Personalidades
Enviado por kyowolf • 15 de Octubre de 2013 • 1.925 Palabras (8 Páginas) • 236 Visitas
Diferencia entre temperamento, carácter y personalidad
La personalidad se define como el modo característico y habitual en que cada persona piensa, siente, y se comporta. Con frecuencia suele confundirse con el temeperamento y el carácter, pero entre los tres términos existen diferentes matices.
- El temperamento es nuestro legado biológico, representa la influencia de la naturaleza física codificada, por lo que es difícil de cambiar. Incluye el sustrato neurológico, endocrinológico y bioquímico, desde el cual empezará a formarse la personalidad.
- El carácter: son las características adquiridas durante nuestro crecimiento, y supone un cierto grado de conformidad con las norma sociales.
- La personalidad es el conjunto de temperamento y carácter, y consiste en un conjunto de características psicológicas que se expresan en todos nuestros actos.
Los 9 tipos de personalidad que existen: descubre la tuya
La autora del libro, María Elena Villaseca, reconoce que podemos sentirnos identificadas con más de una, pero la clave es elegir 3 tipos que nos identifiquen para luego decidir por una.
1. El Reformador: Idealista, de principios. Éticos, concienzudos, contradictorios. También quieren hacer el bien pero temen cometer errores. Organizados, ordenados y fastidiosos, derivan en críticos y perfeccionistas. Problemas con la ira reprimida e impaciencia. En su mejor estado son sabios, realistas, nobles y moralmente heroicos.
2.- El ayudador: Preocupados, sociables. Empáticos, sinceros, cálidos. Amistosos, generosos y sacrificados; también pueden ser sentimentales, halagadores y complacientes. Les gusta estar cerca de otros y hacer cosas por otros para ser necesitados. Tienen problemas para hacerse cargo de ellos mismos y reconocer sus propias necesidades. En su mejor estado son generosos y altruistas, y tienen amor incondicional por ellos mismos y los otros.
3.- El triunfador: Adaptable y orientado al éxito. Seguros de sí mismos, atractivos y encantadores. Ambiciosos, competentes y energéticos; conscientes del estatus y buscan el avance personal. Preocupados de la imagen y de lo que los demás piensan de ellos. Problemas de competitividad y trabajólicos. En su mejor estado: auténticos, se aceptan y son todo lo que parecen ser. Modelos que inspiran a otros.
4.- El individualista: Romántico, introspectivo. Conscientes de sí mismos, sensibles, reservados y callados. Se muestran, son emocionalmente honestos y preocupados; también pueden ser temperamentales y egocéntricos. No se acercan a otros por sentirse vulnerables y defectuosos; pueden mirar en menos los estilos de vida comunes. Tienen problemas con la autoindulgencia y la autocompasión. En su mejor estado son inspirados y altamente creativos, capaces de renovarse a sí mismos y transformar sus experiencias.
5.- El investigador: Intenso, cerebral. Alertas, profundos y curiosos. Capacidad de concentración y foco en el desarrollo de ideas y destrezas complejas. Independientes e innovadores; pueden volverse preocupados con sus pensamientos y construcciones imaginarias. Se vuelven etéreos, pero son intensos. Problemas con el aislamiento, la excentricidad y el nihilismo. En su mejor estado: pioneros visionarios, adelantados a su tiempo y capaces de ver el mundo de una forma completamente distinta.
6.- El leal: Comprometido, orientado a la seguridad. Confiables, trabajadores y responsables; pueden ponerse a la defensiva, evasivos y altamente ansiosos, estresándose y quejándose. Usualmente precavidos e indecisos, pueden ser reactivos, desafiantes y rebeldes. Problemas con la duda y las sospechas. En su mejor estado: estables internamente, confiados en sí mismos, apoyadores de los débiles y sin poder.
7.- El entusiasta: Ocupado, productivo. Versátiles, optimistas y espontáneos. Juguetones, espíritu en alto y prácticos; pueden abarcar mucho, dispersos y poco disciplinados. Buscan experiencias nuevas y excitantes, pero se distraen y cansan en el camino. Problemas con la superficialidad e impulsividad. En su mejor estado usan sus talentos en metas que valen la pena, disfrutan, satisfechos, llenos de gratitud.
8.- El desafiador: Poderoso, dominante. Confiados en sí mismos, fuertes y asertivos. Protectores, llenos de recursos y decididos; pueden ser orgullosos y dominantes. Sienten que deben controlar el entorno, tornándose confrontacionales e intimidantes. Problemas con permitirse estar cerca de otros. En su mejor estado usan su fuerza para mejorar las vidas de otros; son heroicos, magnánimos y a veces históricamente grandes.
9.- El pacificador: Aceptador, inconsciente de sí. Confiados y estables. De buena naturaleza, buenos, fáciles y apoyadores; pueden estar demasiado dispuestos a seguir la corriente a otros para mantener la paz. Quieren que nada implique conflicto, pero tienden a ser complacientes y minimizar todo aquello que los altere. Problemas con la pasividad y la terquedad. En su mejor estado son intensamente vivos y conectados con ellos mismos y los otros.
1. Qué es la personalidad. Temperamento, carácter y personalidad [1]
a) ¿Qué es la personalidad?
La personalidad es una de las categorías más polémicas y complejas de la psicología. Ahora examinaremos cómo nos distinguimos de los demás y cómo cada cual tiene una personalidad propia y peculiar. Empezaremos analizando la etimología del término personalidad, para diferenciarlo del temperamento y del carácter, puesto que a menudo se ha pensado que son sinónimos. Después explicaremos varias teorías sobre la personalidad. De entre las teorías más relevantes hay algunas clásicas, como el psicoanálisis de Freud, en la que lo más importante es el inconsciente del individuo; las tipologías de Cattell y Eysenck, que subrayan la importancia de los rasgos de personalidad y crearon los test para medirlos; y la teoría humanística de Rogers, que destaca el potencial de crecimiento humano. También veremos otro modelo teórico con una influencia notable hoy en día: la perspectiva cognitiva o del aprendizaje social de Rotter y Bandura.
b) Etimología de la palabra persona
La palabra persona deriva del griego prosopon, que era la máscara que utilizaban los actores en las representaciones teatrales. En Roma, Cicerón (siglo I) usó el término persona con cuatro sentidos diferentes que son subyacentes a los diversos significados que tiene actualmente: 1) la imagen que mostramos ante los otros (no como uno es en realidad); 2) el papel que tiene el comediante en la obra y que cada uno
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