La Real Academia Española
Enviado por diaben • 14 de Abril de 2013 • Tesis • 1.262 Palabras (6 Páginas) • 854 Visitas
La Real Academia Española define el erotismo (del griego érōs = amor) simplemente como “amor sensual”. Fue en 1957 con la publicación de El erotismo, que Georges Bataille brindó el primer abordaje teórico sobre este fenómeno. Para Bataille “… la diferencia que separa al erotismo de la actividad sexual simple es una búsqueda psicológica independiente del fin natural dado en la reproducción…” (Bataille). Siguiendo esta misma línea María Teresa Hurtado y Ramio Sandoval presentan en La construcción del erotismo masculino y femenino, que el erotismo puede entenderse tanto como una capacidad del ser humano para el goce sexual, como una actitud ante la vida que implica “abrir los sentido para experimentar sensaciones que provoquen goce, bienestar, placer y búsqueda de experiencias, que se pueden compartir con una pareja o… consigo mismo/a” (Hurtado & Sandoval, 2001). Basándonos en estas definiciones, se pudiera decir que el erotismo es una capacidad exclusiva del ser humano para expresar su sexualidad, pero cuyo fin no necesariamente es la reproducción sino el experimentar sensaciones que brinden tanto goce sexual como placer, pudiéndose dar tanto en pareja o a través del autoerotismo.
Para Hurtado y Sandoval, el erotismo es tanto una construcción social como una construcción personal: la primera porque no es un todo continuo, sino que cambia y es influenciado tanto por factores sociales, culturales, de género, y educativos; la segunda porque depende de la “biología, las vivencias propias, el género al que pertenezca, la imagen corporal y la identidad” (Hurtado & Sandoval, 2001). Con esto se tendría que el erotismo puede ser manifestado a través de conductas, de estimulación sensorial y de fantasías sexuales, todas éstas ligadas tanto al contexto social como el personal.
Uno de los elementos más importantes para la construcción del erotismo individual es la identidad de género: identificación psicológica que los individuos van desarrollando con uno u otro género y que los hace identificarse y/o sentir ser hombre o mujer. Es por esto que la percepción y la vivencia del erotismo son diferentes para los hombres como para las mujeres: “el despertar erótico comienza en la pubertad (con) los cambios en el cuerpo… (que) cambia de forma…” (Hurtado & Sandoval, 2001), implicando que se lleva a cabo una “reconsideración e integración de la nueva imagen del cuerpo,… sentimientos, deseos y conductas sexuales, de los roles de género a desempeñar… (Tanto) la propia masculinidad y feminidad en un sí mismo… (que es) un proceso de búsqueda de la identidad.” (Hurtado & Sandoval, 2001).
Así con el despertar erótico comienza la separación entre el erotismo masculino y el erotismo femenino, ya que éstos están definido por un contexto social determinado que establece cuáles son los comportamientos eróticos aceptados tanto para hombres como para mujeres. Así, en el contexto mexicano “el varón… hará todo lo que pueda… para negar y alejarse de los socialmente entendido como femenino…” (Hurtado & Sandoval, 2001) y tratarían de incorporar una imagen de fuerza y valentía que identifica como lo “masculino”. Mientras que la niñas “comenzarán a inclinarse por aprendizajes sociales entendidos como femeninos… (como) el romanticismo… (mientras) intentarán cumplir con la imagen de ser la ‘niña buena’…” (Cruz, 2012).
De esta forma las demandas sociales sobre el comportamiento de los roles sexuales han creado un erotismo masculino más “genitalizado”, y un erotismo femenino más “sensoperceptivo”. Esto ha llevado, según Hurtado y Sandoval, a que “(el erotismo) masculino… (es de un) ser más visual que las mujeres, lo que los lleva a la búsqueda y uso de la pornografía que es diseñada especialmente para ellos en donde se da un erotismos más genitalizado…” (Hurtado & Sandoval, 2001), mientras que “la mujer despierta eróticamente (a través de la escucha), y son las palabras y el romanticismo lo que detona… e imagina situaciones
...