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LA DEPRESION INFANTIL


Enviado por   •  13 de Mayo de 2015  •  2.342 Palabras (10 Páginas)  •  233 Visitas

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La depresión infantil

La depresión no es sólo cosa de adultos. Los niños también pueden sufrirla. La depresión en la infancia viene acompañada además de la tristeza, de una serie de síntomas en los niños como cambios bruscos de humor, rabietas por cualquier causa, alto nivel de ansiedad, entre otros.

Diferencia entre depresión y tristeza de los niños

La depresión infantil es un desorden caracterizado por una alteración en el estado de ánimo acompañado de un comportamiento a nivel escolar, en el hogar, en la comunidad del niño. Hay que distinguir cuando hay una depresión y cuándo el niño solamente está triste, porque muchas veces los niños al igual que los adultos, se ponen tristes. Pero eso no significa que estén deprimidos.

Para estar deprimidos, estamos hablando que ya es un diagnóstico dentro de la salud mental y el niño tiene que estar muy triste, tiene que tener una serie de alteraciones, que se le notan en el colegio, que se le notan con los amigos, que lo notan los papas, que lo notan todos, durante un periodo largo de tiempo. Un niño deprimido está todo el día triste, deja de hacer actividades que antes hacía, pierde el apetito...

En función de como sean esos síntomas y de la gravedad de los síntomas podremos hablar de un estado de depresión leve, moderado o severo. También tenemos que pensar que los síntomas van a variar en función de la edad del niño.

A qué edad pueden tener depresión los niños

Respecto a la prevalencia de la depresión es un dato que es muy controvertido porque cuando tu haces una revisión de literatura científica para ver que prevalencia, que porcentaje de los niños tienen depresión nos encontramos que según el estudio varia muchísimo y además también varia muchísimo en función de cuál es el modelo teórico que hemos cogido, que estamos definiendo por depresión, con qué instrumento lo estamos midiendo, y en que población lo medimos.

Luego, datos tan claros tan claros no los hay. Pero tenemos que pensar que en la más tierna infancia, en cuanto a la depresión infantil, la prevalencia no es tan alta. Estamos hablando entorno de un 1 o a un 3%. Es verdad que hay muchos niños tristes, pero es que un niño triste no es un niño deprimido. Entonces, hay que tener cuidado con eso. Según nos vamos acercando a la pubertad, y según nos vamos acercando a la adolescencia, allí ya la prevalencia si que es verdad que sube un poquito más. Ya podemos hablar que pueda haber más adolescentes que si realmente puedan tener una depresión. Ahí ya podemos hablar entorno a un 3 o un 9% de la población.

Otra de las preguntas que se suelen hacer los padres es: La depresión, ¿es hereditaria?. La depresión endógena si que tiene un componente hereditario, pero tenemos que saber que la depresión infantil no siempre es hereditaria. Hay otras muchas causas como pueden ser el estilo de crianza de los padres, el ambiente en el que vive el niño, el modelo que está recibiendo el niño de los padres, todo eso va a tener mucho que ver.

Depresión infantil. Aprende a identificarla

Causas y tratamiento de la depresión infantil

La depresión, que antes solo se diagnosticaba en personas adultas, está cada día haciendo sufrir también a los niños. Ya no son sólo los adultos los que se deprimen. La depresión infantil puede surgir a causa de "cambios importantes y estrés" como resultado de la pérdida de los padres, un divorcio, problemas familiares, etc.

Cómo saber si el niño tiene depresión

Aproximadamente, el 5 por ciento de los niños padece de depresión en algún momento. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida familiar o que tienen desórdenes de la atención o de la conducta, o presentan dificultades en el aprendizaje o problemas de salud mental, corren mayor riesgo de sufrir depresión.

Cada niño es único en su forma de ser, en supersonalidad y en la manera de aceptar los cambios que se producen en su vida. Para sospechar que un niño tiene depresión, es necesario conocer muy bien al pequeño y saber qué es realmente normal en su comportamiento.

No hay que apresurarse a sacar conclusiones. Padres y profesores deben estar atentos cuando algún niño presenta alguna de las siguientes características:

- Está continuamente triste, llorando con más facilidad

- Ha perdido el interés por los juegospreferidos y por la escuela

- Se aleja de sus amigos y de la familia

- Presenta una comunicación pobre

- Se aburre y se cansa con facilidad

- Presenta menos energía o concentración

- Está irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones, montando rabietas o berrinches con más facilidad

- Se le nota extremamente sensible hacia el rechazo y el fracaso

- Expresa baja autoestima, depreciándose a sí mismo

- Elige "finales tristes" para sus cuentos y representaciones

- Se comporta de una manera agresiva

- Se queja constantemente de dolores tales como de cabeza o de estómago

- Duerme demasiado o muy poco

- Come demasiado o muy poco

- Sufre una regresión, hablando como un bebé u orinándose en la cama

- Habla de suicidio

- Habla de escaparse de casa

La depresión también afecta a los bebés

Con niños de hasta tres años, las señales para preocuparse empiezan cuando esos niños parecen tristes o decaídos, aún cuando sus padres o sus personas de apego les están consolando. Pueden, incluso, que se peguen desesperadamente a quien se ocupa de ellos o que dejen de comunicarse. La depresión en esos niños está casi siempre conectada con el cambio o pérdida de la persona responsable de su cuidado, o cuando quien les cuida no es capaz de responder a sus necesidades.

La depresión en los bebés se ve reflejada en su estado anímico; esto no quiere decir que el bebé llore siempre porque esté triste, sino que da la impresión de que está apático y sin ninguna iniciativa. Las consecuencias que puede tener la presencia de un cuadro depresivo en el bebé son varias. Puede producir cierto retraso en el desarrollo como el inicio de la marcha más tarde de lo normal, el retraso en el desarrollo del lenguaje, problemas de sueño, somatizaciones frecuentes, enfermedades de tipo infecto-contagioso debido a una disminución de las defensas biológicas y alteraciones en la alimentación que mantienen al bebé en un estado de decaimiento.

La depresión empieza en la infancia

Casi un 100 por ciento de los casos de depresión se inicia en la infancia. Las necesidades básicas que no se cubren en esta etapa provocarán daños a los niños en las siguientes etapas. Solo los niños que reciben estímulos positivos de sus padres podrán ser

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