La Hiperactividad
Enviado por valeriasz • 2 de Mayo de 2014 • 2.174 Palabras (9 Páginas) • 243 Visitas
INTRODUCCION
Este trabajo habla sobre los niños con hiperactividad, la hiperactividad es un trastorno frecuente en los niños, tanto de infantil como de primaria, son niños impulsivos, desobedientes, con dificultad para concentrarse, inquietos y tienen un comportamiento inadecuado, por eso es necesario que debamos conocer las causas que pueden provocar esta anomalía en la conducta de los niños, así como su detección, determinar otras posibles causas, ser conscientes de la consecuencias que puede tener y saber poner en funcionamiento el tratamiento más adecuado para normalizar esta situación.
Los padres y maestros de los niños que sufren este problema carecen de tiempo suficiente para observar adecuadamente a los pequeños. Con este trabajo, pretendamos evidenciar de manera clara y precisa todos los aspectos que conciernen a la hiperactividad para, que de este modo, resulte más fácil de diagnosticar y tratar consecuentemente.
LA HIPERACTIVIDAD
La hiperactividad es un trastorno de la conducta infantil, descrito, por primera vez, en 1902, por Still. El comportamiento hiperactivo suele referirse a: agresividad, actividad constante, tendencia a distraerse fácilmente, impulsividad, incapacidad para concentrarse y comportamientos similares.
Se denomina hiperactividad a un comportamiento que se caracteriza por la actividad excesiva y fuera de lo normal. Se trata de un trastorno de la conducta infantil que lleva al niño a no poder quedarse quieto.
La hiperactividad es una enfermedad prevalente que afecta entre un 5 y 10 % a la población infanto-juvenil, siendo tres veces más frecuente entre los varones que en el universo femenino.
Los niños hiperactivos disponen de un alto potencial de energía, entonces, los padres de estos chicos, para disminuir estas manifestaciones, deberán proveerle y facilitarle a estos los medios necesarios para que esa energía se transformada de manera beneficiosa. En caso de no ser tratados a tiempo, los niños hiperactivos pueden presentar dificultades en el aprendizaje e incluso abandonar en forma temprana los estudios como consecuencia de esta situación, fobias, estados de depresión, ansiedad, baja autoestima, entre otros.
Los comportamientos característicos pueden ser:
• Inquietud o movimiento constante.
• Deambular.
• Hablar en exceso.
• Dificultad para participar en actividades silenciosas, como la lectura.
La hiperactividad no es fácil de definir pues a menudo depende del observador, ya que el comportamiento que puede parecer excesivo para una persona puede no parecer excesivo para otra. Sin embargo, comparados con otros, ciertos niños claramente son más activos, lo cual se puede convertir en un problema si esta situación interfiere con el desempeño escolar o la capacidad para hacer amigos.
A menudo la hiperactividad se considera más un problema para la escuela y los padres que para el niño afectado. Sin embargo, muchos niños hiperactivos son infelices e incluso depresivos. El comportamiento hiperactivo puede llevar a que el niño sea blanco de burlas y agresiones o que se le dificulte conectarse con otros niños. El trabajo escolar puede ser más difícil. Los niños que son hiperactivos frecuentemente reciben castigos por su comportamiento.
El movimiento excesivo (comportamiento hiperquinético) suele disminuir a medida que el niño crece y puede desaparecer por completo en la adolescencia.
La conducta hiperactiva tiene muchas causas. La etiología no está determinada cuando la conducta está identificada: los profesionales deben valorar la presencia y la importancia de una serie de posibles causas.
Hay varios factores que pueden determinar el curso del desarrollo: lesión cerebral, disfunción neurológica, herencia genética, diferencias de sexo e influencias psicológicas y sociales.
Efectos de una lesión cerebral
Los efectos psicológicos de una lesión en un cerebro en desarrollo están claros en un amplio contorno. La enfermedad cerebral, produciendo un trastorno neurológico manifiesto, se asocia a un incremento aproximadamente cinco veces más en el índice de los trastornos psiquiátricos. La relación es consecuente con los resultados de los estudios: se ha encontrado en diferentes clases de estados neurológicos, incluyendo la parálisis cerebral y la epilepsia.
Los niños con lesiones cerebrales tienen más probabilidades de ser hiperactivos que quienes no la padecen, pero también, y por el contrario, de mostrar una actividad inferior y una excesiva persistencia en su atención. Aun así, se sabe y está bastante claro que la presencia de la conducta hiperactiva no es una característica concreta de un trastorno cerebral.
Adversidad prenatal y perinatal
Las complicaciones en el embarazo y en el parto pueden dañar el cerebro, pero, a pesar de esto, la adversidad prenatal y perinatal es un predictor débil de posteriores problemas psicológicos. Dicha adversidad tiende a estar en íntima relación con las desventajas sociales y los problemas familiares.
Toxinas ambientales: el plomo
Algunos investigadores han utilizado muchas y distintas estadísticas para discernir la relación existente entre los niveles de plomo y los trastornos de la función psicológica.
El diagnóstico que podríamos considerar intermediario entre las diferentes opiniones de los diversos investigadores es que el bajo nivel de exposición al plomo probablemente afecte de una manera directa a la cognición y a la conducta, pero, como causa de problemas psicológicos, es sólo un pequeño factor entre muchos otros.
El plomo no es la causa principal de la hiperactividad, no es la causa esencial, ni mediata, ni (excepto en dosis muy elevadas) suficiente, y, probablemente, su débil efecto contribuidor no es específico de este patrón de conducta. No resta importancia médica el hecho de reducir el plomo ambiental para salvaguardar la salud pública, pero se hace necesario buscar más allá las causas de la hiperactividad.
Componentes de la dieta
Hay dos nociones principales que guían la investigación (y la práctica clínica en esta área). La primera hipótesis (presentada por Feingold) sostiene que los niños hiperactivos son especialmente sensibles a los efectos tóxicos de los colorantes artificiales de los alimentos, de ciertos conservantes, y de salicilatos naturales.
La segunda hipótesis, presentada por muchos ‘ecologistas clínicos’, sugiere que los niños hiperactivos son, de hecho, alérgicos a uno o más alimentos diferentes, como la leche, los cereales, los huevos o el azúcar.
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