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Psicología Evolutiva


Enviado por   •  16 de Marzo de 2012  •  2.541 Palabras (11 Páginas)  •  830 Visitas

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Introducción

Este análisis nos permitirá conocer la conceptualización de la psicología evolutiva enfatizando su proceso durante la etapa escolar denominada también segunda infancia o etapa primaria incluyendo características y metamorfosis.

Profundizando términos como el desarrollo (proceso de cambio que comporta la participación de procesos sociales adquiridos, que interactúan estrechamente con los procesos físicos y fisiológicos), Maduración (aparición natural de pautas de conducta sin la participación del aprendizaje.) y Aprendizaje: (todo cambio de conducta que se ha adquirido como resultad de una práctica.)

También se estudiarán los factores determinantes del desarrollo y su efecto a lo largo de avance.

Psicología evolutiva en edad escolar

Segunda infancia o etapa primaria.

Comprende entre el final de la etapa infantil (6 años) hasta la pubertad (12 años). Es un momento clave de la articulación evolutiva entre las dos grandes edades del hombre, la infancia y la edad adulta. Según Osterrieth, la segunda infancia se divide en dos grandes etapas:

• Etapa escolar (6-9 años).

• Etapa de la madurez infantil (9-12 años).

La segunda infancia es la etapa más tranquila de la vida, donde el maestro es un marco de referencia, tiene una gran influencia sobre el niño, que lo toma como modelo de identificación. También veremos que el niño se empieza a abrir a los compañeros, formando un grupo con lenguaje, normas y consignas propias. El niño pasa a las operaciones concretas, a la lógica, se da un gran desarrollo intelectual, que supone una superación del egocentrismo cognitivo. También hay una superación del egocentrismo emocional (que su punto de vista es el único) y es capaz de ponerse en el lugar de los demás. Tiene una relación positiva con los padres, disminuyen las presiones de socialización y el conflicto en el núcleo familiar, aunque aumentan los conflictos entre los hermanos. Es importante la escolarización, el niño va a la escuela a aprender, a adquirir responsabilidades y a socializarse. Le interesa la lectura, de aventuras, fantástica, de animales..., juega con el lenguaje, creando una jerga propia. Hay una expansión del universo, de su conocimiento, que se hace a través de la lectura, y también le gusta coleccionar. Desde el psicoanálisis, es la etapa de la latencia, el mecanismo propio es el de sublimación de la curiosidad sexual y pasa a tener curiosidad por el entorno, no sólo inmediato sino fantástico, exótico. El niño dedica gran parte de su tiempo a jugar: los juegos son de distinto tipo, de poder, de competición, motrices, de deporte, de norma, de tipo intelectual y de fantasía (entre 6 y 9 años). Hay una tipificación sexual y una creciente segregación sexual, los niños por un lado y las niñas por otro (juegos, aficiones, lecturas...). El niño está construyendo su personalidad, la autoestima queda afianzada. Hay una construcción de la personalidad desde fuera, se manifiesta en cosas materiales, gustos, vestido, los ídolos...; es una personalidad aún muy infantil. Aparecen los diarios íntimos, no comparables con los de la adolescencia. Hay deseos de cierta intimidad y esto influye en la relación con los padres. Ya no lo cuentan todo, aparece el secreto. Empiezan a sentir que tienen un mundo interno, pero que se les escapa.

Características de la educación infantil y los cambios que se producen:

• Satelización. Continúa hasta los 8 años. A partir de esa edad hay una desatelización, el niño deja de girar en torno a los padres, aparece el grupo y lo hace en torno a él. Es a partir de los 8 años cuando el niño se convierte en un ser social. También aparecen nuevos modelos adultos, que tienen capacidades, conocimientos y habilidades que no tienen sus padres.

• Conciencia de sí mismo como sujeto social. Es en esta edad cuando el niño se integra en un grupo y esto es lo que nos indica que el niño se está formando adecuadamente. También ahora hay un cambio en las normas. Hasta esta edad había obediencia para evitar el castigo y obtener premio, ahora aparece el respeto a las normas, por solidaridad, justicia, etc (valores sociales).

• Emocionalmente hay una relativa calma, liberación de los conflictos internos y al superarlos libera la energía psíquica y la dedica a otras actividades, como son el estudio, el aprendizaje y el conocimiento. Éste es otro rasgo indicativo de que el niño marcha bien.

Desarrollo de la personalidad

Erikson a esta etapa la denomina habilidades del yo frente a inferioridad, el niño se tiene que sentir competente en algo, hábil. Hay que potenciar las habilidades del yo (que el niño realice actividades).

El conocimiento de sí mismo va a pasar de ser algo muy general y basado en atributos externos y arbitrarios, a ganar en contenidos psicológicos. Los niños empiezan a describirse como personas con sentimientos, pensamientos y capacidades propias, a partir de los 6-8 años. En este desarrollo del autoconcepto los padres son fundamentales. El niño se va a juzgar y a evaluarse según las reacciones, las etiquetas, los calificativos... que recibe de personas significativas, sobre todo de padres y maestros. Cooley introduce el concepto del yo a través del espejo para explicar este fenómeno; los padres tratan al niño de una forma determinada y el niño responde adaptándose a esas expectativas. Coopersmith analiza cuatro aspectos importantes para la formación de la autoestima:

• (Auto concepto: concepto de uno mismo sin evaluar.

• Autoestima: el aspecto evaluativo y enjuiciador que de sí mismo tienen los niños.)

• Significación, la forma en que se siente que se le acepta y le aprueban personas importantes para el niño; que se sienta importante para alguien.

• Competencia, grado de habilidad para las distintas tareas, ya sean de deportes o escolares.

• Logro de estándares morales y éticos. Es importante que el yo ideal (lo que el niño cree que debiera ser) no se separe del yo real, así no siente que está fallando en sus expectativas.

• Poder. El grado en el cual sienten que pueden influir en su propia vida. Por eso en este último aspecto un exceso de sobre protección por parte de los padres contribuye en la baja autoestima. Los niños con más autoestima solían tener padres cariñosos, que aceptaban a los niños con sus sentimientos y les mostraban acepto. También mostraban interés por los pequeños problemas de los niños; facilitaban la comunicación de opiniones, sentimientos...; pero a la vez establecían normas firmes y consistentes. Y les animaban a tomar decisiones por sí mismos y tenían en cuenta las opiniones

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