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El yo el ello y super yo- INTRODUCCIÓN


Enviado por   •  16 de Mayo de 2016  •  Tarea  •  4.126 Palabras (17 Páginas)  •  3.104 Visitas

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INTRODUCCIÓN


La personalidad se divide en tres partes: el ello, el yo y el súper yo. Términos utilizados por Freud en la teoría del psicoanálisis. Conoceremos las características principales de cada uno de los términos.
El ello viene siendo la primera manifestación de la mente humana, es decir, el estado mental del recién nacido. No posee organización y se basa en el principio del placer, es decir, la búsqueda de los estados placenteros. Se trata de la parte animal del hombre.
El yo es lo que esta en contacto con la realidad, viene siendo como la parte consciente del ello, la que se a modificado por estar en contacto con la realidad. Desarrollando así una organización y dando lugar a un individuo más racional. El yo domina la descarga de los impulsos que envía el ello.
El súper yo que es la parte ética y moral que ha sido creada en el hombre. Esta parte ética y moral se fue formando por enseñanzas de nuestros padres y por las creencias religiosas que nos frenan. El papel que desempeña el super-yo es la represión de los impulsos, constituye el deber ser; principios éticos, conciencia moral de las personas.

CXXV

EL “YO Y EL EYO””

1923

Las consideraciones que van a continuación son ideas iniciadas tituladas Mas allá del principio del placer (1920), ideas que me inspiran una benévola curiosidad. El presente estudio observa analiza e intenta deducir nuevas conclusiones, no toma ya nada de la biología y se halla, más cerca de psicoanálisis que del “más allá”. Constituye más bien una síntesis que una especulación y parece tender hacia un elevado fin y estoy conforme con esta limitación.

Con todo ello entra en cuestiones que hasta ahora no han sido objeto de la elaboración psicoanalítica y no puede evitar rozar algunas teorías establecidas por investigadores no analíticos o que han dejado de serlo.

  1. LO CONCIENTE Y LO INCONCIENTE

La diferenciación de psíquico en consiente e inconsciente es la premisa fundamental del psicoanálisis. Le permite llegar a la inteligencia  de los procesos patológico de la vida anímica, el psicoanálisis no ve en la conciencia la esencia de lo psíquico. En efecto de la mayoría de las personas de la cultura filosófica, la idea de un psiquismo no consiente resulta inconcebible y la rechazan, tachándola de absurda e ilógica.

Ser consiente se basa en la percepción más inmediata y segura. La conciencia es un estado eminentemente transitorio. Pero en el intervalo hubo de ser algo que ignoramos. Podemos decir que era latente, tal intervalo capas de la conciencia. Los termos “inconscientes” y “latente”, “capas de la conciencia” son coincidentes.

Hemos llegado al concepto de lo inconsciente por un camino muy distinto; por la elaboración de cierta experiencia en la que interviene la dinámica psíquica. En este punto comienza la teoría psicoanalítica, afirmando que tales representaciones no pueden llegar a ser conscientes por oponerse a ello cierta energía, sin la cual adquirirían completa conciencia, y se vería entonces cuan poco se diferenciaban de otros elementos reconocidos como psíquico.

Lo reprimido es para nosotros el prototipo de lo inconsciente. Hay dos clases de inconsciente: lo inconsciente latente, capas de conciencia, y lo reprimido incapaz de conciencia. A lo latente nominamos preconsciente, y reservamos el nombre inconsciente para lo reprimido, dinámicamente inconsciente. Tenemos tres términos: consciente (Cc.), preconsciente (Prec.), e inconsciente (Inc.).suponemos que lo Prec. Se halla más cerca de lo Inc, que de lo Cc, y como hemos calificado de psíquico a lo Inc, podemos extender sin inconveniente alguno este calificativo a lo prec, latente. Los filósofos nos propondrían después describir  lo Prec y lo Inc como dos formas o fases de lo psicoide, y de este modo quedaría restablecida la unidad. Psicoide coincide con lo psíquico cuando aún se desconocía lo psicoide.

Podemos comenzar a manejar nuestros tres términos, aunque sin olvidar dos clases de inconsciente y solo una en sentido dinámico. Nos hemos acostumbrado ya a este doble sentido y no nos ha suscitado nunca grandes dificultades, la diferenciación de lo consiente y lo inconsciente es, en último término, una cuestión de percepción que puede resolverse con un sí o un no, y el acto de la percepción no da por sí mismo explicación alguna de por qué razón es percibido o no percibido algo. Nada puede oponerse al hecho de que lo dinámico solo encuentre en el fenómeno una expresión equivoca.

Estas diferenciaciones son prácticamente insuficientes que consideramos como su yo. Este yo integra la consciencia, la cual domina al acceso a la motilidad; esto es, la descarga de las excitaciones en el mundo exterior, siendo aquella la instancia psíquica que fiscaliza todos sus proceso parciales y aun adormecida durante la noche, ofrece a través de toda ella la censura onírica. El conjunto e estos elementos, excluidos por la represión, se sitúa frente al yo en el análisis, observaremos que el enfermo tropieza con dificultades cuando lo invitamos a realizar determinados labores y que sus asociaciones cesan en  absoluto en cuanto han de aproximarse a lo reprimido. Ahora bien como tal resistencia parte seguramente de su yo y pertenece al mismo. Comprobamos en efecto, que en el yo hay también algo inconsciente, algo que se conduce idénticamente a lo reprimido, o sea, exteriorizando, intensos efectos sin hacerse consciente  por sí mismo, y cuya percatación consiste precisa de una especial labor.

Las consecuencias que dicho descubrimiento trae consigo, el conocimiento de la estructura anímica nos impone otra nueva. Inc no coincide con lo reprimido. Todo lo reprimido es inconsciente, pero no todo lo inconsciente es reprimido.

  1. EL YO Y EL ELLO

El yo puede ser inconsciente, nuestras investigaciones ha sido hasta ahora el carácter de consciencia o inconsciencia.

Todo nuestro conocimiento se halla ligado a la consciencia. Tampoco lo inconsciente puede sernos conocido, si antes no lo hacemos consciente.

La consciencia es la superficie del aparato anímico; también nuestra investigación tiene que tomar percepciones procedentes del exterior (percepciones sensoriales) y aquellas otras procedentes del interior, a lo que damos el nombre de sensaciones y sentimientos, son consciente.

En otro lugar hemos expuesto ya la hipótesis de la verdadera diferencia entre una idea inconsciente y una preconsciente (un pensamiento) consiste en que el material de la primera permanece oculto, mientras que la segunda se muestra enlazada con representaciones verbales. Emprenderemos aquí Prec e Inc la pregunta de cómo se hace algo consciente deberá ser sustituida por la de como se hace algo preconsciente, y la respuesta seria que por su enlace con las representaciones verbales correspondientes.

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