Emociones Humanas

Análisis de enunciados

para identificar y comprender

el concepto de emoción

y las estructuras asociadas

que puedan causar

alteraciones de la afectividad

La experiencia afectiva comprende fundamentalmente los sentimientos, las emociones y el ánimo (humor). Por sentimientos se entiende estados afectivos complejos, duraderos y no intensos. Por Ejemplo: orgullo, celos, amor, vergüenza. En cambio, las emociones son también estados afectivos que se experimentan de manera brusca, más o menos violenta, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia, pero de pasajera duración. El miedo, la ira y la angustia son considerados como típicos ejemplos de emociones. Por último, el estado de ánimo es la manifestación afectiva prevalente y subjetiva que domina y colorea la experiencia total de un individuo en un momento dado, e indicaría el equilibrio que existe entre los distintos sistemas funcionales del organismo y el grado en que las circunstancias ambientales satisfacen las necesidades e intereses del sujeto.

Las emociones tienen una función adaptativa del organismo a lo que le rodea. En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utiliza para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Las emociones se han considerado poco importantes, dándosele relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.

Análisis de enunciados y de un caso clínico

1.- “La vida es una comedia para los que piensan y una tragedia para los que sienten”. (H. Walpole).

El género literario se divide en subgéneros: lírico, narrativo y dramático. En este último encontramos a La Comedia, que es una obra escrita principalmente para ser puesta en escena y se caracteriza por presentar situaciones humorísticas, donde el protagonista muestra sus defectos exagerados y que tiene un tono moralizante. Al contrario, la Tragedia representa conflictos del hombre, que se enfrenta con un destino trágico que no puede evitar.

Los dos tipos de representaciones acercan a las formas cómo las personas se relacionan con el medio ambiente.

En una, tratando de torcerle la mano al destino, en la otra, dejando de tener el timón. La razón busca caminos, mientras la amígdala construye la escenografía, viste el escenario con los significados emocionales. Es en la tragedia donde el sentir se hace real al enfrentar el destino inevitable: el hipotálamo envía sus señales. y las conexiones del circuito de Papez se hacen presente cuando Edipo descubre quien es Yocasta (ejemplo)

La comedia puede ser obra de titiriteros que saben cómo mover cada articulación de sus personajes: comprender cómo se relacionan las estructuras cerebrales cuando las emociones hacen tabla rasa con emocionalidad de las personas, ése es el desafío al que se enfrentan los comediantes, saber cómo funcionan aquéllas en medio del desconcierto a que les someten el Hipotálamo, los cuerpos mamilares, el núcleo anterior talámico y la corteza cingulada.

Este enunciado principalmente lleva a reflexionar acerca de la forma de enfrentar la vida por parte de las personas, es decir, aquellas que se dejan gobernar por sus emociones, sin duda sufrirán y su vida pasará ser una tragedia; en cambio aquellas personas que se dejan gobernar por la razón, serán capaces de reaccionar ante las adversidades de la vida, de una manera más fría, en otras palabras, objetivadamente, permitiéndoles vivir como si estuvieran en una comedia.

2.- “¿Por qué cuando somos dominados por el miedo, la furia o la rabia solemos actuar de manera precipitada? Y ¿Por qué después solemos arrepentirnos?”

La furia y la rabia son denominadas emociones primarias o tempranas, emanan de lo fisiológico del ser mediante el sistema límbico y la amígdala.

El ser humano es capaz de reaccionar de diferentes formas ante diversos estímulos ya sea de manera precipitada o automática. Muchas veces se está lejos de enjuiciar lo que sucede alrededor cuando se está enfrente de un medio alterado emocionalmente.

La ira es una emoción básica y universal. Básica porque está al servicio de la supervivencia a partir de tres funciones; la facilitación del desarrollo rápido de conductas de defensa-ataque, la vigorización de la conducta y la regulación de la interacción social. Universal porque cualquier miembro de la especie sano experimenta ira. Por lo tanto, enfadarse no sólo es normal sino también necesario. Sin embargo, cuando la ira es demasiado frecuente en la vida o desproporcional, aparecen los problemas. Por eso, además de experimentarla, se debe aprender a controlar la ira y saber cómo expresarla.

Las emociones están muy ligadas a los pensamientos, por lo que una situación puede ser “vivida” de formas muy diferentes en función de la persona. Por eso, más que referirse a situaciones “objetivas” que dan lugar a la emoción de ira, lo correcto es referirse a los pensamientos asociados a esa situación que causan ira. La ira es una emoción que aparece cuando las personas se ven sometidas a situaciones que producen frustración o les resultan desagradables, pues se sienten atacados. Existe un número inferior de personas que

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