Estadio Del Espejo
Enviado por joecabrera • 29 de Mayo de 2012 • 1.392 Palabras (6 Páginas) • 857 Visitas
. El estadio del espejo de Lacan
Jacques Lacan, a partir del fenómeno por el cual el infans entre 6 y 18 meses observa su imagen en el espejo con una reacción de júbilo, propuso lo que denominó la fase del espejo para hablar del narcisismo primario. A partir de dicha fase el niño se reconoce a sí mismo en una imagen en la que queda alienado (imagen ideal que recubre la incoordinación motriz y que posibilita la formación del yo).
Esta fase inaugura el narcisismo primario en tanto primer tiempo de constitución del aparato psíquico y paradigma del primer tiempo del Edipo.
En este primer tiempo la madre, es para el infans, el semejante con quien el infans se identifica, pero también es otro que le significa sus necesidades (la madre le dice por ejemplo: tenes hambre, tenés frío). A partir de la sobrestimación narcisista de la madre hacia su niño y a partir de la ecuación simbólica niño-falo, la madre dirá: "his majesty the baby, será artista, será famoso, etc." Esta simbolización fálica que la madre construye del falo es la que orientará al infans para sus identificaciones (pretenderá ser artista, intentará ser famoso, ser perfecto, etc.). El infans se identificará entonces con esa imagen de perfección, pero para él, él no simboliza el falo sino que lo es.
El niño es el falo y la madre será la ley: ella significará lo que es bueno o malo para él. Así ambos forman una unidad narcisista en el marco de esta estructura intersubjetiva
En esta identificación primaria o del espejo se articula, entonces, ser el objeto del deseo de los padres y ser igual a la imagen que la mirada de ellos desea. De este modo el infans se identifica con sus padres, conformando su propio yo con el modelo de ellos.
En esta vertiente, el Edipo no supone sólo el deseo sexual de los padres sino que el niño quiere ser deseado por ellos y que lo valoren. De este modo el pene (angustia o envidia) adquiere un lugar privilegiado, el sujeto será entonces fálico o castrado, es decir, valorado o desvalorizado, de acuerdo a su posesión o no.
Hemos visto, entonces, hasta aquí, cómo piensa Lacan la función del espejo, la fase de la identificación en el espejo como mecanismo constitutivo en el infans: un espejo plano que refleja lo que el infans ve. ¿Qué ve? Ve una imagen total y madura, es decir que anticipa a nivel imaginario la unidad más tardía del yo simbólico, ve una imagen que es un espejismo si consideramos que- a esa altura del desarrollo- el infans no es más que una suma de movimientos incoordinados. El cuerpo infantil inmaduro, disperso y fragmentado se experiencia en el espejo como imagen globalizadora. Por lo tanto, el estadio del espejo de Lacan es una experiencia inaugural y primera. Marca un comienzo y el infans lo vive con júbilo. Lo central que pretendo destacar de este pensamiento es que el sujeto, de este modo, se aliena en la imagen que le viene del Otro. No será otra cosa que aquello que le es dado por la imagen.
El espejo de DWW: la importancia del rostro materno en el desarrollo humano
Winnicott afirma (2) que el ambiente desempeña un papel vital en el desarrollo emocional del niño. En las primeras etapas de dicho desarrollo este ambiente y el niño son uno, el niño no existe separado del otro que lo cuida, no reconoce a la madre (ambiente), como separada de él, y ni siquiera tiene la percepción de sí mismo separado del ambiente. Es decir que a pesar de que él lo desconoce -y por eso mismo- su dependencia respecto del ambiente es absoluta. Luego -y si las cosas marchan bien- se producirá la progresiva separación entre el yo y lo no-yo, y como consecuencia, la separación respecto del otro materno, experiencia que la madre suficientemente buena con sus cuidados deberá asegurar.
Es en el marco de este vínculo fusional que Winnicott repara que "el precursor del espejo será el rostro materno". Esto significa que no existiría un espejo que refleje, sin un rostro materno que refleje al niño en sus comienzos. Así, en la formación del yo, el
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