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Los Cuerpos Dociles


Enviado por   •  29 de Enero de 2012  •  1.751 Palabras (8 Páginas)  •  691 Visitas

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LOS CUERPOS DÓCILES

La figura ideal del soldado tal como se describía aún a comienzos del S XVII. Es alguien a quien se reconoce desde lejos. Representa un cuerpo apto según determinadas características (vigor, valentía, buena marcha, cabeza erguida, estómago levantado, etc.). Segunda mitad del S XVIII: el soldado se ha convertido en algo que se fabrica, de un cuerpo inepto se ha hecho la máquina que se necesitaba.

Ha habido en el curso de la edad clásica un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder. Cuerpo que se manipula, que se da forma, que se educa, que obedece. El gran libro del Hombre-máquina ha sido escrito en dos registros:

el anátomo-metafísico, del que Descartes había compuesto las primeras páginas, y que médicos y filósofos continuaron (óptica médica y filosófica). Se trata aquí de funcionamiento y explicación; de un cuerpo analizable.

el técnico-político, que estuvo constituido por reglamentos (militares, escolares, hospitalarios) y por procedimientos empíricos y reflexivos. Se trata aquí de sumisión y utilización; de un cuerpo manipulable.

Estos dos registros se hallan unidos por la noción de docilidad. Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, utilizado, transformado y perfeccionado. Estos esquemas de docilidad, de tanto interés para el S XVIII, no son los primeros en plantear el cuerpo como objeto de intereses, pero hay cosas nuevas en estas técnicas. En primer lugar, la escala de control: no se trata al cuerpo como unidad indisociable, sino que se lo trabaja en sus partes, se ejerce sobre él una coerción (sujeción) débil. En segundo lugar, el objeto de control: ya no los elementos significantes de la conducta o el lenguaje del cuerpo, sino la economía, la eficacia de los movimientos, su organización interna. En fin, la modalidad implica una coerción constante que vela sobre los procesos de la actividad más que sobre su resultado.

Por lo tanto, llamamos DISCIPLINAS a estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad. Estas han llegado a ser, en el transcurso de los S XVII y XVIII fórmulas generales de dominación. Se diferencian:

de la esclavitud (no se fundan en una relación de apropiación de los cuerpos),

de la domesticidad (que es una relación de dominación constante, masiva, no analítica, ilimitada y establecida bajo el “capricho” del amo),

del vasallaje o feudalismo (relación de sumisión extremadamente codificada que atañe más a los productos del trabajo que a las operaciones del cuerpo),

del ascetismo y de las “disciplinas” de tipo monástico (que garantizan renunciaciones más que aumentos de utilidad y que, si bien implican la obediencia a otro, tienen por objeto principal un aumento del dominio de uno sobre su propio cuerpo).

El momento histórico de la disciplina es cuando nace un arte del cuerpo humano pensado como cuanto más obediente, más útil. El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo desarticula y lo recompone. Una “anatomía política”, una “mecánica del poder” está naciendo, definiendo cómo se puede hacer que los cuerpos operen como se quiere. La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos “dóciles”. La disciplina disocia el poder del cuerpo, hace de este poder una “aptitud”, una “capacidad” que trata de aumentar la potencia, convirtiéndola en una relación de sujeción estricta.

Esta nueva anatomía política como una multiplicidad de procesos con frecuencia menores y de localización diseminada. Se los encuentra actuando en colegios, en escuelas elementales, en hospitales, en el ejército. Casi siempre se han impuesto para responder a exigencias de coyuntura.

(Foucault no hará una historia de las instituciones disciplinarias, sino que señalará algunos ejemplos para teorizar en base a ellos).

La disciplina es una anatomía política del detalle.

En esta tradición de la eminencia del detalle aparecerá en la educación cristiana, en la pedagogía escolar o militar, en todas las formas finalmente de encauzamiento de la conducta. Para el hombre disciplinado, como para el verdadero creyente, ningún detalle es indiferente.Una observación minuciosa del detalle, y una consideración política de estas pequeñas cosas, para el control y la utilización de los hombres, se abre paso a través de la época clásica, llevando consigo un conjunto de técnicas, un corpus de procedimientos y de saber, de descripciones, y de datos. Y de estas fruslerías (cosas de poco valor) ha nacido el hombre del humanismo moderno.

EL ARTE DE LAS DISTRIBUCIONES

La disciplina  procede a la distribución de los individuos en el espacio. Para ellos emplea varias técnicas.

1. La clasura, la especificación de un lugar heterogéneo a todos los demás y cerrado sobre sí mismo. Lugar protegido de la monotonía disciplinaria. Ejemplos: colegios con el modelo de “convento”, cuarteles,  talleres manufactureros (por ej.  Toufait construye Le Creusot en el valle de la Charbonnièrem e instala en la fábrica misma alojamientos para obreros, constituyendo un nuevo tipo de control. La fábrica así se asemeja al convento, a la fortaleza, a una ciudad cerrada: “el guardián no abrirá las puertas hasta la entrada de los obreros, y luego que la campana que anuncia la reanudación de los trabajos haya sonado”; 15min después nadie tendrá derecho a entrar; al final de la jornada, los jefes de taller  tienen la obligación de entregar las llaves al portero para que abra las puertas).

2. La localización elemental

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