Personalidades
Enviado por fpuentes03 • 17 de Octubre de 2013 • 10.736 Palabras (43 Páginas) • 232 Visitas
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
(RESUMEN DEL DSM-IV → MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES)
Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de
comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en
la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o
perjuicios para el sujeto.
Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se basan en las similitudes de sus
características. El grupo A incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad.
Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye los trastornos
antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen
parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los trastornos por evitación, por
dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer
ansiosos o temerosos. Es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la
personalidad pertenecientes a grupos distintos.
Características diagnósticas. Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir,
relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama
de contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la
personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro funcional significativo
o un malestar subjetivo. La característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón
permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas
de la cultura del sujeto y que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva,
de la actividad interpersonal o del control de los impulsos. Este patrón persistente es inflexible y se
extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales y provoca malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El patrón
es estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos a la adolescencia o
al principio de la edad adulta. El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro
trastorno mental y no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ejemplo: una
droga, una medicación o la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (por ejemplo,
traumatismo craneal). Los ítems en cada grupo de criterios para cada uno de los trastornos de la
personalidad específicos son enumerados en orden de importancia diagnóstica decreciente según los datos
relevantes sobre eficiencia diagnóstica (cuando existen).
Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo. La valoración de la personalidad debe tener en
cuenta los antecedentes étnicos, culturales y sociales del sujeto. Los trastornos de la personalidad no se
deben confundir con problemas asociados a la adaptación a una cultura diferente que se da tras la
inmigración o con la expresión de hábitos, costumbres o valores religiosos o políticos propios de la cultura
de origen del sujeto. En especial si se evalúa a alguien de una cultura diferente, resulta útil para el clínico
obtener información de gente que conozca el entorno cultural del sujeto.
Curso. Las características de un trastorno de la personalidad suelen hacerse reconocibles durante la
adolescencia o al principio de la edad adulta. Por definición, un trastorno de la personalidad es un patrón
persistente de formas de pensar, sentir y comportarse que es relativamente estable a lo largo del tiempo.
Algunos tipos de trastornos de la personalidad (especialmente el trastorno antisocial y el de límite de la
personalidad) tienden a atenuarse o a remitir con la edad, lo que no parece ser el caso en algunos otros
tipos (por ejemplo, el trastorno obsesivo-compulsivo y el esquizotípico de la personalidad).
Trastornos de la personalidad del grupo A
F60.0 Trastorno paranoide de la personalidad [301.0]
Características diagnósticas. La característica esencial del trastorno paranoide de la personalidad es un
patrón de desconfianza y suspicacia general hacia los otros, de forma que las intenciones de éstos son
interpretadas como maliciosas. Este patrón empieza al principio de la edad adulta y aparece en diversos
contextos.
Los individuos con este trastorno dan por hecho que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a
hacer daño o les van a engañar, aunque no tengan prueba alguna que apoye estas previsiones .Con pocas o
ninguna prueba, tienen base suficiente para sospechar que los demás están urdiendo algún complot en su
contra y que pueden ser atacados en cualquier momento, de repente y sin ninguna razón. Frecuentemente,
sin que haya prueba objetiva de ello, sienten que han sido ofendidos profunda e irreversiblemente por otra
persona o personas. Están preocupados por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de sus
amigos y socios, cuyos actos son escrutados minuciosamente en busca de pruebas de intenciones hostiles.
Cualquier desviación que perciban en la fidelidad o la lealtad sirve como prueba a sus suposiciones.
Cuando algún amigo o socio se muestra leal con ellos, están tan sorprendidos, que no pueden tener
confianza o creer en él. Si se encuentran con problemas, piensan que lo que van a hacer sus amigos o
socios es atacarles o ignorarles.
Son reacios a confiar o intimar con los demás, porque temen que la información que compartan sea
utilizada en su contra. Pueden negarse a contestar preguntas personales diciendo que esa información «no
es asunto de los demás». En las observaciones o los hechos más inocentes vislumbran significados ocultos
que son degradantes o amenazantes. Por ejemplo, un sujeto con este trastorno puede malinterpretar un
error legítimo de un dependiente de una tienda como un intento deliberado de no dar bien el cambio o
puede ver una observación humorística de un compañero de trabajo como si fuera un ataque en toda regla.
Los halagos son frecuentemente malinterpretados (por ejemplo: un elogio de algo que
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