En la escuela diez en la vida cero: Los contextos culturales del aprendizaje de las matemáticas
Enviado por Ycebo • 29 de Junio de 2019 • Apuntes • 1.815 Palabras (8 Páginas) • 195 Visitas
la escuela cero
Cap 2: En la vida diez, en la escuela cero: Los contextos culturales del aprendizaje de las matemáticas
La deserción y el fracaso escolar aparecen hoy entre los problemas de nuestro sistema educativo. La concepción de fracaso escolar aparece alternativamente como, a) fracaso de los individuos, b)fracaso de una clase social o c) fracaso de un sistema social, económico y político que practica una selectividad socioeconómica indebida.
Queremos explorar aquí otra alternativa: el fracaso escolar y el fracaso de la escuela.
Los estudios de la llamada “privación cultural“ o de los “individuos marginados” señalan la existencia de las más variadas deficiencias entre niños de ambientes desfavorecidos, deficiencias que son tanto de naturaleza del conocimiento como de orden afectivo y social.
A)El niño producto de la privación cultural muestra deficiencias en las funciones psiconeurológicas, básicas para la lectura y las matemáticas, conceptos básicos, operaciones cognoscitivas y lenguaje, un pobre concepto de sí mismo, sentimientos de culpa y de vergüenza, problemas familiares, etc. Esa posición resulta de la convicción de que los procesos psicológicos se desarrollan en función de la experiencia en los primeros años de la vida, puesto que los niños de ambientes culturalmente deficitarios carecerían de esas experiencias cruciales. Se incluyen posibles problemas de alimentación.
B)En el análisis de los rendimientos escolares en función de las características individuales de familias pertenecientes a la misma clase social, sin considerar estereotipos creados por el modelo que subraya las deficiencias de la clase social baja, se ha comprobado la existencia de alumnos que, no obstante pertenecer a esa clase, tienen buen rendimiento escolar. A partir de esto podríamos decir que sólo aquellos individuos de clase baja que sufriesen de hecho el “síndrome de privación cultural” estarían predestinados al fracaso escolar. Hay quienes atribuyen el fracaso escolar a la clase social, ellos mismos aseguran que los miembros de esas clases no valoran la educación porque no les atribuyen un valor práctico y no pueden permitirles a sus hijos el “lujo” de una educación prolongada frente a necesidades de supervivencia. El fracaso escolar no sería pues un fracaso real, dado que sólo quien anhela determinado objetivo puede fracasar en alcanzarlo. El menosprecio del aprendizaje escolar de la clase baja es congruente con el desempeño de sus miembros, los cuales son “víctimas” de las deserción y el fracaso.
C) Cuando hablamos de selectividad del propio sistema, las escuelas constituyen aparatos ideológicos del estado que reproducen la estructura de clases existentes mediante la difusión de la ideología de la clase dominante y manteniendo a la clase baja en los niveles educacionales inferiores. De este modo el propio sistema obstruye las vías de acceso de la clase baja a la educación formal, eliminando la posibilidad de que sus miembros puedan resolver los problemas sociales y económicos que enfrentan. A veces las condiciones de la educación estatal no garantiza la inclusión social y los colegios privados son un privilegio de las clases dominantes.
La posibilidad de que el fracaso escolar no represente el fracaso del individuo, de la clase o del sistema social y económico y político, pero sí el fracaso de la propia escuela ya ha sido tratado por algunos autores.
Sobre la noción de privación cultural, podemos decir que tal conceptualización del problema constituía una explicación razonable para liberar a los educadores de la responsabilidad de estar involucrados de en una escuela capaz de producir resultados. Es así como explicando al fracaso escolar desde lo social se lo culpabiliza al alumno por venir de una familia pobre y por lo tanto no apto para los patrones exigidos por la escuela. La institución escolar, sus valores, su didáctica y su organización continúan fuera del debate.
Con relación a la educación compensatoria, ésta tiene como defecto de sólo pretender cambiar al niño, añadiendo otra línea de pensamiento que establece que el fracaso es el resultado de una mala interrelación entre el alumno que proviene de determinados medios sociales y la institución escolar.
Deberíamos considerar que ciertos niños de algunas culturas que pueden no participar de experiencias específicas encontradas rutinariamente por los niños de nuestra clase media, no son criaturas privadas de toda experiencia.
Por ejemplo , en cuanto a las dificultades en el aprendizaje de la matemática, es necesario conocer mejor las matemática inherente a las actividades de la vida diaria en la cultura de esos niños a fin de construir, a partir de ellas, puentes y ligamentos efectivos para unas matemáticas más abstractas que las que la escuela pretende enseñar. Las personas desempeñan con mayor habilidad aquellas tareas en que tienen más práctica hace suponer que los procesos cognoscitivos pueden ser de naturaleza situacional, lo cual implica que es posible encontrar sujetos que demuestran una habilidad en ciertos contextos y no en otros. Se sabe que los animales, incluso el hombre, aprenden habilidades generalizadas para la solución de problemas a partir de experiencias repetidas con problemas diferentes del mismo tipo.
Adoptar el enfoque institucional no significa negar que existen diferencias entre las clases o rechazar explicaciones de naturaleza social, económica y política para el fracaso escolar. Entendiendo a las diferencias entre las clases no como carencias sino como diferencias de hecho. Por lo tanto , las explicaciones del sistema socioeconómico y político son consideradas insuficientes para explicar el fracaso escolar puesto que los educadores no disponen del necesario saber hacer.
Las observaciones han señalado incongruencias entre el desempeño de los sujetos “culturalmente desfavorecidos” en situaciones formales y experimentales y el desempeño de esos mismos sujetos en situaciones informales y cotidianas. Es así como se ha podido observar la solución de problemas matemáticos en el contexto social por parte de niños de las clases pobres en contraste con el bajo desempeño escolar de esos mismos niños en situaciones escolares formales.
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