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Pena De Muerte


Enviado por   •  20 de Febrero de 2015  •  2.503 Palabras (11 Páginas)  •  347 Visitas

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INVESTIGACIÓN A FAVOR DE LA PENA DE MUERTE

Introducción

La pena de muerte es un tema muy polémico debido a que abarca varios aspectos como: el filosófico, el ético, el religioso, el político, el comparativo, el biológico, el criminológico, el jurídico, el estadístico, de control social, etc.

Existen distintos países en el mundo que rechazan la pena de muerte por que se considera una medida cruel e inhumana, pero existen otros países que si bien lo sigue viendo cómo una práctica cruel menciona que se lleva a cabo por motivos de necesidad.

En varios países del mundo cómo en Irán la pena de muerte se utiliza para prevenir los delitos de homicidio calificado y violación sexual; en Nigeria se utiliza para el tráfico de drogas y el adulterio, en China para el terrorismo y la corrupción económica y por último Afganistán para el adulterio.

La pena de muerte se abolió de la Constitución federal mexicana de forma definitiva apenas el 9 de diciembre del 2005. Pero el tema no ha quedado ahí y ésta medida sigue teniendo partidarios. En el 2008 el Partido Verde Ecologista presentó una iniciativa para legalizar la pena de muerte aplicable a secuestradores que asesinarán a sus víctimas, y también a los policías y ministerios públicos que hubieran participado en el delito. Y de nuevo en 2012, el gobernador del Estado de Chihuahua propuso algo similar, considerando “la emergencia que vive la nación en materia de seguridad”.

Investigación…

La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar la muerte a un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito establecido en la legislación; los delitos por los cuales se aplica esta sanción suelen denominarse «delitos capitales.

PENA DE MUERTE EN MÉXICO

El controvertido tema —debe subrayarse— no es estrictamente jurídico; es mucho más amplio, abarca otras muchas ramas del conocimiento: está estrechamente vinculado con la filosofía, la ética, la criminología y, si queremos ver el problema en toda su amplitud, hasta con la sociología.

Puntos de vista del pensamiento (retencionista) en favor de la pena de muerte.

A) El argumento más fuerte aducido por quienes defienden la instauración de la pena de muerte es el relativo a que esta pena tiene, por su ejemplaridad, un alto valor disuasivo e inhibitorio; por tanto, tiene una gran fuerza preventiva, es decir, con esta pena se evita la comisión de nuevos delitos.

En contra de esta idea, desde el siglo XVIII, Beccaria señalaba: “No es lo intenso de la pena quien hace el mayor efecto sobre el ánimo de los hombres, sino su extensión, porque a nuestra sensibilidad mueven con más facilidad y permanencia las continuas, aunque pequeñas impresiones, que una u otra pasajera, y poco durable, aunque fuerte”, y agregaba más adelante: “No es la crueldad de las penas uno de los más grandes frenos de los delitos sino la infalibilidad de ellas”.

Estas razones tan antiguas, adversas a las penas crueles y, específicamente, de la pena de muerte, en la actualidad están plenamente corroboradas con datos estadísticos en cuanto que definitivamente su presencia en la ley no inhibe al delincuente. Raúl Zaffaroni, a este respecto, afirma que...el remanido argumento de la eficacia disuasiva de la llamada “pena de muerte” está demostrado, por todos los estudios criminológicos realizados, que es absolutamente falso. Se trata de un argumento político, empleado por quienes carecen del más mínimo conocimiento del problema criminal. No hay país del mundo donde la conminación de la muerte haya tenido eficacia alguna sobre el desarrollo de su criminalidad, salvo que se haya prodigado de tal forma que repugne a la más elemental consideración de la dignidad humana.

En los países que han abolido esta pena no ha sobrevenido, como consecuencia, aumento en la criminalidad.

En Estados Unidos, uno de los países más aferrados a la pena de muerte, el criminólogo Thorsten Sellin, profesor de la Universidad de Pennsylvania, hizo una investigación en varios estados de la Unión Americana, unos con pena de muerte y otros sin ella, para saber dónde se cometían más homicidios en un mismo lapso, y constató que entre unos y otros no hubo diferencia (estadística) significativa.

Tampoco hay cambios considerables en los estados que la han abolido y posteriormente la han reimplantado.

Se tiene constancia de que Edmun Brown, que fue gobernador del estado de California, manifestó que “la pena de muerte ha constituido un grave fracaso, porque a pesar de su horror y su incivilidad, ni ha protegido al inocente ni ha detenido la mano de los criminales. Sólo ha servido para ejecutar a los débiles, a los pobres, a los ignorantes y a miembros de minorías raciales”.

Por otra parte, afirman múltiples criminólogos que el delincuente, al realizar su conducta delictiva, no piensa en las consecuencias legales del crimen, porque en su mente impera la idea de que no será descubierto, o de que no será capturado. Además, el delincuente, en la mayoría de los casos, no se siente culpable al cometer el delito, siempre encuentra justificantes, se absuelve a sí mismo. Más aún, algunos delincuentes, como los que cometen homicidios por móviles políticos, desean que se les aplique la pena capital como “glorificación”.

Se dice, también, que la muerte de un delincuente, como consecuencia de la pena capital, genera piedad en muchos sectores de la sociedad. “El condenado a la pena de muerte, inicialmente es visto como el verdugo, y cuando se le va a ejecutar la sociedad lo mira como la víctima del Estado”.

En este sentido es contraproducente para la prevención general. Ante estos argumentos, es razonable afirmar quela pena de muerte no es una medida eficaz ni necesaria para prevenir la delincuencia.

B) Otro razonamiento, muy defendido, en favor de la pena de muerte es el referente a que su regulación es necesaria para la defensa de la sociedad. En otras palabras, la sociedad tiene derecho a defenderse de aquellas personas que lesionan la seguridad y la vida de las personas, aun cuando se trate de suprimir la vida del delincuente.

Este pensamiento es simplemente un deseo de venganza encubierto con un tinte de legalidad. La sociedad tiene derecho a que se le haga justicia, a que se le protejan sus intereses (bienes jurídicos), y las autoridades tienen el deber de garantizarle (a la sociedad) ese derecho, pero en esa actividad se hade actuar de manera racional y legítima; es decir, el legislador ha de imponer las penas menos graves, siempre y cuando respondan a una auténtica necesidad social. Jescheck, a este respecto, señala que “la pena de muerte, desde el punto de vista político-criminal, no es necesaria, pues no tiene una

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