Las Emociones
Enviado por MIAMARAVI • 12 de Octubre de 2013 • 1.592 Palabras (7 Páginas) • 248 Visitas
.LAS EMOCIONES
Las emociones tienen un componente de experiencia interna y un componente de manifestación externa
Las emociones resultan de la actividad del sistema nervioso, al igual que los movimientos voluntarios. Las emociones proporcionan el “color” al comportamiento, y son necesarias para la supervivencia del individuo, por ejemplo la rabia o la agresividad permite al sujeto enfrentarse con un enemigo, o si el sistema nervioso juzga que el enemigo es demasiado peligroso sustituye la rabia por miedo para que se pueda escapar de él.
La emoción tiene dos componentes: uno es la sensación subjetiva que sentimos en nuestro interior. El otro componente es la manifestación externa de la emoción. A veces es posible separar los dos componentes, por ejemplo, un actor puede simular todas las manifestaciones de una emoción sin realmente sentirla. Eso indica que estos dos aspectos de la emoción pueden residir en regiones separadas del sistema nervioso.
Las emociones de miedo o rabia se originan en la amígdala cerebral
Primeramente, el sistema nervioso debe determinar cuál es la emoción adecuada en cada caso. Esto lo realiza, al menos en parte, una estructura llamada amígdala cerebral. La corteza cerebral envía una copia de la información sensorial que recibe a la amígdala, y esta decide si el estímulo es amenazador, y si se debe responder a él con agresividad o miedo. Los animales que tienen lesionada la amígdala cerebral se vuelven mansos porque pierden toda la agresividad, y tampoco son capaces de mostrar miedo ante estímulos que normalmente les asustarían. Parece que en la amígdala se originan las emociones del miedo y la furia, pero no las emociones agradables, como la alegría o la felicidad. En dónde se originan estas no se conoce.
Una vez que la amígdala ha decidido que el estímulo requiere una respuesta de miedo o rabia, envía señales a otros lugares del cerebro para poner en marcha los distintos componentes de estas emociones. Por un lado, envía señales a la corteza cerebral para desencadenar la emoción subjetiva interna, y por otro lado desencadena la expresión externa de la misma. Supongamos que vamos por una calle de noche y vemos una sombra detrás de una esquina. Inmediatamente se acelera el corazón, la respiración se convierte en un jadeo, y un sudor frío nos cubre la piel. El vello se eriza y se nos pone la “carne de gallina” y sentimos un nudo en el estómago. Si lo consideramos detenidamente, muchos de estos cambios resultan lógicos para enfrentarse a una amenaza: el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria permite aportar más oxígeno a los músculos, en el caso de que haya que hacer un esfuerzo, como salir corriendo. El sudor permite eliminar el exceso de calor que se producirá con ese esfuerzo. La piloerección o erizamiento del pelo no tiene mucha utilidad en humanos, pero en animales con pelaje tupido les hace parecer más grandes, lo que puede atemorizar a un posible enemigo.
En el interior del cerebro, lo que ha sucedido es que la corteza visual ha enviado la imagen de la sombra a la amígdala, esta ha decidido que representa una posible amenaza, y a su vez ha enviado la orden al hipotálamo para que ponga en marcha todo el sistema de emergencia ante un peligro.
¿Sabía que...?
EL DETECTOR DE MENTIRAS
El llamado “detector de mentiras” o “máquina de la verdad” se basa en detectar algunos de los cambios fisiológicos que acompañan a los cambios emocionales. La ansiedad aumenta la perspiración en la piel, eso deposita sales en la misma y aumenta su conductividad eléctrica, que se mide haciendo pasar una corriente entre dos electrodos colocados sobre la piel. La ansiedad también aumenta la frecuencia de la respiración, esta se mide con una banda colocada alrededor del tórax, y la frecuencia cardiaca, que puede medirse registrando el pulso en un dedo. Se supone que cuando el sujeto miente se produce ansiedad, que se reflejará en cambios en las variables registradas.
Hay que tener en cuenta que el detector no mide realmente la “verdad” o “mentira”, sino los cambios fisiológicos que acompañan a las emociones. Un sujeto con un alto grado de autocontrol puede conseguir suprimir sus emociones aunque esté mintiendo, y al contrario, un sujeto puede sufrir ansiedad solo por el hecho de ser interrogado, aunque diga la verdad. Se admite que el detector es más fiable en los negativos que en los positivos, es decir, si el detector indica que el sujeto está diciendo la verdad es muy probable que así sea, en cambio, si indica que miente es mucho menos seguro.
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