La Represion
Enviado por elbartolo • 24 de Junio de 2014 • 2.185 Palabras (9 Páginas) • 301 Visitas
INTRODUCCION
Este trabajo presenta un intento por buscar los elementos principales dentro del proceso de represión, al igual que la relación entre este mecanismo de defensa y otros conceptos clave en la teoría psicoanalítica. Ciertamente esto implica emplear otras categorías como la de inconsciente, fijación, pulsiones, síntoma, entre otros; pero esto solo para establecer el marco necesario para el abordaje a la cuestión de este trabajo. Para la realización del presente me base principalmente en los siguientes textos de Sigmund Freud: La Represión, en Obras Completas; e Introducción al Psicoanálisis.
Sigmund Freud (1856-1939), formuló su teoría de la represión a principios de la última década del siglo XIX; la consideraba un descubrimiento psicológico único y le dio mucha importancia como una parte fundamental y esencial de otros avances teóricos posteriores.
De acuerdo con la teoría psicoanalítica, el yo utiliza mecanismos de defensa para proteger a la persona de la ansiedad, dichos mecanismos involucran falsificaciones de condiciones reales y se supone que operaninconscientemente. La represión es el mecanismo de defensa más básico y fundamental. El yo excluye de la conciencia lo que no puede aceptar, así, los impulsos, pensamientos, sentimientos o recuerdos desagradables o indeseables se encierran, o empujan al inconsciente debido a su potencial para producir ansiedad. El yo debe usar energía para evitar que el material ascienda al nivel consciente. La mete principal de la represión es evitar el displacer.
Para dejar un poco más claro esto de la represión, voy a retomar un ejemplo con el que Freud (1966), en su libro “Introducción al Psicoanálisis”, explica de manera sencilla el proceso de la represión. Imaginemos que el sistema de lo inconsciente es una gran antecámara en la cual se van acumulando todas las tendencias psíquicas. Esta antecámara da a otra habitación más pequeña, una especie de salón, en el que habita la consciencia; pero ante la puerta de comunicación entre ambas habitaciones hay un centinela que inspecciona a todas y cada una de las tendencias psíquicas, les impone su censura e impide el paso al salón a aquellas que caen en su desagrado. Así pues, las tendencias que se encuentran en la antecámara reservada a lo inconsciente escapan a la vista de la conciencia recluida en la habitación vecina, y, por tanto, tienen en un principio que permanecer inconscientes. Cuando son rechazadas por el centinela en la antecámara, es que son incapaces de volverse conscientes, y entonces es cuando las calificamos de reprimidas.La esencia de la represión consiste en el obstáculo infranqueable que el centinela opone al paso de una tendencia dada de lo inconsciente a lo preconsciente.
Freud distingue tres fases en represión: 1) la represión primordial o primaria que impide el acceso a la conciencia de los representantes ideativos de la pulsión; 2) la represión secundaria, que es la represión propiamente dicha, es decir la repulsión, por parte del yo, de representaciones incompatibles con las propias exigencias; 3) el regreso de lo reprimido, donde los elementos reprimidos, que nunca son suprimidos por la represión tienden a reaparecer de manera deformada mediante otros mecanismos.
Según Freud, el desarrollo del yo y la adaptación al ambiente dependen de la represión originaria, sin la cual las pulsiones serian descargadas inmediatamente por medio de la satisfacción del deseo. Al mismo tiempo una represión secundaria excesiva conduce a un desarrollo defectuoso del yo y a la aparición de síntomas; considerando entonces a este último como un sustituto de algo que la represión impide manifestarse.
LA REPRESION
La represión como mecanismo de defensa
Para poder acercarnos a la definición de lo que es represión, tenemos que empezar por definir un mecanismo de defensa. De acuerdo a la teoría psicoanalítica, un mecanismo de defensa es una acción inconsciente cuya misión es evitarnos la angustia, así la represión se considera uno de los mecanismos de defensa básicos para Freud. Al referirnos aun proceso inconsciente la represión debe distinguirse de la supresión, que es consciente; además lo que se reprime no es la pulsión sino su representante ideativo, mientras el efecto al que esta unido es desplazado o suprimido.
La represión no es un mecanismo de defensa desde el origen, porque es necesaria una clara separación entre actividad consciente y actividad inconsciente del alma.
Represión y pulsión
Puede ser el destino de una moción pulsional chocar con resistencias que quieran hacerla inoperante (Freud, 1998). Así comienza Freud su texto de La Represión y esto también puede ser entendido como que ciertas situaciones o estímulos pueden despertar representaciones que pueden resultar tan repulsivas y que generan conflictos internos tan intensos, que existe un mecanismo que se enfrenta a estas representaciones con el objeto de anularlas manteniéndolas escondidas a la conciencia.
Manejemos a la pulsión como una energía de vida, que siempre nos esta motivando a buscar u obtener algo. Así que una satisfacción pulsional es siempre placentera, y esta siempre será parcial.
Una condición básica para la represión es que el motivo de displacer llegue a ser mayor que el de satisfacción, y así este mecanismo perfectamente puede enfocarse en evitar el displacer. Dicha operación no siempre es efectiva, ya que no se logra obstaculizar por completo la idea reprimida; y por lo tanto tampoco se puede impedir que dicha idea siga existiendo en el inconsciente, sigaorganizándose, forme retoños o anude conexiones.
La esencia de la represión es prácticamente rechazar algo de la conciencia y mantenerlo lo más alejado de ella. Por regla general, la cancelación de la represión es solo provisional; en seguida se restablece (Freud, 1998); lo que implica qué, aparte de que la represión trabaje a alto grado de manera individual, también conlleve un alto grado de movilidad. Esta movilidad la veremos reflejada en los caracteres psíquicos que intervienen durante la formación del sueño; y cuando llega la hora de despertar, las investiduras de represión empiezan su ciclo nuevamente.
Para la represión es necesario un gasto constante de fuerza y energía. Lo reprimido ejerce una presión continua en dirección a lo consciente, a raíz de lo cual el equilibrio tiene que mantenerse por medio de una contrapresión incesante (Freud, 1998).
La moción pulsional es propensa a encontrarse en diferentes estados: puede encontrarse escasamente revestida con energía psíquica, y la consideraríamos cono inactiva; o puede estar investida en diferentes grados y lista para la actividad. Cabe aclarar que dicha activación no implica cancelar directamente la represión, sino que pondrá
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