Esclerosis Multiple
Enviado por silviabefra • 14 de Abril de 2013 • 905 Palabras (4 Páginas) • 505 Visitas
Introducción
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad del Sistema Nervioso Central (SNC) que afecta en su mayoría a adultos. Se puede detectar por alteraciones en la mielina del SNC. La EM se inicia por el ingreso de un virus a las células.
Patológicamente, la EM son lesiones del SNC llamadas placas en áreas de demielinización de localización perivascular y se localizan en la región periventricular, cuerpo calloso, nervios ópticos, tronco del encéfalo, cerebelo y medula espinal. Los constituyentes principales de las lesiones activas son linfocitos T activados y macrófagos, un hallazgo que sugiere que está en marcha un proceso inmunológico activo (Fernández, 1994; Weinshenker, 1995; Thompson, 1996; Hohlfeld, 1997).
En esta enfermedad se distinguen fases: progresión, estabilización, brote, remisión. Formas de evolución: fulminante, aguda, subaguda, crónica y latente. Tipos de brotes: brotes, brotes-progresiva, progresiva desde el inicio (Confavreaux, Compston, Hommes, McDonald, Thompson, 1992).
Esta enfermedad se manifiesta con signos y síntomas, los síntomas pueden variar en cada persona y según la evolución. Los signos más comunes son: debilidad, hormigueo, trastornos en la coordinación, fatiga, trastornos del equilibrio, alteraciones visuales, temblor, espasticidad, trastornos del habla, problemas intestinales o urinarios, ataxia, problemas en la función sexual y sensibilidad al calor entre otros (Ormeod y McDonald, 1984; Kelly, 1985; Scheimberg, 1988; Iriarte, Carreño y De Castro, 1996). También hay afectación neuropsicológica en áreas como la memoria, el razonamiento, el procesamiento de la información (Brassintong y Marsch, 1998; Rao, Leo, Ellington, Nauertz, Bernardin y Unverzagt, 1991; Higginson, Arnett y Voss, 2000; Arnett, 2001). Entre las alteraciones emocionales se destacan la depresión y la ansiedad (Whitlock y Siskind, 1980; Barezts y Stephenson, 1981; Godoy, Muela y Pérez, 1993; Jáuregui, 2000; Mohr, Wende, Dwyery, Dick, 2000) y en menor medida otras alteraciones psiquiátricas (Munarriz, Donat y Azorin, 1988).
La calidad de vida para enfermos graves o terminales como el caso de EM, es primordial, ya que es un soporte para el sujeto. Estos cuidados paliativos enfatizan en la calidad de vida aportándole al enfermo tolerancia con su condición de vida, que de alguna forma hacen menos difícil estas transiciones.
Se ha evidenciado problemas o alteraciones en los estados de ánimo cuando se presentan patologías crónicas. En la EM, la depresión se presenta en 47-57% (Fischer, Foley, Aikens, Ericson, Rao y Shindell, 1994). Se pueden encontrar trabajos que sugieren que los episodios depresivos dependerán de la zona anatómica donde se encuentra la demielinización (Young, Sanders y Ponsford, 1976). Otros autores plantean la depresión como reacción ante el impacto de la enfermedad y que es propio de la patología. También sugieren que los síntomas físicos son producto del estado de ánimo depresivo.
Junto a la depresión se puede detectar conductas de ansiedad (Garland y Zis, 1991; Murray, 1995) con un
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