Memoria Operativa
Enviado por sanesme24 • 30 de Agosto de 2013 • 1.525 Palabras (7 Páginas) • 381 Visitas
CUATRO MARCOS PARA LA VISIÓN HOLISTICA DE UNA ORGANIZACIÓN ESCOLAR
Las instituciones educativas nacionales de educación básica y media están estructuradas por recomendaciones gubernamentales con dos grandes cuerpos colegiados cuyas funciones difieren y se complementan. De una parte, la máxima autoridad institucional es conocida como el Consejo Directivo, cuerpo organizacional cuya función es el gobierno del colegio. En este consejo está instalada la comunidad educativa y se conforma por la rectoría, los representantes de padres de familia, de docentes, de egresados, de estudiantes y del sector productivo. El segundo gran comité de las instituciones es el consejo académico, que es el responsable de la política educacional de la institución, del mantenimiento, reestructuración y reformulación de los proyectos educativos institucionales.
La autonomía escolar procurada por la Ley General de Educación, abre posibilidades para que la institución conocedora de su contexto y sus necesidades opere sin detrimento de la legislación de maneras flexibles o alternativas. De esta manera y respondiendo al interés organizacional del proveedor de recursos económicos, en la institución a analizar, se creó el Comité de Dirección; figura colegiada que reúne a las máximas autoridades institucionales tales como la rectoría, coordinadores de nivel académico, coordinador de bienestar estudiantil y el coordinador de la sección de control de pérdidas (requisito del consorcio patrocinador). Este equipo está jerárquicamente organizado por encima del consejo académico, cumpliendo tanto labores de tipo administrativo, la organización de cada nivel y el cumplimiento de las directrices institucionales y empresariales, como de tipo académico, supervisar, gestionar y acompañar los procesos de este tipo que se desarrollan en cada uno de los ciclos o niveles de estudio.
La institución referida, presenta una dificultad importante, la coordinación entre los tres estamentos expuestos. De una parte, el consejo directivo por la misma tipología de la organización, es un ente simbólico que avala o no la gestión de la administración escolar y las políticas empresariales y de presupuesto presentadas por la organización patrocinadora. La participación de los grupos convocados a este cuerpo colegiado es insuficiente o marginal, en especial, en lo referente a egresados, sector productivo, estudiantes y en menor medida los padres de familia, dejando la responsabilidad del funcionamiento del mismo a la rectoría y a la representación del cuerpo profesoral.
El segundo elemento a analizar es el papel del consejo académico. Este ha sufrido un proceso importante en los últimos años. Hasta el año 2006 vivió bajo la figura de la vice rectoría académica, con un gran poder y que centralizaba su funcionamiento. Las directrices tomadas por el vicerrector eran “ley” y se daba poco espacio para la concertación o discusión. Cuando surgían inquietudes, estas eran satisfechas o ignoradas por la vicerrectoría. De esta manera, la centralización del poder fue alta, en detrimento de la rectoría, la imagen de línea institucional era fuerte, pues el vicerrector la mantenía y el consejo académico se debilitó en su papel de cuerpo colegiado al convertirse en un equipo de difusores de los mensajes oficiales. A partir, del año 2007 la situación cambió: la institución decidió superar la figura del vicerrector y distribuir sus funciones entre los miembros del comité de dirección incluido el rector y los coordinadores de nivel. Este cambio organizacional debilitó la centralización institucional a pesar del empoderamiento de las coordinaciones, debido a que el foro de discusión para directrices institucionales creció de dos personas (rector-vicerrector) a ocho personas, que en total forman el comité de dirección.
La situación se complejizo el año 2010 cuando motivados por la información revelada dentro de un proceso de acreditación institucional se decidió repensar el modelo pedagógico de la institución, para ello se nombró a una líder con las credenciales suficientes para gestionar dicho proceso. Inmediatamente se dio a la labor, las reticencias dentro del consejo académico se acrecentaron, rayando en situaciones de fuero personal, que a la larga llevaron a la renuncia de la persona nombrada. El desanimo institucional se acrecentó y las sesiones de encuentro del consejo académico se perdían en el tiempo, sin que por ello la dinámica institucional parara. El rector, procuró convocar a los miembros del mismo en subgrupos, brindándoles la potestad de liderar el cambio pero las visiones e intereses particulares han evitado cohesionar una línea institucional.
En este punto ingresa el comité de dirección, que postula un camino institucional de apoyo mutuo con la rectoría que se ve permanentemente torpedeado por el consejo académico, lo que ha llevado a una ruptura entre los dos estamentos, frenando los procesos institucionales y generando permanentes contradicciones que la base docente comienza a detectar. La sensación de anarquía es manifiesta en algunos momentos y espacios del colegio
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