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PROBLEMAS QUE PRESENTAN LAS PERSONAS CON NEE


Enviado por   •  23 de Enero de 2012  •  3.157 Palabras (13 Páginas)  •  791 Visitas

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Las personas con discapacidad tienen que enfrentarse a numerosas barreras para poder insertarse de manera competitiva en el mercado: prejuicio social, problemas de accesibilidad, un sistema educativo que no las contempla y empresas que no están preparadas para recibirlas.

Un obstáculo más grande a cada paso. Todos los días, una prueba más difícil para superar. Una ciudad que no los contempla desde su arquitectura y transporte público, un sistema educativo que los expulsa, un mercado laboral que no se ajusta a sus posibilidades, un Estado que no genera las políticas públicas necesarias para acompañarlos y una sociedad que les da la espalda. Como corolario, las personas con discapacidad están sospechadas de no ser buenos profesionales.

Y en la mayoría de los casos esta afirmación es cierta. No porque no puedan llegar a serlo, sino porque las condiciones sociales no están dadas para que siquiera puedan intentarlo. Sin embargo, y contra todos los pronósticos, algunos se abren camino en el mercado laboral y prueban que -con los apoyos necesarios- es posible.

Según datos de la Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad (ENDI) de 2005, una de cada 3 personas con discapacidad no ha accedido al umbral mínimo de educación, el 9% no sabe leer o escribir y sólo el 17,8% terminó sus estudios secundarios. No llama la atención, entonces, que las cifras oficiales indiquen que el 68,4% de esta población se encuentra inactiva mientras que el 4,7% está desocupada, o sea, sin posibilidad de conseguir un empleo.

Los números son mucho más escalofriantes, si se toman las estimaciones de las ONG que trabajan por la integración laboral de personas con discapacidad.

Estas sostienen que más del 70% de esta población está desempleada involuntariamente; esto quiere decir sin oportunidades genuinas de integración laboral.

"Los chicos con discapacidad no están en la Universidad porque no terminan el secundario. Mandarlos a estudiar genera muchos gastos y como la mayoría de las personas con discapacidad son pobres, se les complica aún más. También hay que derribar muchas barreras culturales de los padres y de las propias personas con discapacidad que no tienen fe en sí mismos", sostiene Beatriz Pellizari, directora de La Usina, ONG dedicada a promover un cambio de actitud con respecto a la discapacidad, para generar el ejercicio de una ciudadanía activa.

En los hechos son muy pocas las personas con discapacidad que logran insertarse laboralmente. Y si lo hacen, en general desempeñan tareas operativas –como data entry o telemarketing-, muchas veces teniendo que sacrificar el título universitario que tanto les costó conseguir.

Verónica González es ciega, tiene 29 años y una seguridad que en forma de remolino intenta derribar hasta las barreras sociales más indestructibles. No va a renunciar a su deseo de ejercer su profesión de periodista y de mostrarle a todos su manera de ver el mundo.

A los 3 años empezó en un jardín común con una maestra integradora, en 5° grado sabía manejarse sola por medio de una máquina de escribir y estudiaba con los libros que pasaba a braille. En la escuela secundaria empezó a estudiar paralelamente computación, y ahí se dio cuenta de que quería dedicarse a eso.

"Quise ir al ITBA, pero me dijeron que no iba a poder hacer la carrera. En la UADE no tuve ningún problema, pero tampoco hicieron nada para integrarme.

Me recibí de licenciada en Informática, pero siento que mi paso por la Universidad no les cambió la cabeza en nada", dice con resignación.

Verónica dedicó muchos años de su vida a capacitarse y pasó por una gran variedad de empleos. Trabajó durante mucho tiempo en Telefónica revisando las facturas en braille de los abonados ciegos y luego pasó al área de reclamos donde hacía planillas, estadísticas e informes.

Para ese entonces había sacado un crédito para ir a vivir sola y tenía que tener más de un trabajo para mantenerse. Dejó su huella en una empresa de programación, incursionó como soporte técnico en la Biblioteca Argentina para Ciegos, dio clases en escuelas especiales y testeó perfumes.

"Desde Telefónica me convocaron para que hiciera un proyecto sobre discapacidad para que la Fundación Telefónica apoyara. Hicimos una iniciativa de micros de radio que salieron en América, y yo me ocupé de la producción. Me entusiasmé con el periodismo y empecé a estudiarlo en el Instituto Santo Tomás de

Aquino, en San Martín", cuenta, a la vez que destaca la gran receptividad que tuvieron.

En 2008 se casó y renunció a Telefónica. Desde entonces está buscando trabajo como periodista, sin mucha suerte. "Yo tengo todas las herramientas, lo que falta es la apertura de las personas para que me contraten. Creo que a largo plazo si pudiese conducir un programa de televisión o ser columnista serviría mucho para posicionar a las personas con discapacidad desde otro lugar, no como entrevistados, sino como profesionales", expresa convencida.

Verónica sólo pretende trabajar de lo que quiere. "No me parece que sea pedir demasiado", concluye.

Sin derecho a la educación

En un mercado cada vez más exigente en cuanto a estudios formales, experiencia y talentos para el desarrollo de las funciones laborales, las personas con discapacidad se encuentran en franca desventaja. En primer lugar, porque no tienen garantizado su derecho básico a la educación.

Mariana Díaz Lartirigoyen, responsable de Comunicaciones de la Fundación Par, confirma este diagnóstico. "La mayoría de las personas con discapacidad no termina el secundario, debido a diferentes factores como la falta de oportunidad, la falta de cupo, problemas de accesibilidad o por cuestiones económicas."

Con relación a las barreras arquitectónicas, la organización Acceso Ya afirma que el 95% de las escuelas de gestión privada de la ciudad de Buenos Aires son inaccesibles. A esto hay que sumarle los datos de la Auditoría General de la Ciudad que estiman que el 85% de las escuelas de gestión pública porteñas presenta las mismas características.

"Los profesionales, los médicos y la sociedad en general están mucho más conscientes de la necesidad de integrar a chicos con discapacidad en las escuelas.

Los padres en algunos casos tienen más apertura y las escuelas se están animando más", comenta Graciela Ricci, fundadora de Asociación para el Desarrollo de la Educación Especial y la Integración (Adeei). Y agrega, a modo de autocrítica, que "la integración escolar se hizo muy

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