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La Perspectiva Socio-historica De Leontiev Y La Critica A La Perspectiva A La Naturalizacion De La Formacion Del Ser Humano: La Adolescencia En Cuestion

AGensayos23 de Mayo de 2013

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Resumen: Este artículo constituye un análisis crítico de publicaciones psicológicas sobre adolescencia destinadas a padres y docentes. Trabajos que en psicología focalizan el tema de la adolescencia tienden a ser especialmente caracterizados por la adopción de un abordaje naturalizante. Las consecuencias sociales de esa perspectiva son tomadas como criterio para una exigencia de la crítica a la propia perspectiva.

La psicología, a lo largo de su desarrollo, viene presentando teorías que naturalizan al ser humano.

El hombre, colocado en una visión liberal, es pensado de forma descontextualizada, cabiéndole la responsabilidad por su crecimiento y por su psicología.

Los psicólogos, al hablar sobre el fenómeno psicológico, lo presentan como si estuviese dado en el ser humano tal fenómeno. Como si fuese algo de la naturaleza humana, de lo cual somos dotados desde que nacemos. No hay preocupación en explicitar la génesis del psiquismo humano, pues éste es tomado como algo natural.

Indivuduo y sociedad: El trabajo y la vida en una sociedad son dos características de la vida humana que van a permitir un salto de calidad en el desarrollo humano. Queremos con eso hacer hincapié en la idea de que las habilidades y comportamientos humanos, a partir de aquel momento, ya no estuvieron previstas por el código genético. Por eso decimos que el hombre no estuvo más sometido a leyes biológicas y sí a leyes socio-históricas de la psicología humana.

Es Leontiev quien trae entonces la explicación que se esperaba: si el hombre se liberó de sus limitaciones biológicas y creó lo humano, ¿cómo esas características pasan de generación en generación si no pueden fijarse a la herencia genética? “Fue bajo una forma absolutamente particular, forma que sólo aparece con una sociedad humana: la de los fenómenos externos de la cultura material e intelectual”

El hombre, por medio de su actividad sobre el mundo material, humaniza el mundo, al mismo tiempo en que actúa y trabaja, sus aptitudes y conocimientos se van cristalizando, en cierta manera, en sus productos. Pensemos cómo la actividad de escribir, inventada por el hombre en un proceso de millares de años, creó la habilidad de escribir e inventó al mismo tiempo el lápiz, la lapicera o el pincel. Pensemos, ahora, cómo esos objetos portan en sí la habilidad creada. Podríamos hacer un ejercicio de imaginar los objetos y las máquinas existentes y verificar cómo portan nuestros movimientos en sus formas

De la misma forma que aprendemos a lidiar con el lápiz, los utensilios domésticos, los objetos de arte, etc., aprendemos a lidiar con el lenguaje. El lenguaje es también un instrumento en el cual fue cristalizada la habilidad de pensamiento. Al apropiarnos del lenguaje absorbemos con él la capacidad de producir un pensamiento lógico abstracto.

Para Leontiev no hay aptitudes y características específicamente humanas que hayan sido transmitidas por herencia biológica; todas fueron adquiridas en el transcurso de la vida por un proceso de apropiación de la cultura creada por las generaciones precedentes… Podemos decir el individuo aprende a ser un hombre. Lo que la naturaleza le da cuando nace no le basta para vivir en sociedad. Le es preciso aún adquirir lo que fue alcanzado en el transcurso del desarrollo histórico de la sociedad humana.

Los hombres se tornan creadores de sus creaciones, pues son ellos los que construyen el mundo material que cristaliza sus habilidades desarrolladas con la propia acción sobre el mundo y son ellos los que, al actuar nuevamente sobre el mundo para transformarlo, internalizan las habilidades allí dejadas por las generaciones precedentes. Al hacer eso están dejando, para nuevas generaciones, nuevas habilidades cristalizadas en nuevos instrumentos.

Cuanto más progresa la humanidad, más rica es la práctica socio-histórica acumulada por ella, más crece el papel específico de la educación y más compleja es su tarea. Razón por la que toda etapa nueva en el desarrollo de la humanidad, así como en los diferentes pueblos, exige forzosamente una nueva etapa en el desarrollo de la educación: el tiempo que la sociedad consagra a la educación de las generaciones aumenta;

Estas ideas son importantes para nuestras reflexiones sobre la adolescencia porque: primero, no suponen un desarrollo natural, del cual la adolescencia es consecuencia; segundo, la diversidad que se presenta como riqueza humana es construida por la humanidad por medio de su acción transformadora sobre el mundo y, siendo así, nada que se presente en nuestro mundo nos debe ser extraño; tercero, si la humanidad es transmitida y apropiada por el individuo a partir de su contacto con los instrumentos de la cultura, es evidente que las diferencias sociales, que implican diferentes grados de acceso a ella, serán productoras de diferencias en el desarrollo psicológico de los hombres.

La adolescencia en cuestión

La adolescencia ha sido, a nuestro entender, definida en esos libros y en la psicología en general, como una fase natural del desarrollo humano.

Ella está pensada como si fuese parte de la naturaleza humana y como algo que florece al final de la infancia y antes de la vida adulta. Es presentada con características que son tomadas como naturales y todos los individuos normales pasan obligatoriamente por esa fase del desarrollo.

El estudio

El estudio partió de la definición de adolescencia presente en la psicología para después analizar las concepciones presentes en los libros.

1. La adolescencia en la psicología

La adolescencia ha sido tomada, en casi toda la producción sobre el asunto, en la psicología, como una fase natural del desarrollo, esto es que todos los seres humanos, en la medida en que superan la infancia, pasan necesariamente por una nueva fase, intermedia a la vida adulta, que es la adolescencia. Junto con los primeros vellos en el cuerpo, con el crecimiento repentino y el desarrollo de las características sexuales, surgen las rebeldías, las insatisfacciones, la omnipotencia, las crisis generacionales, en fin todo aquello que la psicología, tan cuidadosamente, registró y denominó adolescencia.

Fue Erickson (1976) quien institucionalizó la adolescencia. La presentó a partir del concepto de moratoria y la caracterizó como una fase especial en el proceso de desarrollo, en la cual la confusión de papeles, las dificultades para establecer una identidad propia la marcaban como “(…) un modo de vida entre la infancia y la vida adulta”

Knobel introdujo la noción de “síndrome normal de la adolescencia”, caracterizada por una sintomatología que incluye: “1) búsqueda de sí mismo y de la identidad; 2) tendencia grupal; 3) necesidad de intelectualizar y fantasear; 4) crisis religiosas, que pueden ir desde el ateísmo más intransigente hasta el misticismo más fervoroso; 5) desubicación temporal, donde el pensamiento adquiere carcterísticas del pensamiento primario; 6) evolución sexual manifiesta, que va desde el auto-erotismo hasta la heterosexualidad genital adulta; 7) actitud reivindicatoria con tendencias anti o asociales de diversa intensidad; 8) contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones de la conducta, dominada por la acción, que constituye la forma de expresión conceptual más típica de este período de la vida; 9) una separación progresiva de los padres; y 10) constantes fluctuaciones de humor y del estado de ánimo

En esas construcciones teóricas encontramos la visión de que el hombre es dotado de una naturaleza, dada a él por la especie y, conforme crece, se desarrolla, y se relaciona con el medio, va actualizando características que ya posee pues son de su naturaleza.. El joven es desvalorizado en la sociedad y el mundo adulto, en su conservadurismo, reforzado.

La psicología precisa, a nuestro entender, superar esa perspectiva anhistórica y abstracta, pues en nada ha contribuido para la valorización de la adolescencia y de la juventud; en nada ha contribuido para la construcción de políticas sociales destinadas para esos grupos que se constituyan a partir de una concepción positiva de esa fase de la vida.

El estudio

El estudio se desarrolló a partir del análisis de textos publicados sobre adolescencia, destinados a orientar a padres y docentes en la “difícil” tarea de educar a esos jóvenes. Analizamos el concepto de adolescencia presente en esos textos, por medio de su sistematización en categorías que nos permitieran una aproximación mayor del discurso.

Cuatro categorías fueron creadas, a partir de la lectura, para sistematizar el contenido, a saber: 1) Descripción de las características y del comportamiento del joven; 2) Descripción de la relación de los jóvenes con los adultos; 3) Explicación de la adolescencia: génesis; 4) Reglas y orientaciones.

El texto fue, en su totalidad, subdividido y organizado en estas categorías, que pudieran ser leídas en su verticalidad y después en su relación.

El trabajo con el discurso está todo basado en las concepciones de Vigotski (2001). “Para entender el discurso de otro, nunca es necesario entender apenas unas palabras; precisamos entender su pensamiento”

Características de la adolescencia

La adolescencia fue presentada, en los cuatro libros estudiados, por medio de elementos, en general, negativos porque aparecen como incompletud, inmadurez, algo que aún no acabó de acontecer y de desarrollarse. Las

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