Las Teorias Del Psicoanálisis

Teorías Psicoanalíticas

Para comprender el gran universo de las teorías Psicoanalíticas, debemos primero comprender su origen. Comencemos con su mayor representante, el Dr. Sigmund Freud, quien inició esta ciencia psicológica en los tempranos años del siglo XX, donde el mundo vivía una revolución tecnológica como resultado de los estados ideológicos, de control y poder del estado con las sociedades.

Sigmund Freud descubrió un método novedoso que le permitió estudiar la personalidad total y comprender aquello que hace que el hombre actúe como lo hace, además de un procedimiento que sirve para indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías.

La teoría psicoanalítica es el primer sistema psicológico moderno cuyo objeto principal no lo constituyen aspectos aislados del hombre, sino su personalidad total.

Como Freud mismo lo relata en “Introducción al Psicoanálisis” para él la Psicología es ciencia de los contenidos conscientes y, puesto que se identifica a lo psíquico con lo consciente, se cree que esa es la característica esencial de la psique. Sin embargo, en el Psicoanálisis los procesos psíquicos son inconscientes, tanto pensamiento como voluntad, y en general lo psíquico es un compuesto de procesos de la naturaleza del sentimiento, del pensamiento y de la voluntad.

Freud fue un médico que trabajaba para comprender el comportamiento del ser humano, pero sus estudios sobre la histeria fueron el inicio de todo. Sin embargo, no hay que descartar que la libre asociación, método de curación posterior a la hipnosis, ayudo a Freud a construir todo un marco teórico, para poder delinear un mundo que nadie conocía y que se acercaba a toda ilusión de los estudiados de la mente humana.

Entonces fue que se aventuró, en 1910, a través de una de sus obras más importantes, “la interpretación de los Sueños” a hablar del constructo que se denominó como Psique y que sería la base para desarrollar más profundamente sus teorías.

Para Freud el comportamiento dependía de los primeros años de desarrollo del infante, por lo que eran los estadíos del desarrollo psicosexual quienes definirían la estructura de personalidad del sujeto, por lo que la conducta de un ser humano, era predecible debido a la historia vivida del sujeto.

El marco teórico de Freud generó muchas críticas debido al enfoque sexualizado de sus ideas y como todos estos conceptos permeaban al sujeto toda su vida.

Conceptos básicos de las Teorías Psicoanalíticas

El sujeto, construye su Aparato Psíquico basado principalmente en la interacción social y en los estímulos del primer objeto amoroso. Para poder comprenderlo, debemos saber que para la Teoría Psicoanalítica, el sujeto nace con una parte de su aparato Psíquico denominado Ello. En un inicio, este estaba definido como la parte de la psique que contenía el instinto, sin embargo, se remarcó la diferencia del instinto, denominándolo después como Pulsiones. Estas pulsiones, referenciaban a lo más básico para la supervivencia, y como estás, definían el mundo del sujeto en los primeros años de vida. En este estadío básico, la vivencia se le denominó Etapa Oral (3 teorías del Desarrollo Psicosexual) seguidas de las fases Fálica, Latencia y Genital.

Gracias al contacto y cuidado del primero objeto, que se le otorga a la madre o nodriza, empieza el sujeto a definirse como un ser individual, un ser que comienza a separarse del primer objeto, y comienza la formación del siguiente complemento del Aparato Psíquico: el Yo.

En una tercera etapa, denominada Anal, el sujeto comienza a introducir a la psicodinamia del estadío, el control, las normas y la separación definitiva del objeto, naciendo aquí, el concepto en esta parte del desarrollo, el complejo de Edipo, debido a esta separación.

Es importante señalar, que el sujeto sufrirá la pérdida del primer objeto, naciendo así el trauma y el complejo de castración, por esta separación y por supuesto la instauración del Superyó, quien es la instancia que se encarga de regular las pulsiones del Ello a través del Yo. También surge el Complejo de Edipo, que nace por el deseo de poseer a la madre pareciéndose al padre.

Por este fenómeno de calibración en la psique, el sujeto vive angustia, y la formación de su personalidad, surgiendo así, la vivencia del Consciente y del Inconsciente, siendo este último, contenedor de la vivencia traumática reprimida por el Superyó, a través del yo, dotando al Yo de los mecanismos de defensa para evadir estados de angustia, vividos en la separación del primer objeto.

Una gran crítica a la distinción del Yo-Ello-Superyo es que marca sobre todo la tensión sobre deseos egoístas y exigencias sociales. Esta distinción es válida como una descripción pero no necesariamente explica. Por ejemplo: un superyo débil explica la la escasa culpa en una persona o el que se expliquen las diferencias entre géneros a través del la resolución del complejo de Edipo, sólo lleva a dejar de hacer observaciones y explicar efectivamente. El desarrollo de la conducta moral puede explicarse mejor si se tiene en cuanta las normas del contexto social como lo mostro Bandura y los procesos de aprendizaje.

Por otra parte la idea de Inconsciente que tanto se atribuye a Freud tiene una historia previa con Leibniz, Helmholtz y Nietzche. Bruner y Greenwald por ejemplo, investigaron la percepción no consciente llegando a las siguientes conclusiones:

1. Aunque hallaron pruebas de reacciones no consientes, generalmente son actos simples e inflexibles no complejos

2. Su explicación es que son sesgos de respuesta por lo que no implican un procesos de información complejo e intencional como en la censura, defensa o represión.

Ellos hacen una metáfora del inconsciente como los filtros que usa el email para descartar los spam sin que entiendan que le mensaje para clasificarlo de amenazante o indeseado.

Estructuras de personalidad

Las estructuras de la personalidad se comprenden de la siguiente manera:

1. Estructura Psicótica: el sujeto no desarrolla la psique posterior al primer estadío del desarrollo psicosexual (etapa oral), debido a que no existe una separación real con el primer objeto de amor, por lo que la formación del Yo es muy pobre. En el sujeto

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