Personalidad

El sujeto al que se le han realizado las pruebas es un niño de 8 años. Está cursando el cuarto curso de primaria en una ikastola. Aunque en su centro hable en euskera y se desenvuelva bien en este idioma, al principio de la prueba se le dio a elegir como quería hablar, y expresó que tiene más facilidad y se siente mas cómodo hablando en castellano, ya que es como habla en su casa. Antes de comenzar con el análisis, sería relevante apuntar que padece TDAH diagnosticado desde hace varios años, y que está recibiendo tratamiento farmacológico debido a los problemas que esto le trae en su vida académica y en las relaciones con sus compañeros.

Le gusta mucho pintar, de hecho me contó que asistía a clases de pintura como actividad extraescolar, y presume de que se le da muy bien, llegando a decir que era el segundo mejor pintando en su clase. Debido a esto, mostró una actitud muy positiva e incluso entusiasta cuando le expliqué que le iba a dejar unos lápices de colores y una hoja para que me hiciese unos dibujos. No tomó la prueba como algo amenazante, opresivo o angustiante, por lo que no es un niño con algún tipo de miedo al fracaso llamativo o con una autoimagen negativa extrema.

En el primer dibujo que realizó, era un dibujo libre. Le costó mucho decidir que dibujar, aunque le insistí en que dibujase lo primero que le viniese a la cabeza o lo que más le apeteciese dibujar en ese momento. Insistió varias veces en que quería copiar un dibujo, y al final dibujo un personaje de dibujos animados que aunque no copió de una plantilla, lo tenía ya en mente. A la hora de dibujarlo lo hizo de una manera pausada, muy detallista, queriendo que el dibujo le quedase lo más parecido posible al original. Borró algún fallo varias veces, e incluso se mostró muy insistente por saber cuantos dedos tenía el personaje que estaba dibujando, ya que no estaba completamente seguro y quería hacerlo igual. Aunque el dibujo fuese realizado con lentitud, está bien detallado, organizado y equilibrado, por lo que este detalle puede indicar que es un niño con una actividad mental tranquila, reflexiva y prudente. Bajo mi punto de vista, esta lentitud se debía a un perfeccionismo evidente, ya que aunque yo le quitase importancia a que el dibujo estuviese bien o mal, el niño insistía en que quedase perfecto.

Respecto a la posición de los dibujos, en ambos casos están perfectamente centrados en el medio de la hoja (con la hoja en horizontal), lo que refleja que es un niño realista, objetivo y con un gran control de sus impulsos. No hay nada que llame la atención del tamaño de los dibujos. No son extremadamente grandes, pero tampoco muy pequeños, aunque no llegan a ocupar el 50% de la hoja. Esto puede ser un signo de algún tipo de sentimiento de inferioridad, inseguridad o inhibición.

Ha utilizado un trazo fuerte, lo que está relacionado con la asertividad y con

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