Psicología Infantil

PSICOLOGÍA INFANTIL:

La primera infancia es una etapa en la que se sientan las bases para un desarrollo armónico y saludable, caracterizada por el rápido desarrollo corporal

y los cambios producidos por las estimulaciones del entorno.

Cada persona tiene un particular modo de ser, de estar en el mundo y de relacionarse con su entorno; las influencias genéticas y medioambientales definen los rasgos individuales de la persona, por lo que no existe realmente el concepto de "niño término medio". Sin embargo, disponemos de escalas que los expertos en estas edades -médicos, psicólogos y pedagogos- definen y emplean para observar, predecir y orientar acerca de las etapas del desarrollo.

La actividad humana la establece el sistema nervioso y cuanto mejor se haya entrenado éste, desde los primeros años, dispondrá de un mayor despliegue de capacidades. Desde el nacimiento empieza una carrera contra el tiempo, pues, según confirman las últimas investigaciones sobre fisiología del sistema nervioso, a partir de los 7 u 8 años, las posibilidades de establecer nuevos circuitos y conexiones neuronales son prácticamente nulas. Los adultos, evidentemente, seguimos desarrollando nuevas habilidades, pero siempre a partir de las conexiones que aprendimos a establecer en nuestra infancia.

De esta información se concluye finalmente que los programas de estimulación constituyen un elemento fundamental para la planificación educativa en la infancia, dirigida al desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social y, naturalmente, encaminada a lograr la felicidad del niño.

LOS REFLEJOS

Los reflejos constituyen la primera conducta que el niño desarrolla para entablar relación con su entorno, desde el momento de nacer, hasta una edad variable.

Los más comunes son, entre otros, el reflejo de succión, de aprehensión, de alarma ante estímulos sonoros fuertes, de retirada ante estímulos dolorosos o molestos, o el reflejo pupilar ante estímulos luminosos de may

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or o menor intensidad.

Todas estas expresiones son señales de desarrollo y manifiestan la presencia de un comportamiento organizado.

Muchos reflejos desaparecen con el tiempo, algunos muy tempranamente; otros permanecen toda la vida.

Los reflejos de Moro o de BabinsKi son dos tipos de reflejos que los pediatras exploran de modo sistemático en la fase perinatal.

Reflejo de Moro: el niño intenta agarrarse si echamos su cabeza hacia atrás.

Reflejo de Babinski: al frotar o tocar la planta del pie del niño, los dedos del pie se separan.

Debemos dejar al pediatra la técnica de exploración adecuada y la valoración, tanto de la aparición, como de la desaparición

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