalmente hacia los padres o figuras de crianza, son muy comunes las relaciones que se establecen entre niños de la misma edad en especial con primos y vecinos o compañeros de clases. En la adolescencia temprana también es muy común ver como el joven experimenta cambios afectivos y sociales tanto en la casa como en el colegio y demás zonas de convivencia haciendo nuevos lazos afectivos y distanciando cada vez más su apego de los padres; cabe resaltar que dependiendo de los valores, estabilidad afectiva y reglas que sean inculcadas por los padres, se garantizaran buenas bases para un optimo desarrollo de las habilidades sociales.
Según Arminda Aberasturi ve el comienzo de esta etapa como un proceso de duelo donde se debe dejar atrás ese cuerpo e ideas de niño para tomar otra identidad e ideologías en un cuerpo nuevo así como las relaciones que se tenían con los padres en la infancia.
Los hijos con frecuencia creen que son la causa del conflicto entre su padre y su madre. Muchos asumen la responsabilidad de reconciliar a sus padres y algunas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. En la pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio, los hijos pueden volverse vulnerables tanto a enfermedades físicas como mentales. Con mucho cuidado y atención, sin embargo, una familia puede hacer uso de su fortaleza o de sus factores positivos durante el divorcio, ayudando así a los hijos a tratar de manera constructiva con la solución al conflicto de sus padres.
Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistentes en su hijo o en sus hijos. Los niños pequeños pueden reaccionar al divorcio poniéndose más agresivos, rehusándose a cooperar o retrayéndose en sí mismos. Los niños mayores pueden sentir mucha tristeza o experimentar un sentimiento de pérdida. Los problemas de comportamiento son muy comunes entre estos niños y su trabajo en la escuela puede afectarse negativamente. Ya sea como adolescentes o como adultos, los hijos de parejas divorciadas a menudo tienen problemas en sus relaciones y con su autoestima.
La obligación continuada de los padres por lograr el bienestar de los hijos es vital. Si el niño muestra indicios de estrés, los padres deben consultar con su médico de familia o con su pediatra para que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes para que le haga una evaluación y les dé tratamiento. Además, el psiquiatra de niños y adolescentes puede reunirse con los padres para ayudarles a que aprendan qué hacer para que el estrés del divorcio sea más fácil para toda la familia. La psicoterapia para los niños de una pareja divorciada y para los padres divorciados puede ser de gran beneficio.
La intensidad de las emociones, el dolor, las ofensas, el rencor y otros sentimientos provocan un daño profundo en la pareja difícil de recuperar. Por otro lado, la victimización de los hijos atrapados en la "batalla conyugal", produce deterioros psicológicos irreparables en la psiquis de los menores.
En el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan se encontró que los hijos de divorciados eran tratados en una proporción de dos a uno con la población general. Estos niños sufrían, en la mayoría de los casos, síntomas asociados a la falta de control en la agresión. En los más pequeños, la agresividad era contra los padres separados y los hermanos. En los mayores, ya adolescentes, el problema
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