LA MOTIVACIÓN EN ALUMNOS DE ENSEÑANZA SUPERIOR
Enviado por YVNNE • 28 de Diciembre de 2011 • 1.598 Palabras (7 Páginas) • 1.360 Visitas
ENSAYO SOBRE LA MOTIVACIÓN EN ALUMNOS DE ENSEÑANZA SUPERIOR
IVONNE TORRES SANHUEZA
Concepción, Diciembre de 2011
“Entre motivar y controlar elijo motivar. El control constriñe; la motivación libera”.
(Renny Yagosesky)
Desde fines del siglo XX el sistema educativo chileno ha sufrido grandes reformas que han generado nuevos desafíos para los docentes. Las transformaciones económicas, los procesos de globalización de la economía y de la cultura han producido un cambio de paradigma en que la “sociedad del conocimiento” se consolida como el gran eje regulador de nuestra labor docente.
La motivación aparece como el gran reto de los docentes en esta cultura de innovación de la educación superior orientada hacia la gestión de estrategias eficaces que consoliden el aprendizaje.
Si se considera que la etimología de la palabra “motivación deriva del latín motivus, que significa «causa del movimiento»” (Wikipedia, s/f), podemos inferir que la motivación inicial emerge de las necesidades del individuo y que en educación originan la voluntad hacia el aprendizaje. Entonces, la motivación la podríamos definir como “un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta”. (Wikipedia, s/f), por lo tanto, es la causa del actuar del individuo, en él convergen procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos.
Los nuevos paradigmas educacionales plantean la importancia de la motivación para el exitismo del proceso de enseñanza- aprendizaje. Quienes avalan esta afirmación la conciben como el gran objetivo de la docencia y reconocen en su ausencia una causa potencial del fracaso escolar. No obstante, existen controversias en relación a lo anterior, pues existen también docentes que disciernen ante la idea de la motivación como un móvil importante en la adquisición de aprendizaje, avalándose en que “los aprendizajes ocurren de manera incidental sin una intención explícita” (Polanco, 2005, p.2).
Sin embargo, es un hecho que la motivación sí influye en los aprendizajes y el rendimiento escolar, diversos estudios e investigaciones lo corroboran “El rendimiento académico es concebido como un problema multifactorial en el que intervienen diversas variables, tales como: estilo docente, tipo de asignatura, entorno familiar, apoyo institucional, motivación, entre otras” (Forteza, 1975, Alvarado y Jiménez, 2002, citado en Sotelo, M., Echeverria, S., Ramos, D. y Vales, J., 2008)
La interrogante a dilucidar conlleva a un análisis exhaustivo a nuestras prácticas académicas ¿Cómo consigo motivar a mis alumnos?
Si reflexionamos ante nuestro rol docente, es bien sabido que la sociedad hoy por hoy, nos demanda proporcionar conocimientos y habilidades, como herramientas que favorezcan su inserción en ella, por lo tanto, debemos ser capaces de generar estrategias o metodologías que favorezcan la internalización de aprendizajes. Es aquí donde cobran sentido los patrones motivacionales como mediadores entre el contenido y su conexión hacia el alumno. Los que trabajamos en el contexto de educación superior estamos ciertos que día a día debemos lidiar con diversos componentes que atentan la eficacia motivacional que podamos producir en el aula, entre ellos encontramos los factores culturales, sociales, emocionales y cognitivos.
Por lo tanto la motivación escolar es un proceso complejo que se dirige hacia una conducta específica que genere una meta a cumplir “el aprendizaje”, para el logro de este propósito se conjugan una serie de variables cognitivas y afectivas. La primera relacionada con las habilidades, aptitudes y competencias que se cruzan con la segunda variable cuando no se logran los resultados esperados logrando frustración o baja autoestima, lo cual reduce el esfuerzo, afectando directamente la motivación.
Es importante distinguir en la motivación dos procesos: intrínseco y extrínseco. “Cuando el estudiante tiene una motivación intrínseca, está motivado por la vivencia del proceso, más que por el resultado del mismo” (Polanco, 2005, p.4). Existe un deseo y/o un impulso de hacer algo por una satisfacción netamente personal, sin ninguna influencia externa. La motivación extrínseca en cambio, se cimenta en la valoración de la recompensa obtenida por su aprendizaje. Esta última es la que encontramos muy arraigada en nuestros alumnos que ingresan muchas veces a la universidad por la presión familiar y/o el reconocimiento social que los induce a una elección profesional no acertada, decisión que determina su actuar posterior, estudiando solamente para aprobar una asignatura o desertando de la enseñanza superior.
Volviendo a retomar la interrogante expuesta anteriormente, se hace necesario indagar estas motivaciones intrínsecas y extrínsecas en nuestros alumnos que establezcan el punto de partida a nuestras estrategias de enseñanza. El enfoque constructivista
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